Jaggi Vasudev nació en 3 de septiembre de 1.957 en Mysore, India. El 23 de septiembre de 1.982, a la edad de 25 años, tuvo una experiencia espiritual en la cima de una montaña y se dedicó a ser maestro de yoga. Creó Isha Foundatión en 1.992. Tomó el título de Sadhgurú que significa maestro verdadero o maestro perfecto. Es un hinduista perteneciente a la casta de los brahamanes, la más alta en el sistema de castas del hinduismo. Actualmente conocido en los medios como Sadhguru, Jaggi Vasudev es un yogui y místico muy popular debido a su canal de youtube y sus libros de superación. Es un yoguista comprometido, un orador motivacional y un fanático de las motocicletas.
Jaggi Vasudev o
Sadhguru está siendo muy popular actualmente más que todo por su canal de youtube.
Esta plataforma le ha permitido llegar al público occidental de manera directa
y esto ha levantado una ola de seguidores que han reconociendo a este líder hinduistas
como su líder espiritual, incluso cuando estos seguidores no son hinduistas, ni
creen en el hinduismo, ni practican el hinduismo. Sin embargo, actualmente el
yoga tiene la capacidad de borrar toda contradicción religiosa entre cualquier
comparación religiosa.
Jaggi Vasudev cumple
con la característica fundamental de todo buen embaucador. Una gran elocuencia.
Tiene sentido del humor. Sus metáforas son prácticas y actuales. Adaptadas al
siglo XXI, al internet, a las redes sociales y al consumismo occidental. Es
perfecto para los jóvenes y como era de esperarse, viene con la llave para
ganárselos. Ser un gurú espiritual “cool” que rechaza las religiones y las
considera arcaicas y obsoletas.
Jaggi Vasudev tiene
dos modalidades. Una para occidente y otra para la India. La de occidente es
como ya lo hemos descrito, la modalidad suave, paternal, actualizada y moderna.
La que dice que la religión ha pervertido las verdaderas enseñanzas de sus
fundadores, Buda no era budista, Jesús no era cristiano… y todas esas ideas recicladas
de la nueva era que encajan perfecto con el buscador occidental. Pero en la
India la modalidad es otra. Allí el discurso cambia.
En la India, cuando
no enseña a jóvenes en universidades, ya no se trata de amor universal, de
tolerancia y respeto. De paz intercultural y de amor hacia el prójimo. Jaggi
Vasudev es pro hinduista y nacionalista. Y es nacionalista de grandes quilates.
A Jaggi Vasudev se le ha asociado con la ideología Hindutva, la cual es
básicamente el uso de la religión hinduista para fortalecer una marcada
identidad étnica y nacionalista en la India. Este movimiento tiene antecedentes
que datan dese la primera mitad del siglo XX. Tiene una connotación política
pero su trasfondo es religioso. Esta ideología es defendida y propagada por
todos los partidos nacionalistas y conservadores de la India y tiene muchos
críticos en el país por sus rasgos de extrema derecha.
India es un país
multicultural y multireligioso. Pero para el Hindutva, todo el pueblo indio
debería unificarse bajo una sola religión, la nativa y tradicional. Tienen
posiciones muy directas y hostiles en contra de los musulmanes y los cristianos
en el país, y su sentido de identidad étnica contrasta con la tolerancia y
amabilidad hacia el extranjero que tanto caracteriza a la sociedad india.
Algunos críticos lo consideran un movimiento xenófobo y racista. Durante el
siglo XX el Hindutva tuvo influencias del fascismo europeo, en particular del
nacionalsocialismo alemán, partido que inspiró en gran parte a Damodar
Savarkar, uno de los precursores del nacionalismo indio y figura referente
dentro del Hindutva.
Algunas de sus
declaraciones hechas en su país no son muy benévolas como las que hace fuera de
India. Como su apoyo a que el gobierno imponga una ley que prohíba el consumo
de vacas, no solo como apoyo a las creencias hinduistas sino como golpe directo
a la comunidad musulmana en el país. Apoyó el bombardeo a Balakot el cual
realizó el ejército indio en Pakistán en 2019 en medio de las rencillas que
ambos países han tenido desde hace muchísimo tiempo. Es decir que no tiene
problema en apoyar la guerra. Se puede decir que en algunos círculos nacionalistas
en la India, Jaggi Vasudev es casi abiertamente antimusulmán. Y de manera mucho
menos abierta, también es anticristiano. Pero en cuanto al cristianismo, Jaggi
Vasudev jamás va a dar declaraciones directas como las que hace contra los
musulmanes, por obvias razones $$.
Jaggi Vasudev tiene
responsabilidades en su nación ya que como defensor de las tradiciones religiosas
cuenta con el apoyo de partidos políticos tradicionalistas y grupos conservadores
que le promueven y apoyan como líder religioso. Pero en occidente, estos
estandartes nacionalistas se dejan bajo la cama ya que no se puede apoyar de
forma pasiva el rechazo a los cristianos en casa, y hacer lo mismo cuando se
adoctrina a los cristianos en sus propias y capitalistas tierras. Así que según
el lugar en el cual se le hagan preguntas a Jaggi Vasudev, sea en India o en occidente,
vas a notar un tono distinto según quién pregunte y sobre qué pregunte. Hay que
atender a cada cliente según sus intereses, como bien lo sabe todo buen comerciante.
El doble discurso
ideológico de Jaggi Vasudev no es un punto central en su comercio, es decir en
su enseñanza. Pero es fácil de apreciar en sus pocas declaraciones al respecto.
Un problema mucho
más presente y grave en el discurso de Jaggi Vasudev es la misma clásica y
vieja estrategia de adoctrinamiento de sus predecesores. La pseudociencia y la
superchería.
Jaggi Vasudev afirma
que comer comida cocinada durante los eclipses lunares es dañino para las
personas. Enseña una gran cantidad de mentiras peligrosas sobre la depresión,
su origen y tratamiento, reemplazando la ciencia real por teorías
pseudopsicológicas absurdas muy peligrosas para una persona que padezca esta
enfermedad. Apoya el uso del mercurio en la medicina tradicional india aun
cuando ya es sabido que esto es bastante peligroso. Su interpretación del
descubrimiento del bosón de Higss es absolutamente ridícula. Ahí le falló en
cientificismo.
Su etnocentrismo
llega a tal punto que dice que la teoría de la evolución de Darwin fue primero
descrita por la cosmología hinduista hace 15.000 años. Y otro tanto es que hay
yoguis con tanto poder que pueden resucitar muertos.
A la lista se agregan más tonterías
pseudocientíficas como el uso de una supuesta ceniza sagrada; la supuesta memoria
del agua que es un invento explotado en los 80s que dice que el agua tiene
memoria episódica y reacciona a las emociones humanas, idea que la ciencia
comprobó falsa hace ya más de treinta años (lo vergonzoso es que se hayan
tomado la molestia de comprobarlo) y otros tantos engaños y mentiras bien presentadas
y aceptadas gracias a la palabra mágica preferida por todos los estafadores
espirituales. METAFISÍCA. Pero este as bajo la manga no es presentado al
público en los primeros contactos. Cuando apenas estás conociendo a Sadhguru,
en sus charlas de presentación desprecia y rechaza la superstición. Incluso
puede parecer más racional y lógico que cualquier escéptico. Pero cuando se
avanza en su doctrina y la mente está lista, es decir con la guardia baja,
entonces aparece la poesía y la metáfora. Se deja el análisis de la naturaleza
y empieza a hablar en segunda persona elogiando las cualidades espirituales que
tienes pero que no sabes que tienes. Y de repente, hay que usar cenizas, el
mercurio es bueno para la salud, el agua tiene memoria y los musulmanes deben
ser excluidos (esto último no aplica para occidente).
Jaggi Vasudev o
Sadhguru es un manual del falso maestro espiritual del siglo XX actualizado con
las tecnologías y el pensamiento automático del siglo XXI. Y la constante
comparación que aquí hacemos con Osho no es parodia ni coincidencia.
Jaggi Vasudev
estudió detenidamente a Osho y replicó sus técnicas de captación de seguidores,
sobre todo las enfocadas al público occidental, lo cual a su vez llamará a más
seguidores asiáticos que repiten las modas occidentales. Pero también estudió
los errores del fallido gurú de los 70s y los corrigió, por lo cual se ha
cuidado de darle rienda suelta y descontrolada al misticismo metafísico y al
culto a la personalidad, sin dejar de usar estos elementos ya que son
fundamentales para la construcción de un monopolio espiritual como el que
construyó Osho, lo cual es precisamente lo que Jaggi Vasudev aspira a
conquistar. La generación de jóvenes actuales no está consumiendo alucinógenos
como parte de su búsqueda espiritual. Al menos no la mayoría. Así que toda la
facilidad de la retórica espiritualista que tenía Osho ante un montón de
jóvenes drogados, Jaggi Vasudev la reemplaza con discursos cientifistas
introductorios. Solo introductorios, porque posteriormente cuando la persona ya
está adoctrinada, la ciencia y la razón son reemplazadas por la superstición y
la manipulación psicológica directa.
El discurso de Jaggi
Vasudev parece ser científico pero en realidad es cientifista, que no es lo
mismo. Usa el mismo esquema de los gurúes anteriores como Deepack Chopra y
otros en tanto que inicia basándose en verdades y hechos científicos
comprobados, y poco a poco va dirigiendo el discurso hacia un misticismo
calculado usando la llave mágica de la palabra “metafísica” y el lenguaje
poético saturado de metáforas y alegorías. De esta manera, Jaggi Vasudev inicia
apuntando a la razón y a la lógica mediante el conocimiento científico y el
sentido común, mientras que poco a poco se desliza hacia el corazón, entrando
por el intelecto del occidental profesional promedio, educado e instruido, y
atrayéndolo con suavidad hacia sus necesidades emocionales y sus vacíos
existenciales, igualmente propios del occidental promedio, diciéndole todo lo
que quiere escuchar y dándole parámetros científico-espirituales que el
buscador deberá seguir, no por imposición o mandato divino, sino porque la
“simple lógica” de la sabiduría espiritual le hará comprender que esa es la
verdad y que obviamente el Gurú perfecto tiene la razón, así como todas las
respuestas.
El problema con
Jaggi Vasudev o Sadhguru, nombre rimbombante e imponente, es que cuando lo
escuchas por primera vez, el 90% de lo que dice es verdad y tiene sentido. Esa
es la táctica. Mezclar verdad con mentira. El punto débil de nuestra mente es
que cuando alguien nos dice algo y esto resulta ser cierto, nuestra mente
automáticamente asume que todo lo que nos diga esta persona a continuación ha
de ser verdad porque ya tenemos un antecedente de que esto ha sido así. En este
punto débil se apoyan los estafadores espirituales. Esta es su apuesta.
Entonces empiezan así. Pero si no bajas la guardia y te mantienes atento y
crítico a lo que dicen, verás que ese porcentaje de verdad empieza a disminuir
poco a poco.
Te traen datos de
descubrimientos científicos que aún están en curso o teorías científicas que
tienen bases en otros conocimientos probados pero que aún no han sido
comprobadas. Y completa esos procesos inconclusos de la ciencia con teorías
espiritualistas sacadas de doctrinas antiguas, resaltando como es usual que
“los antiguos ya sabían esto milenios antes que los científicos” (como el
cuento estúpido de la teoría de la evolución hinduista). Porque como es sabido,
los antiguos lo sabían todo y los científicos actuales que inventan vacunas,
medicina, ingeniería y tecnología, son un montón de ególatras ignorantes que no
saben nada, palabras más palabras menos. Este es un clásico en el repertorio de
todo estafador. Ahí ya estamos en un 70/30 de verdad vs mentira. Y así va
cambiando el panorama y metiendo al seguidor en un mundo mágico que no conocía.
Como Harry Potter cuando llega por primera vez a su escuela de magia. Todo es
nuevo, fantástico y maravilloso. La palabra imposible empieza a dejar de
existir.
Cuando llega al
50/50, todavía te dice que hay verdades científicas, pero detrás de esas
verdades científicas hay explicaciones absurdas que tienen como conclusión la
idea de que el maestro, o sea él mismo, es prácticamente un pedazo de Dios en
la tierra y que todo lo que diga es la verdad absoluta. Cuando ese 50% sigue
disminuyendo, es cuando la gente ya empieza a perder su voluntad y se la
empieza a relegar al gurú. Entonces se hacen voluntarios, discípulos y
defensores del maestro. Posteriormente a eso ya están listos para hacerles
creer cualquier locura y obligarlos a hacer cualquier cosa, incluso delitos.
Esta es, de forma rápida y resumida, la forma en la cual las sectas adoctrinan
a personas incautas y necesitadas de afecto, sentido de pertenencia y carentes
de figuras paternas.
No podría afirmar
que el movimiento de Jaggi Vasudev sea peligroso en el sentido de que sus
adeptos vayan a hacer atentados terroristas, suicidios colectivos o algo de esa
escala. Al menos no por ahora. Pero sí lo es en el sentido de que según las
enseñanzas que presenta y la forma en la que intenta conquistar occidente, la
cual es exactamente la misma forma de Osho, puede generar serios y graves
problemas psicológicos en las personas que terminen dándole autoridad de guía
espiritual, y el movimiento termine siendo como el de Osho, lo cual parece ser
el objetivo porque el Sadhguru es una copia fiel de aquel.
Habría que comentar además,
que en algún momento la secta de Osho sí realizó acciones terroristas. Lo cual
no significa que algún loco seguidor de Sadhguru vaya hacer lo mismo (de nuevo
no por ahora). Pero si se llegase a un punto de culto a la personalidad con
este hombre igual al que se llegó con Osho, cosa que todavía no hemos visto, la
posibilidad existirá. Cuando la gente cae en las garras de un falso guía
espiritual, lo suele convertir prácticamente en un dios viviente. Y cuando se
llega a ese punto cualquier cosa puede suceder. Ya lo hemos visto en la segunda
mitad del siglo XX de muchas formas. Todas ellas horribles. Cada vez que un
personaje de estos aparece, la posibilidad de que algo así pase también se hace
presente. E incluso, si no se llega a formar ese monstruo manipulador de mentes
calcado de los 70s, las enseñanzas de este tipo de personas siguen siendo
dañinas y peligrosas. Y pueden destruir vidas. De manera menos notable, pero de
todas maneras son industrias dañinas. De eso no se tiene duda.
Jaggi Vasudev está
bien centrado en su papel de maestro de yoga, distinto a Osho que era más
descarado en el sentido de que no se identificaba con ninguna religión
(Sadhguru tampoco lo hace abiertamente, menos aún en occidente) pero bebía de
todas las fuentes. Jaggi Vasudev no se adjudica descaradamente la médula
espiritual de todas las religiones, pero igualmente como está en el manual,
debe echar mano de todas ella. Así que obviamente interpreta el cristianismo, o
más bien lo malinterpreta, el judaísmo, el islam, el propio hinduismo, y así
con cada corriente espiritual grande. Y obviamente, el budismo no podía quedar
impune.
Pero con el budismo
la cuestión es distinta porque comparte el mismo marco cultural que el
yoguismo, así que no le resultaba tan fácil de tergiversar como a las otras
creencias. Así que de manera sutil pero directa, el gran maestro sadhguru
decide atacar el budismo.
La figura de
Padmasambhava es sumamente importante para el budismo tibetano. Fundó órdenes y
monasterios. Ayudó a consolidar el budismo tántrico e introdujo en el Tíbet muchas
otras creencias procedentes de la India. Es considerado prácticamente como una
deidad en el Vajrayana y su importancia histórica y doctrinal en el budismo
tibetano es enorme.
Pues bien. ¿Qué ha
hecho nuestro buen amigo Jaggi Vasudev con el budismo tibetano? Pues a nuestro
sagaz gurú se le ha ocurrido decir que Gurú Rimpoche no era budista. Genialidad
pura y dura la de este hombre. Según él, Padmasambhava ni siquiera era un monje
porque había estado casado y tuvo dos esposas. Para Jaggi Vasudev, Gurú
Rinpoche no era más que un místico y ya. Sólo eso.
Jaggi Vasudev
intenta quitarle el título de autoridad a uno de los maestros budistas más
importantes del budismo tibetano. Es como decirles a los católicos irlandeses
que San Patricio no era cristiano. Eso le quitaría toda la autoridad al maestro
y por ende a todo lo que fundó. Y de paso, quitarle validez al budismo tibetano
en sí indirectamente ¿Jaggi Vasudev en verdad cree esto? No, no lo cree. ¿Para
qué dar tal declaración entonces? Por una razón simple. Jaggi Vasudev apenas
está empezando a darse a conocer en los medios occidentales de forma viral y
necesita llamar la atención de los buscadores occidentales. El budismo ahora
mismo goza de una muy buena popularidad en occidente. ¿Por qué decide atacar precisamente
al budismo tibetano? Porque es la forma de budismo más predominante en Estados
Unidos y Europa. Y el target de Jaggi Vasudev es precisamente ese. Está
implementando una estrategia de marketing básica. Que hablen mal de ti es mejor
a que nadie hable de ti en absoluto.
Esta declaración fue
publicada hace ya varios meses. Sin embargo, no tuvo el efecto deseado y los
budistas tibetanos no dijeron mayor cosa al respecto. Obviamente, los budistas
tibetanos tienen mejores cosas que hacer. Pero la intención de Jaggi Vasudev
quedó clara y pocas dudas deja al respecto. Intenta alborotar el avispero para
genera atención hacia sí mismo y de esta manera viralizarse más. No hay
publicidad mala como dicen los publicistas. No es de extrañar que en el futuro
vuelva a hacer alguna otra declaración por el estilo buscando comprar atención
con irrespeto.
También ha estado
buscando la atención de la comunidad vegana y vegetariana afirmando que todos
los animales están ahí para satisfacer al hombre y ser explotados por el
hombre. Y si no pueden ser explotados para bien de la humanidad, pues no tiene
sentido su existencia y deberían ser eliminados. Esta declaración supera
incluso al pensamiento cristiano que cree que todo lo existente es una creación
hecha para el uso y satisfacción del hombre. Una idea bastante occidental en
cuanto a la cultura de consumo desmedido.
Sadhguru no goza de
la admiración de los veganos, pero si ganó su atención, por lo tanto con ellos
sí logró cumplir su objetivo ya que el veganismo es otro importante nicho de
buscadores espirituales. Propaganda negativa sigue siendo propaganda.
Jaggi Vasudev
también ha interpretado según su criterio las enseñanzas del mismo Buda, obviamente.
Hace una interpretación fantástica en la cual le adjudica al Buda conocimientos
científicos actuales haciendo notar que el Buda ya sabía sobre la existencia de
particularidades de la naturaleza que apenas ahora han sido descubiertas por la
ciencia. Porque de nuevo, todos los antiguos lo sabían todo y los científicos
actuales son unos idiotas. Una vez más, nada nuevo. Las mismas falacias de
cualquier gurú de medio pelo.
Como todos los gurúes
de feria, Jaggi Vasudev recurre al Buda cada tanto tiempo para reinterpretar
sus enseñanzas en función de revelar la “verdad” sobre el Dharma del Buda, el
cual obviamente ha sido malinterpretado por los monjes que han pervertido lo
que el Buda enseñó. Para estos gurúes, el Buda es un instrumento de
actualización de su imagen. Una herramienta que usan de vez en cuando para
reiterar su imagen de maestro místico ya que, para el imaginario popular, si un
gurú te explica el budismo (de forma diferente a la cual el budismo explica el
budismo), entonces el maestro es más budista que el propio budismo. Obviamente
él sabe algo que los monjes y nosotros no.
Eventualmente, el
uso de la imagen del Buda tiene como finalidad afirmar que el maestro gurú que
está reinterpretando las enseñanzas del Buda, está al mismo nivel que el propio
Buda. Incluso, se presenta como un corrector de las mismas enseñanzas budistas,
superando al propio Iluminado, revelándose como un ser todavía más iluminado
que el propio Iluminado lo cual es una idea totalmente absurda y ridícula. Pero
este tipo de ideas les es fáciles de tragar a los buscadores sin criterio
debido a que la idea de tener un Buda o un super Buda viviente guiándolos en
primera persona les da la ilusión de ser privilegiados, únicos y especiales.
Egolatría pura convertida en fanatismo. Como ya lo hemos visto anteriormente.
Jaggi Vasudev o Sadhguru
(el maestro perfecto) no es nada nuevo. En realidad es un actor. Un personaje
creado. Fabricado y medido según las necesidades del mercado espiritual actual.
Las mismas estrategias con nuevas presentaciones, lo cual en sí también es una
estrategia vieja. Su popularidad consiste en saber manejar redes sociales, publicar
libros llenos de obviedades agradables y atacar a los jóvenes. Asombrarlos con
declaraciones impactantes y retadoras. Utilizar expresiones fuertes y
presentarlas con la idea de que la verdad no es digerible por todos y que solo
los valientes podrán aceptarla porque los ignorantes, es decir todos los que lo
vemos como una farsa, no tenemos el valor de aceptar la verdad pura y dura.
Ver un par de videos
de Osho e investigar lo que hizo y cómo terminó debería ser suficiente para
comprender a Jaggi Vasudev y dejarlo pasar como lo que es. Un spam. El nuevo Osho 2.0.
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