lunes, 28 de octubre de 2019

Recomendaciones para practicantes solitarios. Faltarle el respeto al budismo.


El problema con el budismo es que no le pertenece a la gente. A las personas les da miedo apropiarse del budismo porque lo ven como algo sumamente sagrado que requiere condiciones especiales para poder ser practicado. Nos está pasando lo mismo que les pasó a los cristianos con su doctrina. Se nos está vendiendo la idea de que la única manera de acceder al budismo es por medio de otra persona o de una institución. De alguien calificado. De un humano superior a mí que pueda guiarme porque yo solo, no solamente jamás podría encontrar el camino correcto, sino que también lo haría mal. Ensuciaría el budismo. Lo convertiría en algo indigno. Así que mejor lo dejo ahí como una tacita de cristal que no toco porque me da miedo ensuciarla o romperla.

En algunas escuelas es fundamental contar con un maestro porque la pertenencia a la Sangha debe ser heredada. Debe venir de una cadena tradicional. Esto no es ley. Es una condición de algunas escuelas budistas, sobretodo de las Vajrayana, pero no significa que sea la única vía. De ser así, el budismo jamás hubiese podido salir de oriente.

Esta es la idea que se nos vende en los medios y más que todo en los foros de redes sociales. Como ya hemos comentado anteriormente, los foros de internet son una enorme galería de egos. Un concurso permanente de doctores del Dharma sobre quién sabe más, quien opina más, y quién demuestra mayor sabiduría dándole una importancia a sus palabras que nadie más le ha dado y de manera gratuita. Esto es muy común.

Frecuentemente, alguien nuevo entra a un grupo de budismo y escribe una pregunta, por ejemplo: ¿Qué debo hacer para poner un altar en mi casa? De inmediato acuden personas a corregir la pregunta en lugar de contestarla. “Los altares no son necesarios para la práctica. El altar es solo un agregado vacío de las tradiciones. El verdadero budismo no necesita imágenes. Deberías enfocarte más en la meditación y la práctica que en el ritualismo. De forma indirecta le están diciendo a quien pregunta: Eres un pobre tonto que no sabe lo que hace y se enfoca en estupideces…”.

No les interesa responder a la duda. Ni siquiera les importa el por qué la persona está haciendo la pregunta. Si para una investigación, para ayudar a otra persona, para complementar una práctica ya realizada debidamente o por simple curiosidad. Lo único que ven son preguntas equivocadas que no concuerdan con su visión de la práctica y sienten el irresistible impulso de andar corrigiendo en lugar de ayudar.

La gran enfermedad de este tipo de personas, es que nadie les está pidiendo su opinión. A nadie le importa lo que saben o no saben. Pero como nadie les está pidiendo que enseñen, no pueden dejar de meter su opinión donde alguien está pidiendo información. Cosas simples y superficiales. Qué Buda debería comprar, cómo hacer un altar, como se usa un Mala… Preguntas simples que buscan información trivial son contestadas con extensos periódicos sobre cómo es que la persona que preguntó ha hecho una pregunta incorrecta y debería ver el budismo del mismo modo que lo ve el sabio que le contesta.

Cuando alguien busca una opinión, generalmente inicia su pregunta con la frase “qué opinan de…” Entonces las largas discusiones filosóficas sobre supuestos hipotéticos que no tienen ningún uso útil en la realidad tienen lugar entre eruditos de google.

El punto es que esta actitud de sabio de teclado espanta a mucha gente que idealiza al budismo como algo inalcanzable cuando en realidad no es así. La sabiduría del Buda es algo sagrado, sublime y perfecto. Pero el camino hacia la iluminación, nuestro camino hacia esa sabiduría y nuestra práctica primaria no lo es. Nuestro camino en principio debe ser torpe, sucio y lleno de errores. Debe ser, como es obvio, un camino de principiantes.

Lo que debemos tener claro y no olvidar jamás es que, en nuestro camino hacia la Iluminación, nosotros NO NECESITAMOS INTERMEDIARIOS. El mismo Buda dejó esto en claro cuando le preguntaron quién sería su sucesor luego de su partida. La respuesta fue simple. Las Enseñanzas. No necesitamos nada más y mucho menos a nadie más.

Para nosotros, no es esencial ni imprescindible el tener a una persona que nos haga puente entre el Dharma, el Buda y nosotros. Debemos acceder al budismo sin miedo. Debemos irrespetar el budismo. Investigarlo y estudiarlo como algo serio, como un pasatiempo, como un deporte, como una profesión, como un arte, como si fuera ocio. Debemos entrar en él sin miedo y practicarlo sin miedo a hacerlo mal porque precisamente ese es el objetivo. Practicarlo mal para aprender a practicarlo bien posteriormente. Como un aprendiz de artesano. Y eso lo podemos hacer solos. No necesitamos a nadie más. Tenemos al mismo Buda que es el máximo Maestro. Y a propósito de esto hay algo importante que debes saber.

No desesperes por refugiarte en un maestro. Si por años has anhelado tener un maestro y por algún milagro llega uno a tu ciudad, no creas que por el hecho de que ese es el único monje a tu alcance ese es el maestro que el universo te ha enviado para guiarte. No seas determinista ni supersticioso. Evalúalo. Antes que nada, asegúrate de que en verdad es un budista. Debes hacerlo a la luz de las Enseñanzas que vienen anticipadas para detectar falsos maestros que ya existían desde los tiempos del Buda. No te guíes por tus carencias afectivas ni por tu necesidad de figura paterna o materna. Incluso si la persona sí es un verdadero monje budista y puedes aprovechar sus enseñanzas en tu práctica, eso no significa que debas convertirte en su discípulo. No todo maestro es óptimo para todo estudiante. Debe haber una afinidad, una armonía entre ambos o al menos un criterio común en cuanto a la práctica. Y a veces simplemente no lo hay. Puedes servirte de la sabiduría de muchos maestros sin necesariamente ser discípulo de ninguno. Esta es una enseñanza de varios maestros importantes. Uno de ellos, el gran Maestro Shen Yeng, decía que los maestros son como los bastones. Uno debe probar uno y otro hasta dar con el adecuado para uno mismo. Si das con un maestro con el cual sientes total afinidad, eres bastante afortunado y tu camino será más cómodo. Si no es así, refúgiate en el mismo Buda, Maestro de maestros, y tu camino será seguro.

Cuando practicas por tu cuenta, el budismo se convierte en un proyecto autodidacta. Tienes una estructura clara y sólida sobre la cual trabajar. Nos referimos a la base de la doctrina enseñada en los Sutras (Cuantro Nobles Verdades y Noble Óctuple Sendero). Debes entrar a los Sutras antes de entrar a una comunidad, antes de hacer preguntas, antes de querer ser budista. No puedes ser budista si no conoces la doctrina y los Sutras. Si no tienes esta base, alguien más llenará ese vacío con basura elocuente y mágica.

Haz del budismo tu proyecto personal a largo plazo. Imagina que los Sutras son tu materia prima y crea tu propio esquema de trabajo. No los trates como si fueran el santo grial. Mientras no los entiendas, no son más que un texto académico. Mientras más los entiendas y menos explicaciones necesites para comprenderlos, entonces más sagrados se volverán para ti. No al revés como usualmente pensamos. Que la sacralidad de una enseñanza es directamente proporcional a la ignorancia que tengamos sobre ella. Es precisamente lo contrario. Entre más conocemos las Enseñanzas y más las practiquemos, entonces es cuando verdaderamente empiezan a ser sagradas para nosotros. Entra en las Enseñanzas a tu modo. A tu manera.

A modo de experiencia puedo decir que empecé buscando bibliografía. Mi ventaja es que siempre me han gustado más las bibliotecas que el internet. Las bibliotecas te ahorran muchísimo tiempo de búsqueda en internet debido a que después de consultar con los libros, te sientas frente al computador sabiendo con mucha más exactitud qué es lo que tienes que buscar, y de esta manera te ahorras una cantidad de tiempo y de errores e información falsa e incorrecta con la que tendrías que lidiar si entras a internet a buscar desde cero. La investigación de los libros te hace saltarte un montón de información confusa que te retrasa el estudio.

Después de hacer una investigación básica en biblioteca e internet, empecé a hacer mi propia biblioteca en físico y virtual sobre budismo. Esto incluye principalmente Sutras y charlas dictadas por maestros y en segundo lugar libros escritos por budistas laicos.

Ya teniendo esta información, procedo a organizarla. La organizo teniendo en cuenta el material que voy a usar frecuentemente durante todo el estudio como por ejemplo el Dhammapada o el Sutra de la Enseñanza, y luego organizo el material que por ser más denso, extenso o especializado, voy a trabajar posteriormente.

Teniendo la información organizada, me dispongo a usarla para convertirla en práctica. Tengo todo un apartado dedicado solamente a la meditación y otro dedicado únicamente a la práctica en sociedad, dícese los cinco preceptos, el Noble Sendero y otros. Y voy asignando prácticas específicas para convertirlas en hábitos. Por ejemplo, meditación todos los días en la mañana.

Llevo el registro de las actividades y me evalúo periódicamente si estoy cumpliendo mis objetivos. Hago un cronograma para verificar el progreso y programar metas a corto y largo plazo.De esta manera voy armando un sistema. Hago uso de un calendario u organizador en el cual anoto las fechas de festividades importantes en el budismo (si tienes una tradición específica investiga sus festividades para tenerlas en cuenta), y la planeación de actividades budistas a realizar.

Un punto importante es que NO me pongo objetivos definidos rígidamente. Por ejemplo, si apenas estoy iniciando la meditación, no me pongo como obligación que el primer mes tengo que meditar temprano en la mañana todos los treinta días sin falta. Si fallo esta meta, me voy a decepcionar y esto puede hacer que se afecte la motivación. Al iniciar la meditación temprano en la mañana, por fuerza debes obligar a tu cuerpo a adoptar un horario de sueño saludable, y esto puede tomar algo de tiempo.

Puedes ser creativo. Por ejemplo yo he creado un devocional pequeño en el cual pongo Sutras importantes, imágenes, mantras, y varias cosas de uso diario y práctico que llevo a todas partes junto con el Mala. Tengo una libreta o cuaderno de apuntes designado únicamente para el estudio budista de textos y charlas, igual que en la escuela o la universidad. Llevo el material de estudio como si asistiera a una universidad budista y tengo un horario definido de estudio que puede variar según mis necesidades.

Voy registrando mi progreso con el tiempo y llevando cuenta de las áreas en las cuales tengo falencias. Por ejemplo, me estoy pasando con la comida y estoy aumentando de peso. Las Enseñanzas dicen que uno debe ser mesurado con la ingesta de comida. Así que he tomado medidas para mejorar mis hábitos alimenticios desde las recomendaciones de las prácticas budistas, lo cual ha sido muy beneficioso para mi salud. Otra área es el ejercicio físico el cual me ha costado más que la comida.

Algo que hay que tener en cuenta es que uno no debe volverse esclavo de sus propias metas. Yo no hago mucho énfasis en la planeación de metas a futuro y me enfoco más en el cambio gradual en el presente. Me esfuerzo en cambiar hábitos sin tomar en cuenta límites de fecha o marcas específicas. Por ejemplo, jamás tengo en cuenta la cifra exacta de mi peso, ni el número de kilómetros que corro, o el peso que levanto en el ejercicio, o cualquier otra métrica para medir mi rendimiento en éstas áreas. En lugar de eso simplemente evalúo la mejora en mi calidad de vida sin tener en cuenta ningún número. El único registro que tomo en cuenta es la constancia. El principal objetivo es no detenerse y no interrumpir. Los números no son tan importantes más que todo porque te pueden obsesionar. Por eso no soy amigo de las metas definidas con límite de tiempo. A mi parecer pueden ser contraproducentes, pero esa es una opinión muy personal. Para mucha gente sí son útiles y ese es precisamente el objetivo. Que construyas tu esquema de práctica basándote en tus necesidades personales, tus gustos, tu sistema de organización y tu creatividad.

Al budismo se le tiene un respeto que es perjudicial para la práctica, y hay que perdérselo. Se le ve como a una casa ajena en la que se debe tener cuidado donde se pisa. Éstas sencillas recomendaciones son para que se pierda el miedo a practicar el Dharma de lleno y se irrespete la casa para que la hagas totalmente tuya. Haz del budismo tu casa. Entra como quieras y quítate los zapatos. Usa los muebles, la cocina, las habitaciones a tu antojo. El Dharma es tu casa. No necesitas un casero o arrendador al cual le tengas que rendir cuentas o pedirle permiso. Incluso si tienes un maestro, este no es el dueño de tu casa, no tiene que ver con tu práctica personal y no se hará responsable de cómo lleves tus cuestiones espirituales. Pregúntale a un maestro y te dirá que así es. En tu casa, tú no tienes miedo de usar las cosas, de entrar a las habitaciones, de gastar los recursos o de hacer uso de tus utensilios. Son tuyos. Haz del budismo algo tuyo y tu práctica se hará real. Hay que sacar el budismo de la teoría y empezar a ejecutarlo en la práctica de la vida diaria de forma natural.

Además de ser algo provechoso y de enfocarte correctamente en tu camino espiritual, crear tu propio esquema de práctica budista es muy divertido. Es como cuando estrenas útiles escolares en tu regreso al colegio. Organizarte, darle un sentido y una estructura a tu práctica, es un hobby y una responsabilidad al mismo tiempo. La disciplina no tiene por qué ser algo aburrido y en ningún momento puede ser interpretada como castigo. Si asocias disciplina con castigo debes reevaluar tu práctica porque algo estás haciendo mal.

En mi caso, los elementos fundamentales para mi práctica diaria son mi cuaderno o libreta de estudios budistas, el devocional que llevo a todas partes, el espacio de meditación y la biblioteca en virtual y físico de Sutras y libros. Agregado a esto estoy haciendo una colección de películas budistas, continuos cambios en el altar, y exploro algunas formas de arte budista. Las personas que son muy creativas se pueden divertir mucho con este enfoque autodidacta.

Aunque ya se comentado muchas veces en el blog hay algo que reitero constantemente sobre todo para las personas nuevas en el Dharma. Los foros de redes sociales NO SIRVEN PARA APRENDER BUDISMO. No busques respuestas en los foros de internet. Te van a dar mil respuestas contradictorias. Esas personas pasan más tiempo en el computador que en la práctica real y por lo general su intención es ser admirados. Ve a fuentes confiables. Libros y Sanghas establecidas.  Estar solo es difícil pero el Buda dice que entre andar el camino solo y seguir acompañado de un necio, lo mejor es caminar solo. Además, entre más fuerte sea tu práctica personal, más posibilidades tienes de encontrar un compañero en la práctica. De todas maneras, el que estés solo o acompañado no debe tener una importancia mayor en tu práctica. A fin de cuentas, la práctica es personal.

Esta propuesta es una página en blanco para vivir el Dharma de una manera libre, pero con disciplina y creatividad. La necesidad de compañía en la práctica es un problema, eso no lo podemos negar, pero la práctica solitaria, si se hace bien y constantemente, trae mucha satisfacción y genera independencia mental y emocional. Puedes practicar solo e incluso si tu práctica es constante y se hace fuerte, puede que ayudes a otros a conocer el Dharma y practiquen contigo.

La propuesta es entonces a irrespetar el budismo, a apropiarse de él. A quitarle el misticismo y la sacralidad superficial y ensuciarse las manos en la vida real practicando estas Enseñanzas que son perfectas. Sólo hay una manera de comprobar si lo que enseñó el Buda funciona o no, y esa es comprobándolo por experiencia propia. Haz del budismo tu casa y tendrás el refugio más sólido y perfecto.









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domingo, 13 de octubre de 2019

Por qué es tan difícil practicar budismo actualmente y como empezar a practicarlo correctamente

Buda herido. Bansky. Londres 2008


El budismo está de moda. Ahora se tiene un acceso más fácil a las Enseñanzas que antes. Como ya hemos comentado en artículos anteriores, el budismo en occidente es un budismo occidentalizado. Es la doctrina budista real pero envuelta en una gran cantidad de capas de misticismo, cultura popular, consumismo y también pseudo budismo. Por eso es tan difícil practicar el budismo hoy en día. Porque antes de poder acceder a una práctica mínimamente básica, hay que limpiar la información de todos estos anexos que precisamente lo hacen tan fascinante.

Nos venden el budismo como algo sobrenatural. Algo místico y desconocido. Como una cura milagrosa rescatada de la antigüedad que guarda los secretos para curar toda enfermedad, arreglar toda problemática personal y por supuesto, levitar…

El problema radica mayormente en las fuentes y promotores mismos del budismo en occidente. Por lo general se prestan para mucha confusión.

Cuando uno es totalmente ajeno a un tema como el budismo y desea empezar a investigar, uno suele creer en todo lo que la primera fuente que le parezca más confiable le dice. Uno no tiene sentido crítico de la información y como se dice comúnmente, traga entero, y no repara mucho en la veracidad de la información. Por ejemplo, una página web, un libro, un maestro o alguien que se haga llamar maestro. El quedarse con lo primero que uno se encuentra y no comparar la información con otras fuentes, genera una confusión que hace que la gente se decepcione y se aleje del budismo sin siquiera conocerlo pensando que es otra cosa.

Recordemos que una parte fundamental de recabar información fidedigna es dudar de las personas que se dicen estar capacitadas para enseñar. El Buda advierte que no todo el que lleve la túnica es digna de ella y creer en que alguien es un maestro solo porque ostenta el título y tiene discípulos, sin comprobar su ética o sabiduría, es un clásico error de neófitos.  

Ahora, suele pasar que una persona verdaderamente apasionada por el budismo se identifica más con su escuela de práctica que con el budismo en sí, dando información que puede que no sea falsa, pero que es incorrecta en cuanto a la práctica básica. Esto debido a que cuando enseña o explica budismo habla solamente desde la práctica que dicta su escuela, y quien escucha cree que la información que está recibiendo es la información general de todo el mundo budista, cuando en realidad es una información bastante limitada a la escuela budista de quien le habla. Hablo por experiencia propia ya que este fue precisamente mi caso.

La primera vez que investigué sobre budismo y le pregunté a alguien que ya tenía una práctica, hubo una información que yo no tenía previamente y que me llevó al error. Resulta que las fuentes que estaba consultando eran todas solo de budismo tibetano, así como también la persona con la que estaba instruyéndome. Era un practicante del budismo tibetano.

Algunos conceptos como las paramitas, el mahamudra, las tulpas, el budismo tántrico e iniciático (según el cual solo se puede ser budista única y exclusivamente bajo la tutela de un maestro certificado) y otros tantos, me fueron explicados sin la advertencia previa de que estos eran elementos presentes e imprescindibles solamente en las escuelas tibetanas, y que no eran parte esencial del budismo básico sobre el cual se fundamentan todas las escuelas, tradiciones y Enseñanzas budistas.  Así que en mi ingenuidad yo pensaba que el budismo tibetano era el único budismo que existía. Y como todos estos elementos, que en realidad eran propios de la cultura tibetana añadidas posteriormente, me parecían poco coherentes y poco útiles, me alejé del budismo. Ahí perdí una gran cantidad de tiempo debido a mi propia ignorancia y mi falta de constancia en la investigación. En otras palabras, por pereza de investigar más a fondo en lugar de descartar el tema debido a información incompleta que no estaba corroborada.

Tiempo después, me topé con fuentes del budismo zen, también muy presentes aquí en occidente. Y al ver que tenía poco o nada que ver con el budismo tibetano supe que debía investigar más a fondo. Fue entonces cuando supe que el mundo budista es muchísimo más amplio de lo que me había imaginado. Y que estaba juzgando todo un universo solo por una pequeña porción de expresión cultural budista. Entonces comenzó mi verdadera investigación.

Comprendí que tenía que recibir toda la información sobre budismo que me llegaba y que debía irla descubriendo más a profundidad, como si le quitara las capas a una cebolla, yendo más allá de las culturas que representaban, las tradiciones que la conservaban y las personas que las enseñaban, que fueron en su mayoría (debo decirlo) personas poco instruidas, no calificadas para enseñar, mayormente fanáticos o simplemente farsantes vendiendo cursos caros.

Para estudiar budismo hay que tener paciencia. También hay que tener gusto por el estudio y la lectura. Luego de esto, lo que sigue es tener disciplina para iniciar la práctica y mantenerla. En principio, no existe práctica correcta o incorrecta. El principio del budismo es el método científico. Ensayo y error. Por lo cual es imprescindible que al iniciar se falle. Al principio hay que hacerlo todo mal. Las primeras meditaciones se deben sentir mal hechas; las primeras postraciones, recitaciones de mantras y Sutras deben ser incorrectas; los primeros estudios serán torpes; la comprensión de los primeros conceptos será precaria y poco profunda, y así con cada aspecto. Esto debe ser así porque el budismo más que una creencia es una práctica. Y se edifica con la constancia y el hábito. El budismo es un arte y como todo arte requiere tiempo y dedicación para que pueda tomar forma y ritmo, hasta que tengamos más habilidad y discernimiento para poder diferenciar entre el budismo y el comercio o la cultura. Impacientarse por hacerlo todo perfecto desde el principio es un error. La mente de principiante es la base del practicante del Dhamma.

Para evitar el error de la interferencia cultural o comercial en el estudio del budismo, lo más práctico es estudiar primero los conceptos básicos fundamentales y comunes en todas las tradiciones budistas. Y ya teniendo esas bases claras, empezar a ver las tradiciones y escuelas. Es decir, hacerlo a la inversa de como generalmente lo hacemos.  Este es, en mi criterio, el modo más práctico de empezar a estudiar y practicar el budismo desde cero.

Como ya es sabido este es un blog de budismo pragmático, secular, laico. Es decir que no se remite o adhiere a ninguna tradición budista en específico. Aunque sí practico una tradición budista en particular, el blog está orientado a la práctica del budismo desde lo secular, procurando trabajar el budismo desde una perspectiva general y fundamental de las Enseñanzas, de manera que cualquier budista de cualquier tradición y en cualquier lugar del mundo pueda comentar, debatir y comentar los artículos sin que la tradición sea impedimento para compartir con otros budistas. Al menos en principio.

A manera de guía práctica, vamos a mencionar los fundamentos básicos del budismo sobre los cuales se basan y desarrollan todas las tradiciones budistas del mundo. Todas las tradiciones y escuelas budistas deben contar con estos elementos definidos por el mismo Buda. Si una organización, grupo o escuela carece de alguno de ellos o se fundamenta en solo uno o algunos ignorando los demás, no debe ser tomada como verdadera.
Estos son los fundamentos básicos del budismo:

Las Cuatro Nobles Verdades.

El Noble Óctuple Sendero.

Los Cuatro Sellos.

Los Cinco Preceptos.

Los Cinco Skandhas.

El concepto de Anatman (Sánscrito) o Anatta (Pali).

Las Tres Joyas: El Buda, el Dharma y la Sangha. Y la toma de refugio en estas Tres Joyas.  

Los doce vínculos de originación dependiente.

La práctica de la Meditación.

Esta es la estructura básica de la cual emergen todas las escuelas budistas del mundo. Para empezar a practicar el budismo es recomendable investigar cada uno de estos conceptos e irlos relacionando a medida que los vamos comprendiendo. También es necesario practicarlos en el sentido de irlos introyectando y verlos como son en la realidad. Comprobarlos y tomarlos como verdades experimentadas.

Puede parecer que la lista es un poco larga. Sin embargo, no hay que hacerse lío con ello. Para simplificar un poco más el estudio, tengamos en cuenta que la verdadera columna vertebral de la doctrina budista son las Cuatro Nobles Verdades y el Noble Óctuple Sendero. Estos elementos parecen poder ser comprendidos fácilmente de una sola lectura, pero no es así. De la teoría a la práctica se entenderá por qué. El punto es que estos dos fundamentos son algo que un budista nunca deja de estudiar y asimilar durante toda su vida. Mientras se siguen estudiando los demás puntos, las Cuatro Verdades y el Noble Sendero deben ser contemplados y practicados continuamente.

Otra recomendación para estudiar estos fundamentos es no acelerarse y no querer abarcarlos todos en un par de semanas. El Buda predicó por más de cuarenta años sobre la tierra. Esta es la síntesis de sus Enseñanzas. Así que como recomendación adicional, sugiero que para estudiarlos bien se tome cada punto individualmente y se le dedique un tiempo prudencial. Incluso puedes jugar a hacer tu propio curso autodidáctico y dedicarle dos semanas, un mes, dos o el tiempo que tú quieras a cada punto. Si hay un cliché que es cierto en el budismo es que en la práctica no existe el afán. No debemos volvernos ansiosos con el estudio. Investigar y comprender cada tema es fundamental para que el siguiente tenga sentido. Así que lo mejor es tomarse su tiempo y estudiar a nuestro propio ritmo sin estrés.

Hemos de aprovechar para aclarar que algunos conceptos asociados con la doctrina budista por la cultura popular no son fundamentos del budismo y no pertenecen a las bases doctrinales de las Enseñanzas. Estos elementos son: El vegetarianismo o veganismo (ver artículo sobre vegetarianismo en el budismo) la reencarnación o renacimiento, la sujeción a un maestro, la creencia en deidades, creencias en poderes sobrenaturales o milagros y algunos otros. Estos elementos y otros clichés más, no son fundamentos budistas sino creencias o prácticas particulares desarrolladas en algunos grupos. Se pueden considerar como beneficios extra que armonizan con la práctica, pero de ningún modo son factores básicos o imprescindibles de la práctica budista.

Hay muchos mitos asociados al budismo y a los budistas que están muy lejos de la realidad. Como la creencia de que los budistas no podemos enfadarnos o demostrar emociones fuertes. O que no podemos defendernos físicamente por el hecho de ser pacifistas. O que no podemos divertirnos con las mismas cosas que se divierten los demás como un concierto, una película o algún deporte. Y así hay toda una serie de creencias absurdas asociadas con los budistas.

Una cosa que puede aclarar mejor de dónde viene tanta idea extraña sobre los budistas es que en realidad el budismo como ya hemos dicho es más una práctica que una creencia. En términos prácticos para entender mejor esto, en el budismo no existe el concepto de fe que existe en el mundo teísta. En el budismo uno adquiere la fe cuando comprueba por experiencia propia que las Enseñanzas de Buda son ciertas, reales y que funcionan. No antes, como en el cristianismo, en donde la fe es creer sin tener pruebas. Aquí es prácticamente lo contrario, por eso no hacemos tanto uso de la palabra fe, sino que le llamamos simplemente confianza en las Enseñanzas del Maestro.

Al ser la doctrina más una práctica que una creencia, en principio uno puede tener diferentes creencias. En realidad, el Buda no le daba mucha importancia a esos asuntos. Básicamente para el Buda, uno puede creer lo que quiera, de ahí las diferencias entre las distintas escuelas; pero la práctica debe tener el mismo fundamento, de ahí la concordancia entre todas las escuelas.

Algunas tradiciones son deístas, algunas son ateas, algunas son vegetarianas, algunas comen carne, algunas creen en la reencarnación o renacimiento, otras más pragmáticas no. Eso no es importante. En el budismo esas diferencias no son razón para dividirnos en cismas y luchas de unos contra otros. La práctica, que es lo fundamental, es lo que nos une. De ahí que El Buda mismo explicara que las discusiones banales y frívolas sobre temas que no impliquen la práctica deben ser evitadas. Por eso no hay que perder tiempo en los foros de internet.  Por esta razón, después de que uno ya haya empezado su práctica, es buen momento para empezar a analizar sus creencias o las creencias que más se adaptan a su práctica. Y teniendo en cuenta esto es que uno escoge la tradición que más provecho pueda sacar a su práctica.

Por ejemplo, si te parece más provechoso creer en el renacimiento, las deidades y las hazañas sobrenaturales realizadas por maestros iluminados, seguramente el budismo tibetano es lo tuyo. Si prefieres una creencia más sobria, pragmática, con pocos elementos culturales y más énfasis en la meditación, tal vez te decidas por el Zen. Y así. Todo dependerá de tu práctica y tu estudio del mundo budista. 

Por lo general entramos en el budismo desde lo general a lo particular. Desde las tradiciones hacia los fundamentos.  De lo complicado a lo sencillo. La recomendación que planteo en este artículo va en sentido contrario. Tomar el budismo desde lo más sencillos, lo más básico y elemental que en principio son estas bases ya mencionadas. Hay más fundamentos importantes en el budismo, pero esta lista es más que suficientes para empezar a entender la doctrina budista. Ya teniendo una referencia básica de estos conceptos, podremos empezar a investigar con más calma las distintas escuelas y tradiciones que hay, adquiriendo el conocimiento para identificar cual de todas ellas es la más apropiada para nuestra práctica personal.

Las principales tradiciones budistas que hay son las siguientes.

Theravada. O budismo temprano. Considerada la tradición más ortodoxa o tradicional. Hace notable énfasis en la vida monástica. Es llamada también la escuela de los ancianos sabios o la escuela del bosque. Se localiza principalmente en los países del sudeste asiático.

Mahayana. O gran vehículo. Es la vertiente más extendida de la cual surgen las tradiciones budistas más conocidas. Se caracteriza por una mayor apertura a la vida laica. De la tradición Mahayana surgen las siguientes tradiciones:

Tradición Chan. Budismo chino. De la cual desciende el budismo Zen japonés.

Budismo Zen. Budismo japonés, que a su vez se subdivide en otras escuelas como la Soto Zen y la Rinzai.   

Budismo tierra pura. Presente en China y Japón. Uno de sus fundamentos es la devoción a Buda Amitabha.

Budismo Tiantai. Presente en China y Japón. Conocida como la escuela del Loto por su énfasis en el Sutra del Loto. Incorpora diferentes elementos tradicionales de las culturas china y japonesa.

Budismo Nichiren. Escuela japonesa fundada por el monje Nichiren en el siglo XIII de la era común. Se subdivide en otras escuelas como la Shohu y la Shu. No confundir con la secta Soka Gakai o SGI. Esta es una secta pseudobudista (Ver artículo “Peligros dentro del budismo 2. Soka Gakkai”).  

Budismo Vajrayana. Camino del diamante o budismo tántrico. Budismo tántrico esotérico. El Vajrayana se define como una tercera escuela aunque también se fundamenta en el Mahayana. Del Vajrayana proceden las siguientes escuelas.

Budismo Shingon. Budismo japonés esotérico. Se fundamenta en el Buda Vairochara o Buda cósmico.

Budismo tibetano. Que se divide en las siguientes escuelas:

Escuela Gelug. La escuela del Dalai Lama.

Escuela Kagyu. Linaje oral.

Escuela Nyingma. Escuela antigua.

Escuela Sakya. Budimo fundado en Sakya.

Nota: La nueva tradición Kadampa no es budismo tibetano real. Para más información sobre esta secta lee el artículo “Peligros dentro del budismo 1. Nueva tradición Kadampa”, que encontrarás en este blog. 

Este es solo un bosquejo general sobre las principales tradiciones budistas del mundo. Existen más subdivisiones que se ramifican de estos troncos principales. Las tradiciones emergen y desaparecen a través del paso de los siglos, pero las enseñanzas del Buda permanecen a través de ellas. Las tradiciones son vehículos que nos traen las Enseñanzas. Investigar las tradiciones budistas es una actividad sumamente interesante, importante y generadora de conocimiento y cultura general. El conocimiento de la cultura budista en todo el mundo se puede convertir en una afición muy enriquecedora.

Estas fueron algunas recomendaciones para empezar a estudiar y practicar el budismo desde cero con las facilidades de información a las que tenemos acceso. El sentido crítico, la duda y la comprobación son fundamentales para no caer en engaños. La paciencia, el estudio y la práctica constante e ininterrumpida es la garantía de una buena práctica budista.

Practicar budismo es un proyecto personal a largo plazo. No es como hacerse cristiano que en cuestión de algunos meses aceptas la doctrina y con la realización de un ritual de bautismo ya estás adentro. En el budismo el fundamento es personal. No existe un antes y un después para ser budista. Así como el adolescente no se hace hombre de un día para otro, el estudiante de budismo no se hace budista de un día para otro. Cuando deja de preguntarse cuando puede llamarse budista es cuando empieza a convertirse en practicante del Dhamma.

Estas recomendaciones obviamente son para personas que practican solas y no cuentan con una comunidad o un maestro para guiar su práctica. Están dirigidas específicamente a personas que realmente quieren conocer el budismo y que se pierden con las miles de discusiones confusas y absurdas de los foros budistas.

Si quieres plantear otros temas para estudiar y debatir en el blog no dudes en escribir. Todas sus propuestas son tomadas en cuenta.