viernes, 20 de enero de 2023

Etiqueta budista. Cosas que No debes hacer con la imagen del Buda.

En este artículo veremos algunas reglas sociales y culturales que nos enseñarán a como NO faltarle el respeto al Buda más que todo en sociedades budistas. Aunque nos estamos situando en un contexto religioso, hay que tener en claro que los fundamentos y temas que vamos a tratar son básicamente sociales y culturales, y desde estos factores vamos a proyectar el significado de las acciones de las personas y su impacto en el ámbito religioso. Muchas de estas acciones irrespetuosas son por ignorancia y desconocimiento del contexto social en el que las personas ajenas al budismo se encuentran. Otras sí son intencionales y causadas por una ignorancia aun más profunda.

Antes que nada, hay que aclarar el término blasfemia en el budismo. Se entiende la blasfemia como palabra o expresión injuriosa contra alguien o algo sagrado (RAE). Desde el punto de vista estrictamente espiritual, encontramos que la acción de la blasfemia no puede realizarse porque en el budismo ni los seres ni los objetos tienen un componente intrínseco o una esencia única, independiente, perpetua e individualmente identificable como lo explican las leyes de la vacuidad y de la interdependencia, y por lo tanto no existe una ley espiritual que se aplique directamente al daño u ofensa hacia el propio Buda o a sus símbolos por acción de las personas porque tal daño u ofensa es simplemente imposible. No existe una ley como en el caso de los cristianos, que tiene expresamente prohibido blasfemar contra el espíritu santo a riesgo de castigo espiritual. En el budismo, el Buda como figura histórica, base espiritual o símbolo sagrado, está fuera del alcance de la acción humana. En otras palabras, el Buda no es blasfemable, por lo que desde el punto de vista espiritual, no existe la blasfemia en el budismo.

Ahora, desde el punto de vista religioso (en el sentido de práctica tradicional, social y cultural, y de la doctrina), la blasfemia sí puede presentarse. La diferencia es que esta acción conlleva a un deterioro de la calidad kármica de la persona. Es decir, en realidad no se le hace ningún daño u ofensa a la imagen o persona del Buda, sino que la persona se hace daño kármico a sí misma. Como quien se lanza de cabeza contra una pared de concreto. También se le puede hacer daño a una persona o a una comunidad con actos de irrespeto a lo sagrado. Es este sentido, usamos la palabra blasfemia aquí como un acto de agresión contra las formas tradicionales y los significados culturales de las sociedades budistas. Como un atentado hacia lo sagrado en nosotros y que proyectamos en nuestra cultura como parte de nuestra identidad y nuestra unión como Sangha. En términos simples, la blasfemia contra el Buda es un insulto hacia lo que es más sagrado para los budistas y hacia lo que los identifica como budistas. Igual que faltarle el respeto a cualquier otra comunidad religiosa.

Por lo general, estas faltas de respeto son hechas por turistas. Personas con poco conocimiento y cultura que no son conscientes del significado de sus acciones para con las personas que visitan. La falta de respeto no radica tanto en que no tengan el conocimiento básico para comportarse debidamente en ciertos contextos culturales, sino en la decisión de simplemente no tomarse la molestia de averiguar así sea superficialmente cuáles son las reglas de conducta básicas del lugar al que van a visitar. Muchos turistas, generalmente los occidentales, van a otros países pensando que todo lo que encuentran y ven está ahí por ellos y para ellos, y que pueden hacer lo que quieran porque son occidentales y tienen el dinero para aportar a la economía de un país en desarrollo. La diferencia básica está en que no tienen presente el concepto de contexto religioso y deciden verlo todo como atracción turística, incluyendo los templos, los símbolos, las tradiciones y hasta a las mismas personas como en el caso de los monjes algunas veces.

No podemos decir que todos los turistas son así. Cada vez hay más turistas conscientes del lugar al que llegan e interesados por conocer la cultura y a la gente de forma sincera y amable. Los viajantes por su parte, especie distinta a los turistas, suelen ser más conscientes de estos factores e interesarse más en realmente conocer las culturas que visitan. Esta es la diferencia entre pagar por ir a un lugar exótico a que te atiendan, e ir a conocer un lugar porque te apasiona conocer culturas diferentes. Esta información es particularmente útil para occidentales que viajan a países budistas ya sea por diversión o por trabajo.

En sí el budismo como práctica religiosa no concibe la idea de blasfemia como ya vimos. Sin embargo, cuando el Dhamma del Buddha lleva mucho tiempo en una nación hasta convertirse en la identidad religiosa del país, la identidad nacional y la identidad religiosa se unifican formando una nueva identidad cultural y social. Es con esta expresión cultural budista con la que hay que tener cuidado. Los distintos tipos de budismo que existen se forman según el país en el que se han desarrollado. Así tenemos el budismo Chan de China, el budismo zen de Japón junto con sus varias escuelas, el budismo tibetano también con sus escuelas particulares y así. Cada tradición budista plenamente desarrollada en oriente tiene una base nacional que le da forma. Por lo tanto, al respetar las expresiones budistas de una sociedad, no solo estás respetando su religión, sino también a su país entero, a su tradición, su historia, sus antepasados y su cultura.

Cada país y tradición budista tiene sus propias reglas y protocolos. Las formas varían según la cultura, pero todas se guían básicamente por el principio elemental de respeto a lo sagrado. Es decir, el más básico sentido común.

Cómo es lógico, a los monjes y maestros budistas se les dedica un respeto especial y una actitud de reverencia debido a su importancia en la comunidad. En esto no hay mucho que decir. 

En Japón las reglas pueden ser más simples y menos complejas en lo que a la sociedad en general respecta. En los templos y comunidades monásticas es en donde se practican los protocolos de conducta más elaborados. Como es sabido, los japoneses suelen ser muy minuciosos en sus formas. Los japoneses suelen tener una clara diferencia entre el contexto espiritual y el mundano, por lo que no hay mucho que decir en cuanto a la vida laica del budista japonés promedio. Es en los templos en donde hay que aprender la debida etiqueta. Cada templo suele tener sus propias reglas de comportamiento y ceremonias. No son complejas y lo único que hay que hacer es dejarse guiar. Básicamente consisten en respetar los espacios, hacer silencio, ser puntual en las actividades y quitarse los zapatos cuando es debido. Las comunidades suelen tener personas dedicadas a explicar estos protocolos a los visitantes así que no hay mucho que decir.

En países como China y Korea suele ser también el mismo caso aunque las formas son menos minuciosas y hay menos rigurosidad para que el turista tenga una vista global de la tradición sin necesidad de confundirlo con detalles doctrinales.

Ahora vamos al verdadero punto de nuestro tema. En los países del sur de Asia, en donde el budismo se ha establecido totalmente, es en donde las reglas de cultura y respeto van más allá de los templos e incluyen a toda la sociedad en todos los contextos. Es aquí donde estas reglas son realmente importantes y donde es necesario aprender de estos países. En primer lugar, porque es un reflejo de cómo debemos comportarnos en nuestras sociedades y de cómo queremos mostrar nuestra cultura a personas que desean conocerla. Y en segundo lugar porque de estos países sacamos el sustento doctrinal y tradicional del cual se fundamenta nuestra comunidad en específico, es decir el budismo Theravada. Nos referimos a Tailanda, Myanmar, Laos, Cambodia y Sri Lanka, y a otras comunidades en otros países.

El uso adecuado de las imágenes del Buda en casa.

La imagen del Buda no es un adorno decorativo sino un instrumento de práctica. No es un ornamento ni una imagen elegante para dar estilo a un espacio. No se usa para decorar una oficina y tampoco se pone en lugares inadecuados como el baño, el garaje o los cuartos en los que se almacenan los objetos en desuso. Los llamados “cuartos de san alejo”, como decimos los latinos. Tampoco se usan como elementos del amoblado como las lámparas o las pequeñas fuentes o demás objetos prácticos. El objetivo de las imágenes budistas no es generar un efecto agradable a la vista. El objetivo de las imágenes del Buda es recordar la práctica y hacer acto de reverencia y agradecimiento al Gran Maestro.

Por lo general los budistas tenemos solo una estatua del Buda en casa. Y esta va siempre en el altar. El altar se pone, en la medida de lo posible, en un lugar alto. Si existe la posibilidad se define una habitación específica para este uso, igual que una capilla. De no ser así, se puede poner el altar en la propia habitación. Siempre en dirección a la cabecera de la cama. Jamás en dirección a los pies. Señalar al Buda con los pies es una gran falta de respeto. Para altares sencillos es ideal y muy práctico colocarlo en una repisa empotrada en la pared en un lugar elevado. Esto en cuando a las estatuillas.


 

 

En cuanto a los cuadro, fotos e imágenes impresas.

Estas imágenes también pueden servir para poner en el altar en caso de que no se tenga una estatuilla. Los cuadros del Buda se suelen poner en altares familiares y estancias principales significando también una imagen sagrada y de protección. No se deben poner en el baño o en lugares inadecuados.

Otros usos inadecuados de la imagen del Buda.

La imagen del Buda no debe usarse como una imagen común de un ícono popular. No debe usarse en utensilios, camisetas, pantalones, prendas de vestir, muchísimo menos en calcetines o prendas íntimas, o cualquier tipo de estampado de uso ordinario.

 


La imagen del Buda no debe usarse en lugares de diversión, lugares donde se realizan conductas inadecuadas o donde no se ejerciten los preceptos budistas como el consumo de licor o comercio sexual. Lugares como bares, hoteles, spas, clubes, ferias, restaurantes, espectáculos musicales, y cualquier otro contexto que no sea el religioso.

 







Por supuesto, está muy mal visto no mantener distancia con las imágenes del Buda de los templos. Cosas como sentarse sobre la estatua o posar sobre ella de diferentes maneras. Esta es la forma más directa de demostrar ignorancia, poca cultura e irrespeto.




Las cabezas de Buda.

 


 

Uno de los adornos más populares actualmente en occidente son las cabezas de Buda. Este uso de la imagen de Buda es incorrecto. Desde el punto de vista budista, las cabezas de Buda son una forma irrespetuosa de mostrar al Maestro ya que lo muestra incompleto, decapitado. En la antigüedad se acostumbraba cortar la cabeza de un enemigo y ponerla donde todo su pueblo la viera como muestra de victoria y supremacía sobre el líder derrotado. Actualmente esta figura no se toma de esta misma manera, pero se recuerda una intención indirecta de no respetar la figura de un líder usando solo su cabeza como adorno. Hay muchos lugares en los que solo se usa la cabeza del Buda, incluso algunos lugares que promocionan el budismo. Sin embargo, este tipo de lugares está hecho más para mostrar la cultura budista a los turistas y de todas maneras se hace de forma incorrecta. El Buda siempre debe presentarse completo.

En resumen, no se debe comprar ni vender mercancía de la imagen del Buda para propósitos decorativos, comerciales o cualquier otro que no sea un contexto de práctica religiosa.

Tatuajes budistas. Una mala idea.

 

En la cultura budista está mal visto tatuarse la imagen de Buda. Se considera falta de respeto y banalización de la imagen sagrada del Buda. Se entiende que para un occidental, tatuarse al Buda puede ser un homenaje o una forma de respeto o admiración. Pero dentro de la comunidad budista no lo es. Hay que aclarar que esto aplica solo a la imagen del Buda Shakyamuni. Otros elementos simbólicos como mandalas, vajras, mantras, manjis y otros, no tienen esta importancia y por eso no hay problema con los tatuajes de este tipo. Si tienes un tatuaje del Buda, no te es aconsejable mostrarlo en un país budista.

Estas son algunas de las formas en las que no debe usarse la imagen del Buda. Hay que tener siempre presente que estas reglas aplican solo para tres tipos de personas únicamente. Para los practicantes budistas, para las personas que no practican el budismo pero que tienen un compromiso ético en cuanto a respetar los símbolos sagrados de otros, y para las personas que van a viajar a países budistas.

Si una persona común desea comprar mercancía de la imagen del Buda para adornar su casa o su negocio, una pared, su baño, su sala o se tatúa una imagen del Buda o lo que sea, nosotros no tenemos ningún derecho a decirle nada. Cada uno es libre de hacer con su propiedad como quiera. Pero si se trata de un practicante del Dhamma, se entiende que sigue las costumbres, los hábitos y los códigos de conducta del mundo budista. Si no es así, tampoco hay mayor problema. Simplemente se entiende que aunque esta persona se considere a sí misma como budista, simplemente aún no está en la práctica. A nadie se le puede exigir nada si no tiene un compromiso personal con lo que se supone que considera sagrado. Ahora, si se va de viaje a uno de estos países es mejor tener en cuenta estas reglas, ya que puede generar incomodidad y traer problemas serios, incluso legales, a quien no respete las normas del país al que visita, como es en cualquier otro país del mundo.



Recordemos de nuevo que estas reglas son principalmente principios de conducta de los practicantes budistas. Para nosotros, la imagen del Buda es sumamente sagrada. Tan sagrada como lo es Jesús para los cristianos o el Corán para los musulmanes. Si practicas budismo ten en cuenta estos puntos en tu práctica diaria y tus hábitos. Y si no lo eres, agradecemos profundamente tu respeto y tu amabilidad hacia nuestra cultura y nuestras expresiones religiosas.