miércoles, 26 de julio de 2017

Líderes e imágenes no budistas en grupos budistas. (Creencia interreligiosa y práctica budista)



Por lo general en un grupo virtual llámese de facebook o de cualquier otra red, compartimos imágenes y expresiones hermosas con un sentimiento de llevar un mensaje positivo a los demás. A pesar de esto también es cierto que las publicaciones que hacemos obedecen más a nuestro sentir del día que a nuestro interés de compartir nuestra opinión con los demás o de conocer las opiniones de los demás participantes del grupo. Un foro o grupo virtual no es un grupo real. La página se va llenando lentamente de imágenes y  palabras que no coinciden. Aunque tienen una buena intención, no profundizan en ninguna idea. Esto crea confusión en los neófitos que llegan buscando respuestas por primera vez.

Los foros de internet son un ensayo de lo que puede llegar a ser una Sangha real. Los considero un laboratorio, un campo de prueba. La palabra precisa sería una simulación de una Sangha real. Por tanto, son una oportunidad para que el grupo debata y llegue a un acuerdo en sus objetivos. Los grupos que simplemente suben imágenes bonitas y frases lindas no tienen ningún objetivo, y por ende ningún provecho.

Existen dos situaciones en los grupos de internet de budismo que se dirigen al mismo punto. Dos opiniones en principio buenas que surgen frente a dos tipos particulares de publicaciones. Las publicaciones de deidades, como Ganesha o Visnú y otras deidades o símbolos sagrados; y las publicaciones de líderes espirituales, generalmente indios como por ejemplo Osho.

Las fotos de maestros espirituales tienen por un lado defensores y por el otro críticos. Los críticos de las imágenes de gurúes y swamis con frases profundas a menudo denuncian que estos hombres en realidad son estafadores y delincuentes lava cerebros, y que no deben ser tenidos en cuenta en un grupo budista porque generan confusión y error. La respuesta de los defensores es que un verdadero budista no debería hacer señalamientos ni usar palabras despectivas en contra de otra persona, ni ver siempre lo malo del otro. Y que por el contrario debe enfocarse en el bien y usar lenguaje respetuoso y armonioso evitando la discordia.

Por su parte, las imágenes de deidades y símbolos sagrados son criticadas por unos con el argumento de que no son budistas. No hacen parte de la iconografía budista ni de la cultura o de la historia budista. Por lo tanto no deberían estar en un grupo budista. Los posteadores de éstas imágenes responden diciendo que el budismo es una religión abierta y tolerante, que no profesa ser la única verdad y que convive pacíficamente con cualquier otra creencia que se fundamente en la paz. Por lo tanto, otras imágenes sagradas de otras corrientes espirituales deben ser admitidas ya que apuntan a una misa dirección, la armonía universal.

Las controversias suelen hacerse demasiado largas como para leerlas todas, y se vuelven repetitivas y reiterativas. Algunas veces se pasan de tono y se rompe la comunicación. Debido a que estas discusiones seguirán siendo parte del rico intercambio de opiniones y de la sana discusión entre practicantes del Dharma, considero beneficioso compartir un punto de vista claro y sólido sobre el tema, el cual tomo de los grupos virtuales de internet para llevarlo a las Sanghas y los grupos de estudio en el mundo real.

Ambas posturas defensivas, de los que publican fotos de líderes espirituales y de deidades, están equivocadas. No creo en realidad que ambos tipos de publicaciones deban ser prohibidos en los foros de internet, pero si considero que deben aprovecharse para unificar y aclarar criterios del grupo ante una persona que comparte éstas opiniones sobre las publicaciones que hace.

Un foro de internet es el lugar perfecto para cometer los errores que no se deben cometer en una Sangha. Hay que hacer una diferencia entre un grupo virtual y una Sangha real. No siempre un grupo budista en facebook es una Sangha. En internet, cualquiera tiene la libertad de publicar lo que quiera  y expresarse libremente. Esto es libertad de expresión, un derecho fundamental de todo ser humano. Sin embargo, considero que éstas imágenes no deberían estar en un grupo budista real. Es decir, en una Sangha. A continuación expongo las razones por las cuales considero que éstas imágenes No deben usarse como referencias espirituales en una Sangha.

Imágenes de líderes espirituales. Muchas personas que leen a Depak Chopra o a Osho sienten la necesidad de compartir una hermosa postal con la cara de estos líderes y una frase refrescante y tranquilizadora. No nos enfocaremos aquí en el personaje en sí sino en la manera en la que es tratado, que es el núcleo de este debate. Muchos budistas denuncian que algunos líderes espirituales son en realidad delincuentes y malas personas. Los defensores de éstos, o más bien, los defensores de lo que según ellos debe ser una verdadera actitud budista, dicen que no se debe ser agresivo con las palabras y no se debe señalar a nadie de manera negativa ya que esto no constituye una conducta verdaderamente budista. Esto es falso.

Es cierto que se debe cuidar el habla. No se debe usar nunca lenguaje soez ni vulgar. Pero no es cierto que el Buda haya dicho que no se debe señalar a otros en cuanto a personas que hacen el mal. Sobre todo porque fue algo que él mismo hizo.

Siddhartha nació y creció en un contexto social, político y cultural enmarcado por creencias védicas. Buda observó a fondo las formas y el funcionamiento de estas religiones, incluyendo el hinduismo, así como su forma de organización, su jerarquía y su mecanismo social. Buda, aún antes de iluminarse, desaprobó esta religión y se apartó de ella. Luego, después de llegar a la iluminación, descartó el hinduismo como medio para llegar a superar el sufrimiento. La concibió como otra forma de Samsara y denunció su sistema de castas frontalmente frente a reyes, Brahamanes, demás autoridades y personas del común. Buda denunció públicamente estas y muchas otras prácticas, y tuvo enemigos y detractores por ello.

Muchas personas aún tienen una idea hollywoodense y hippesca del budismo. Piensan que es un entorno de aceptación universal absoluta. Pasividad a toda prueba. Amor incondicional a todo y a todos. Esto, tristemente no solo no es cierto, sino que va de lo ridículo a lo peligroso.

Buda no enseñó ese tipo de amor absolutista núnca. Buda enseñó una postura ética y moral muy clara. No se debe tolerar el mal producido por la ignorancia ni tampoco el sufrimiento generado por la injusticia. Grandes maestros como Tich Nhat Hanh tienen esto suficientemente claro y lo practican como un fundamento en sus escuelas. Recordemos que la escuela del maestro Han se llama Budismo comprometido.  Esto es budismo en la sociedad, en el mundo real. Esa actitud bonachona y enamoradora puede verse muy bonita en facebook. Pero en el mundo real, todos sabemos que es un error.

Buda es claro en su discurso. Dice que hay que apartarse del necio y del mal. La postura de un budista, como se mencionó en los artículos sobre los cinco preceptos para los budistas laicos, no consiste solamente en abstenerse de hacer el mal, sino en impedir que el mal se le haga a otro. Impedir el sufrimiento. No solo se debe abstenerse de quitar la vida, también es necesario protegerla de quien la amenaza. No solo es no robar, sino en la medida de nuestro alcance, impedir que otros roben. Todos los preceptos budistas laicos tienen estas dos expresiones.

Si uno sabe que un personaje público es un estafador y que sus prácticas son peligrosas, no solo debe uno guardarse de caer en esas trampas sino tratar de impedir que otros también caigan en ellas. Ésta es la verdadera actitud budista. De este principio surgieron los cinco artículos de Peligros dentro del budismo, los cuales de hecho han sido los que más altos puntajes de vistas han tenido en el blog y más ampolla han levantado. Uno de estos artículos ha llegado a tener más de 6.700 vistas. Hasta hoy sigo recibiendo comentarios de lectores que mandan felicitaciones y maldiciones por estos artículos, en los cuales se expone información accesible y verificable precisamente sobre este tipo de embaucadores.



El mal debe ser denunciado y las personas que hacen el mal deben ser expuestas con pruebas y argumentos. No se trata de hacer el mal a una persona, se trata de impedir que el mal se le haga a muchas personas. Invito a los seguidores de éstas figuras espirituales gigantes a que echen un vistazo a los artículos de Peligros dentro del budismo. No solamente para que corroboren la información que allí se expone y saquen sus propias conclusiones, sino para que se incentiven a cuestionar y a investigar a las figuras que admiran, cualquieras que éstas sean, y así estar preparados ante cualquier peligro de engaño ya que abundan ahora más que nunca.

Esa actitud que maximiza el amor y la tolerancia a niveles irracionales es peligrosa en cuanto a que se niega a cuestionar lo que le genera emoción. Y muchas veces los comerciantes hábiles e inescrupulosos apuntan a la emoción para aprovecharse de las buenas personas.

Si un líder religioso o espiritual en realidad es genuino, hace el bien y genera beneficios con su trabajo, cuestionarlo e investigar sobre él no solo no generará críticas negativas, sino que por el contrario reforzara su imagen como persona de bien. Sin embargo, este caso podría bien caer en el segundo punto explicado a continuación, en el caso en el que no tengan que ver con el budismo.

El segundo punto son las imágenes sagradas. Deidades y símbolos sagrados no budistas. Estas imágenes no debería estar en una Sangha por una razón muy simple. No son budistas. De nuevo estamos tratando aquí con esa forma de pensar hollywoodense y hippesca.

Es cierto que el budismo es una religión abierta y tolerante con todas las religiones. Pero pensar que es una religión sin identidad y sin doctrina definida es un error bastante infantil. En nuestros países es frecuente esa mezcla psicodélica de budismo con metafísica, con taoísmo, con hinduismo y todo lo que parezca oriental y exótico. Pero eso es en realidad un gancho publicitario para vender una mística llamativa al turista espiritual.

En los países budistas, si llegas a un templo o a una Sangha, y pones una imagen de Ganesha o de Visnú o un símbolo taoísta en el lugar, te van a pedir muy amablemente que por favor la retires, ya que el lugar está dedicado a la preservación, difusión y práctica del Dharma, no de una mezcla interreligiosa. El budismo no choca con ninguna otra religión, pero es una creencia específica con sus propias formas, tradiciones y maneras. Esto es simple sentido común y también respeto. En un grupo de facebook sí tienen lugar estas expresiones que demuestran una sincera intención de integrarse a la comunidad virtual. En una Sangha verdadera es como llegar disfrazado de payaso a un funeral.


En los templos budistas de todo el mundo, la etiqueta y la conducta son muy importantes y muy respetadas. Esto no significa ser dogmático ni cerrado. Significa simplemente que estamos practicando un camino específico con unos pilares claros y definidos. Esto ha hecho posible que el Dharma haya podido llegar desde el Buda hasta nuestros días a través de dos mil quinientos años. Las tradiciones y prácticas son formas de protección del Dharma, y deben ser respetadas dentro de una Sangha ya que esto es fundamental para el buen funcionamiento de la misma.  

Éstas son las razones por las cuales no se deberían tener imágenes ajenas al budismo, por muy benévolas que parezcan ser, en una Sangha (que insisto no es lo mismo que un grupo virtual en donde es bueno publicar lo que el grupo sienta en su buena fe)  Algo curioso de éstas imágenes de líderes y dioses, es que en su mayoría provienen del hinduismo, religión con la que el Buda tuvo más problemas y a la que más criticó.

Este puede ser un muy buen tema de debate para comentar dentro de un grupo de personas que se sienta lo suficientemente cercanas y confiables como para contemplar la posibilidad de iniciar una nueva Sangha en su lugar de residencia. Espero seguir recibiendo sus comentarios, críticas y pensamientos sobre los artículos y el blog.

lunes, 24 de julio de 2017

¿Qué es el budismo?

La primera pregunta que uno se hace es, ¿Qué es realmente el budismo?
¿Es una religión? ¿Es una filosofía? Antes de abordar una postura frente al budismo es mejor iniciar por conocer algo de su origen. Por tanto, hagamos un repaso por los inicios del budismo que aunque será extremadamente rápido y superficial, nos dará un contexto para entender la actualidad de esta vía espiritual. 

Hace alrededor de 2.560 años, en el norte de la India, hubo un príncipe llamado Siddartha Gautama. Éste, según se profetizó desde su nacimiento, sería un gran líder político y militar o un iluminado. Siddhartha vivió en la opulencia y el exceso de una vida de príncipe tras los muros de un palacio, pero al salir y conocer la enfermedad, la vejez y la muerte, escapó de su reino y se fue en busca del remedio para superar el sufrimiento que aqueja al mundo.  

Siddhartha tuvo varios maestros y conoció varias religiones, pero no solo no encontraba en estos sistemas las respuestas a sus preguntas, sino que notaba sus fallas y la continuación del sufrimiento que decían curar, o la injusticia que estos sistemas aún perpetraban.

Vagó como un asceta entre maestros y yoguis practicando la mortificación hasta el punto de poner en riesgo su vida. Entonces entendió que ése no era el camino y tomó una decisión. Abandonó todo y a todos los que había seguido anteriormente y se sentó bajo el árbol Bodhí a meditar con la determinación de no levantarse de ahí hasta descifrar la manera de superar el sufrimiento de la vida. Finalmente, después de superar todas las tentaciones y obstáculos de su mente en una noche de luna llena, al amanecer se levantó siendo el iluminado.

Esta es la historia de Buda muy resumida. La palabra Buda significa iluminado. En su sentido práctico quiere decir “el despierto”. El que ve más allá de las ilusiones. Las enseñanzas de Buda, o el Buda Dharma como también se le conoce, que el Buda llevó a sus primeros discípulos, los cinco ascetas con los que había estado vagando anteriormente, son la base de lo que hoy llamamos budismo.

Buda explicó la manera de superar el sufrimiento y llevar una vida en perfecta paz y sabiduría a través de la práctica del Buda Dharma. Convirtió a sus discípulos en maestros y en formadores para que fueran la guía de los laicos a los cuales deben servir. Buda fue un maestro iluminado. Un maestro de maestros. Buda fundó una orden de monjes. Éstos, a su vez, fundaron la religión budista. Es decir, iniciaron el movimiento monástico que viajaría por todo el mundo guiando a los practicantes no ordenados.

El Dharma de Buda es en esencia una práctica mental y física. Y un sistema social, ético y moral, como también espiritual. El Budismo es una religión abierta que no les exige a sus practicantes adhesión o sumisión a una institución o a una jerarquía. Es una creencia libre. Si usted es cristiano y ve en las enseñanzas de Buda unas bases éticas e incluso espirituales que le pueden ayudar a vivir mejor, usted puede practicar las enseñanzas, tantas como quiera y tanto como quiera, sin necesidad de abandonar su creencia cristiana. Para el Buda, lo importante no era la identificación con una idea, una doctrina, un país o un ismo, sino ayudar a las personas que sufren a través de la sabiduría perfecta.

Volviendo a la pregunta ¿Es el budismo una religión o una filosofía? La respuesta es, depende de la persona. Si una persona que conoce las enseñanzas decide cambiar su estilo de vida y practicar el Dharma de Buda como base y guía de su vida, para esta persona es una religión. Pero si una persona conoce y hace suyas las enseñanzas de Buda para su vida sin identificarse con la comunidad o sin abandonar su creencia materna, para esta persona será una filosofía. En ambos casos, las enseñanzas son beneficiosas para quien las practique. Y hay que resaltar que las enseñanzas son de beneficio sólo cuando se practican. El solo estudio del budismo no genera ningún cambio así como el teólogo no sacará provecho de la creencia como sí lo hace el creyente. Esto es recalcado constantemente por los maestros ya que el budismo se presta para un profundo estudio ético y psicológico en lo académico.

¿Es el budismo un ismo? En realidad, la palabra budismo es un concepto occidental. En los países budistas lo más cercano a la palabra es “practicante del Buda Dharma”. El budismo como ismo surge cuando entra en contacto con la academia occidental a mediados del siglo XX, que organiza y distribuye el conocimiento de manera sistemática. El budismo entonces, lo hacen los budistas desde que el Buda Dharma cruzó las fronteras de oriente.

Tras la muerte de Buda, la orden monástica siguió funcionando al tiempo que se extendía por toda la región del norte de la India.

Quinientos años después de la muerte del Buda, se formó un gran concilio y hubo una división entre dos escuelas. La ya fundada y una naciente más accesible al mundo laico. La escuela Theravada (llamada por aquellos tiempos hinayana), que es la tradicional. Y la Mahayana que es la tardía. El Mahayana, que significa gran vehículo, y el Theravada también llamado Hinayana en aquellos tiempos, que significa pequeño vehículo.

El término Hinayana es un término despectivo promovido por los seguidores del Mahayana que consideraban a los otros demasiado ortodoxos, muy centrados en la figura monacal y que dejaban de lado una gran parte de las necesidades del seguidor laico.  Los despectivamente llamados Hinayana, procuraban conservar las enseñanzas de Buda de la manera más fiel y cercana posible a las enseñanzas del Buda histórico. Esforzándose por evitar las interpretaciones o re interpretaciones de la doctrina basándose en el Canon Pali o tres canastas, que contienen las enseñanzas más directas de Buda y son el documento del cual emergen todos los Sutras de las tradiciones Mahayana.

El Mahayana, que es una vertiente más abierta y accesible, se extendió por gran parte del continente asiático, incluyendo Japón, China, Corea y otras grandes regiones en donde a su vez surgieron nuevas tradiciones que perduran hasta nuestros días. De esta vertiente proceden las tradiciones como la Vajrayana, también llamada budismo Esotérico, Tántrico o Matrayana, del cual proceden las cuatro escuelas del budismo tibetano, el más extendido en occidente en la actualidad. También son Mahayana las tradiciones Chan, Tierra Pura que se fundaron en China. La tradición Nichiren y las tradiciones Zen  que surgieron en Japón, y algunas otras más.

La vertiente llamada Hinayana es conocida como la tradición Theravada. Predomina en la región del sudeste de Asia en países como Tailandia, Birmania, Sri Lanka, Camboya. Como comentamos anteriormente, ésta se basa en el Canon Pali que son las escrituras sagradas más cercanas a las palabras del propio Buda. El Canon Pali es de hecho la fuente sobre la cual se basan todas las tradiciones y escuelas budistas del mundo. La tradición Theravada también es llamada la Tradición de los Ancianos Sabios o la Tradición del Bosque. Es la única de las diecinueve escuelas primitivas que sobrevivieron tras la muerte del Buda.

 La tradición Theravada tuvo un gran auge en el mundo occidental a mediados del siglo XX por ser muy afín a la practicidad racional, poca tendencia a la superstición y por estar acorde al pensamiento científico de occidente. La escuela Theravada también está empezando a tener crecimiento en países occidentales y en todo el continente americano actualmente.

Como se puede ver, el universo budista es mucho más grande de lo que uno cree. Hay muchas tradiciones, escuelas y maestros que actualmente se siguen ramificado y esparciendo por todo el mundo. Esta es de manera muy resumida y breve, un recuento del origen y constitución del gran universo budista que existe en nuestros días. Este es un tema que obviamente, tiene muchísimo material para investigar. Este es solo un leve vistazo general. 

Entre otros datos importantes que pueden aclara el panorama del mundo budista podemos resaltar que el Dalai Lama no es el equivalente al Papa en el budismo. El Dalai Lama es solo una figura político religiosa que rige al país del Tïbet, no a las demás tradiciones budistas. De hecho, desde el punto de vista religioso, tampoco rige todo el budismo tibetano ya que procede de una de las cuatro escuelas tibetanas que hay. También es bueno saber que el Buda fundó una orden de monjas, dándoles a las mujeres igualdad en la vida monástica frente a los hombres. Esta orden se perdió en el tiempo pero está volviendo a resurgir en Tailandia con todas las dificultades posibles que una orden de mujeres puede tener, pero progresando lentamente. Otro dato curioso es que el budismo no exige ser vegetariano. Esto es opcional y según la tradición que se decida escoger.


Este es un vistazo muy corto y superficial de lo que es el budismo. En éste blog podrás encontrar algunos de estos temas y otros más, explicados de manera más extensa y detallada. Si tienes otras dudas o aportes que puedan enriquecer nuestro conocimiento, no dudes preguntar y comentar. El estudio constante y el debate son parte fundamental de nuestra práctica. Todos son bienvenidos a beneficiarse de éstas hermosas y útiles enseñanzas. 


miércoles, 19 de julio de 2017

Budismo y política

El maestro Tich Nhat Han, en el décimo de sus catorce preceptos del budismo comprometido, dice que no se debe usar a la comunidad budista para hacer un partido político ni participar en política. En el primero dice que uno no debe apegarse a ninguna doctrina ni ideología, incluso las budistas. Esto es coherente con una actitud realmente budista. No significa que uno debe alejarse de la discusión social o desentenderse de la política o de los problemas económicos y sociales.

Lo que el maestro Han dice en sus preceptos sobre política apunta a la independencia de pensamiento. Independencia total. Cuando uno es militante de un partido o ideología, uno tiende a sesgar la información y a interpretar selectivamente los acontecimientos, de manera que todo lo que le genere mala imagen a las fuerzas opuestas y mejore la imagen del lado con el cual uno se identifica se resalten automáticamente en la mente y se vuelvan más cómodas y fáciles de proclamar. Al mismo tiempo, la información que es favorable al lado opuesto y desfavorable al mío es desestimada de inmediato o poco tenida en cuenta sin un análisis real. No hay objetividad ni imparcialidad porque la mente adoctrinada no es libre. Está encadenada a los conceptos de bueno o malo según la doctrina o el líder. La comunidad del maestro Han fue atacada por ambos bandos durante la sangrienta guerra de su país porque decidió no escoger ninguno.

Un ejemplo de libertad de pensamiento lo puedo dar desde la política de mí país. Un líder de izquierda prohibió las corridas de toros en la ciudad. Excelente. Todos deberían apoyar eso. Por otro lado, un congresista de derecha impulsa una ley para castigar a los congresistas y funcionarios públicos que no asistan a las sesiones y ganan millones sin trabajar. Algo necesario. Todos deberían apoyar eso. En realidad la mayoría de la población apoya ambas propuestas pero al momento de recoger firmas o apoyar en plaza pública estas iniciativas, muchas personas fieles a su militancia se abstienen de apoyar una buena iniciativa porque estarían traicionando su ideología o su posición política al darle una firma a un candidato del partido opositor. Pesa más la fidelidad a un partido o ismo (o el rechazo a un partido, ideología o líder) que el sentido común, porque entre ellos parecería más que se está apoyando al lado contrario que a la propuesta en sí, lo cual sería un sacrilegio ideológico.

Por eso no es recomendable pertenecer a un partido porque los partidos políticos son los instrumentos que usan los líderes para dividir a la sociedad y mantener las fuerzas balanceadas y al pueblo ocupado rechazándose entre sí. Si la noción de partido se aboliera y los líderes fueran vistos como lo que en realidad son, servidores públicos en lugar de líderes mesiánicos y salvadores sociales, solo se verían las propuestas, las leyes, sin tener en cuenta de dónde salen. Se le quitaría mucho poder a líderes y a grupos ideológicos y la gente sería más objetiva. Los líderes  y los partidos son susceptibles a corromperse como de hecho lo hacen todos los días, pero el sentido común no. La visión budista de la política no admite colores porque no divide a la gente según su creencia.

Por más equivocada que esté una persona, lo más inteligente es encontrar la manera de sentarse con ella y encontrar puntos comunes. Los partidos políticos y las ideologías pueden enfermar la mente de la gente de tal manera que prefieran padecer hambre o enfermedad con tal de ver derrotado al bando opuesto, algo tristemente común en este lado del mundo. El hambre, la  falta de salud y la injusticia no discriminan afiliaciones de derecha o de izquierda. En ése sentido, todos estaríamos de acuerdo en cuanto a los objetivos políticos que benefician al pueblo en general.

En nuestros contextos latinos de pasiones políticas, la consecuencia directa de escoger una ideología o un partido político es que asumes que hay otro igual contra el cual luchar, es decir, alguien que está equivocado y que debe ser combatido. Pensamiento que lleva a un inevitable error. Si usted piensa que alguien está equivocado, lo más lógico es sacarlo de su error, lo cual no puede hacer si lo combate. Combatirlo o contradecirlo por el contrario genera que esta persona se aferre aún más a su equivocación. La única manera de superar un error es hablando, pero el aferramiento a la ideología no acepta hablar con el enemigo porque hablar es casi un equivalente a ceder, y ceder frente al enemigo es perder o traicionar. Así de radicales pueden llegar a ser las mentes adoctrinadas.

En mi país por ejemplo, no hay mayor diferencia entre militar en un partido político y pertenecer a una barra brava de fútbol. No se piensa, solo se siente y se odia. El siglo veinte fue prueba más que suficiente de ello. Nuestros padres literalmente se masacraron en una guerra civil bipartidista cuyas consecuencias ideológicas aún se reflejan en los nuevos partidos políticos salidos de sus viejas ideologías. La política no se piensa con la razón sino que se siente con el corazón y todo el mundo carga resentimiento. La razón se nubla.

La mejor manera de participar políticamente en la sociedad es no perteneciendo a ningún partido político y no aferrarse a ninguna ideología política. Cuando una persona escucha la palabra política lo que piensa es en partidos, campañas, votaciones o sesiones de congresos y cosas aburridas de gente con poder. Eso no es política. La política es la acción conjunta de la mayoría de las personas de una sociedad hacia un objetivo definido. Cuando en un salón de clase deciden si van al zoológico o al museo por votación, eso es política. Cuando deciden quién del grupo va a exponer en clase o a representar a los estudiantes, eso es política. Lo queramos o no somos seres políticos. Al negarme a votar, participar, opinar y enterarme de lo que pasa en mi país, me convierto en un peso muerto que alguien más aprovechará para llenar una encuesta, medir la apatía o el apoyo hacia algo o hacia alguien. Inevitablemente soy un instrumento político usado por alguien más, por eso lo mejor es tener siempre una opinión, una perspectiva clara y una posición ética y correcta. El maestro Han recomienda que esta posición no se base en ideologías sino en las decisiones independientes de uno mismo y en su ética.

En nuestro caso tenemos una estructura ética y moral sólida sobre la cual sopesar nuestras decisiones políticas, que no es lo mismo que crear o basarse en una ideología. La ética y la moral en el budismo se basa en un pensamiento simple y claro: Tratar siempre de hacer lo correcto. En todo momento y situación. Parece simple pero no lo es.  En mi caso, cuando tengo dudas, me remito a las enseñanzas de Buda en busca de la decisión más correcta que no siempre es la que me parece. Las ventajas que ofrecen las enseñanzas es que nos enseñan primero a desaprender cosas, patrones arraigados fuertemente que rigen nuestras decisiones (ideologías) y luego nos enseña a cultivar una mente más clara, más objetiva, con una visión más lógica de las cosas.

Un ejemplo sería firmar y asistir al rechazo a las corridas de toros de la izquierda y firmar y asistir al apoyo de la ley que castiga congresistas ausentes de la derecha sin ver izquierda ni derecha sino simplemente justicia. No se ponga ninguna camiseta. La justicia no tiene ideologías. Eso es precisamente lo que las ideologías quieren hacer creer. Tenga su propio criterio y fórmese su opinión desde la realidad, desde el presente y desde el sentido común, no desde arcaicas, anacrónicas y lejanas ideologías caducas del siglo XX.

Inclúyase en iniciativas de ayuda. Fundaciones sociales, voluntariados. Ayude a los animales, a la ecología, a las causas civiles. No se necesita ser de izquierda para apoyar los derechos civiles de las minorías. Simplemente se necesita ejercer la libertad de expresión, el voto razonado y el apoyo a las personas. Los sistemas políticos, ideologías y movimientos sociales nacieron para servir a las personas, no al revés. Ese es el gran error de la juventud militante.

Hay que votar, es imprescindible. Pero no vote al candidato. No vote al partido. Conozca el programa de gobierno y vote por el que le parezca más correcto. La gente piensa que el aporte político termina con el voto. Error, empieza con el voto. Una vez usted haya votado por un programa de gobierno, vigile que este en verdad se lleve a cabo. Si no es el caso ponga de manifiesto que el funcionario público no está cumpliendo con su trabajo y debería ser destituido. Mantener a la gente adoctrinada mantiene al funcionario público a salvo de perder su puesto porque la gente lo sigue con el corazón, no con la mente. Si los propios seguidores del líder electo lo evalúan constantemente, éste no se puede dormir en los laureles porque podría ser destituido.

Solo he sabido de una o dos veces en las cuales un servidor público ha sido destituido por la acción del pueblo. No es muy frecuente pero es posible.

A manera personal mi recomendación es la siguiente. No le crea a nadie. Ningún líder es creíble hasta que empiece a cumplir con su trabajo. Y aun así puede traicionar sus propias iniciativas y a su gente. Hay que ser inmunes a las ideologías y alérgicos a los partidos pero hay que buscar la manera de estar constantemente en contacto con las personas, con todas ellas. Tenga una posición definida, pero que ésta no tenga necesariamente que clasificar a las personas entre buenas y malas, inteligentes y equivocadas, blanco y negro. Si se basa en el sentido común y el más elemental sentido de justicia usted podrá sentirse cómodo en cualquier lugar y con cualquier persona sin importar si está o no de acuerdo con ella. Eso es democracia, la capacidad de sentarse a compartir en la misma mesa con personas que piensan de manera totalmente diferente u opuesta. Sentarse sólo con los que piensan igual a uno no tiene ningún mérito, y es además bastante aburrido.

Las enseñanzas de Buda son bases sólidas para poder sentarse en cualquier mesa y ayudar a cualquier persona, al tiempo que protegen la mente de las pasiones nocivas y el fanatismo ideológico. Hasta el propio budismo puede ser usado como una causa radical y fanática como bien lo previene el maestro Han. Somos falibles y todos somos susceptibles a ello. Pero el estudio, la práctica asidua y sobre todo la meditación, mantendrán a la mente clara, calma y ecuánime. Éste es el instrumento que nos puede ayudar siempre a tomar las mejores decisiones posibles.  


Hay que afrontar nuestra naturaleza de seres sociales, de seres políticos. Pero hay que hacerlo con compasión y amor, totalmente carentes de odio. Si no permitimos que nos llenen de odio, es imposible que nos puedan convertir en fanáticos ideológicos. Y por ende, es imposible que puedan manipularnos. Hay que luchar, pero con inteligencia.