domingo, 13 de octubre de 2019

Por qué es tan difícil practicar budismo actualmente y como empezar a practicarlo correctamente

Buda herido. Bansky. Londres 2008


El budismo está de moda. Ahora se tiene un acceso más fácil a las Enseñanzas que antes. Como ya hemos comentado en artículos anteriores, el budismo en occidente es un budismo occidentalizado. Es la doctrina budista real pero envuelta en una gran cantidad de capas de misticismo, cultura popular, consumismo y también pseudo budismo. Por eso es tan difícil practicar el budismo hoy en día. Porque antes de poder acceder a una práctica mínimamente básica, hay que limpiar la información de todos estos anexos que precisamente lo hacen tan fascinante.

Nos venden el budismo como algo sobrenatural. Algo místico y desconocido. Como una cura milagrosa rescatada de la antigüedad que guarda los secretos para curar toda enfermedad, arreglar toda problemática personal y por supuesto, levitar…

El problema radica mayormente en las fuentes y promotores mismos del budismo en occidente. Por lo general se prestan para mucha confusión.

Cuando uno es totalmente ajeno a un tema como el budismo y desea empezar a investigar, uno suele creer en todo lo que la primera fuente que le parezca más confiable le dice. Uno no tiene sentido crítico de la información y como se dice comúnmente, traga entero, y no repara mucho en la veracidad de la información. Por ejemplo, una página web, un libro, un maestro o alguien que se haga llamar maestro. El quedarse con lo primero que uno se encuentra y no comparar la información con otras fuentes, genera una confusión que hace que la gente se decepcione y se aleje del budismo sin siquiera conocerlo pensando que es otra cosa.

Recordemos que una parte fundamental de recabar información fidedigna es dudar de las personas que se dicen estar capacitadas para enseñar. El Buda advierte que no todo el que lleve la túnica es digna de ella y creer en que alguien es un maestro solo porque ostenta el título y tiene discípulos, sin comprobar su ética o sabiduría, es un clásico error de neófitos.  

Ahora, suele pasar que una persona verdaderamente apasionada por el budismo se identifica más con su escuela de práctica que con el budismo en sí, dando información que puede que no sea falsa, pero que es incorrecta en cuanto a la práctica básica. Esto debido a que cuando enseña o explica budismo habla solamente desde la práctica que dicta su escuela, y quien escucha cree que la información que está recibiendo es la información general de todo el mundo budista, cuando en realidad es una información bastante limitada a la escuela budista de quien le habla. Hablo por experiencia propia ya que este fue precisamente mi caso.

La primera vez que investigué sobre budismo y le pregunté a alguien que ya tenía una práctica, hubo una información que yo no tenía previamente y que me llevó al error. Resulta que las fuentes que estaba consultando eran todas solo de budismo tibetano, así como también la persona con la que estaba instruyéndome. Era un practicante del budismo tibetano.

Algunos conceptos como las paramitas, el mahamudra, las tulpas, el budismo tántrico e iniciático (según el cual solo se puede ser budista única y exclusivamente bajo la tutela de un maestro certificado) y otros tantos, me fueron explicados sin la advertencia previa de que estos eran elementos presentes e imprescindibles solamente en las escuelas tibetanas, y que no eran parte esencial del budismo básico sobre el cual se fundamentan todas las escuelas, tradiciones y Enseñanzas budistas.  Así que en mi ingenuidad yo pensaba que el budismo tibetano era el único budismo que existía. Y como todos estos elementos, que en realidad eran propios de la cultura tibetana añadidas posteriormente, me parecían poco coherentes y poco útiles, me alejé del budismo. Ahí perdí una gran cantidad de tiempo debido a mi propia ignorancia y mi falta de constancia en la investigación. En otras palabras, por pereza de investigar más a fondo en lugar de descartar el tema debido a información incompleta que no estaba corroborada.

Tiempo después, me topé con fuentes del budismo zen, también muy presentes aquí en occidente. Y al ver que tenía poco o nada que ver con el budismo tibetano supe que debía investigar más a fondo. Fue entonces cuando supe que el mundo budista es muchísimo más amplio de lo que me había imaginado. Y que estaba juzgando todo un universo solo por una pequeña porción de expresión cultural budista. Entonces comenzó mi verdadera investigación.

Comprendí que tenía que recibir toda la información sobre budismo que me llegaba y que debía irla descubriendo más a profundidad, como si le quitara las capas a una cebolla, yendo más allá de las culturas que representaban, las tradiciones que la conservaban y las personas que las enseñaban, que fueron en su mayoría (debo decirlo) personas poco instruidas, no calificadas para enseñar, mayormente fanáticos o simplemente farsantes vendiendo cursos caros.

Para estudiar budismo hay que tener paciencia. También hay que tener gusto por el estudio y la lectura. Luego de esto, lo que sigue es tener disciplina para iniciar la práctica y mantenerla. En principio, no existe práctica correcta o incorrecta. El principio del budismo es el método científico. Ensayo y error. Por lo cual es imprescindible que al iniciar se falle. Al principio hay que hacerlo todo mal. Las primeras meditaciones se deben sentir mal hechas; las primeras postraciones, recitaciones de mantras y Sutras deben ser incorrectas; los primeros estudios serán torpes; la comprensión de los primeros conceptos será precaria y poco profunda, y así con cada aspecto. Esto debe ser así porque el budismo más que una creencia es una práctica. Y se edifica con la constancia y el hábito. El budismo es un arte y como todo arte requiere tiempo y dedicación para que pueda tomar forma y ritmo, hasta que tengamos más habilidad y discernimiento para poder diferenciar entre el budismo y el comercio o la cultura. Impacientarse por hacerlo todo perfecto desde el principio es un error. La mente de principiante es la base del practicante del Dhamma.

Para evitar el error de la interferencia cultural o comercial en el estudio del budismo, lo más práctico es estudiar primero los conceptos básicos fundamentales y comunes en todas las tradiciones budistas. Y ya teniendo esas bases claras, empezar a ver las tradiciones y escuelas. Es decir, hacerlo a la inversa de como generalmente lo hacemos.  Este es, en mi criterio, el modo más práctico de empezar a estudiar y practicar el budismo desde cero.

Como ya es sabido este es un blog de budismo pragmático, secular, laico. Es decir que no se remite o adhiere a ninguna tradición budista en específico. Aunque sí practico una tradición budista en particular, el blog está orientado a la práctica del budismo desde lo secular, procurando trabajar el budismo desde una perspectiva general y fundamental de las Enseñanzas, de manera que cualquier budista de cualquier tradición y en cualquier lugar del mundo pueda comentar, debatir y comentar los artículos sin que la tradición sea impedimento para compartir con otros budistas. Al menos en principio.

A manera de guía práctica, vamos a mencionar los fundamentos básicos del budismo sobre los cuales se basan y desarrollan todas las tradiciones budistas del mundo. Todas las tradiciones y escuelas budistas deben contar con estos elementos definidos por el mismo Buda. Si una organización, grupo o escuela carece de alguno de ellos o se fundamenta en solo uno o algunos ignorando los demás, no debe ser tomada como verdadera.
Estos son los fundamentos básicos del budismo:

Las Cuatro Nobles Verdades.

El Noble Óctuple Sendero.

Los Cuatro Sellos.

Los Cinco Preceptos.

Los Cinco Skandhas.

El concepto de Anatman (Sánscrito) o Anatta (Pali).

Las Tres Joyas: El Buda, el Dharma y la Sangha. Y la toma de refugio en estas Tres Joyas.  

Los doce vínculos de originación dependiente.

La práctica de la Meditación.

Esta es la estructura básica de la cual emergen todas las escuelas budistas del mundo. Para empezar a practicar el budismo es recomendable investigar cada uno de estos conceptos e irlos relacionando a medida que los vamos comprendiendo. También es necesario practicarlos en el sentido de irlos introyectando y verlos como son en la realidad. Comprobarlos y tomarlos como verdades experimentadas.

Puede parecer que la lista es un poco larga. Sin embargo, no hay que hacerse lío con ello. Para simplificar un poco más el estudio, tengamos en cuenta que la verdadera columna vertebral de la doctrina budista son las Cuatro Nobles Verdades y el Noble Óctuple Sendero. Estos elementos parecen poder ser comprendidos fácilmente de una sola lectura, pero no es así. De la teoría a la práctica se entenderá por qué. El punto es que estos dos fundamentos son algo que un budista nunca deja de estudiar y asimilar durante toda su vida. Mientras se siguen estudiando los demás puntos, las Cuatro Verdades y el Noble Sendero deben ser contemplados y practicados continuamente.

Otra recomendación para estudiar estos fundamentos es no acelerarse y no querer abarcarlos todos en un par de semanas. El Buda predicó por más de cuarenta años sobre la tierra. Esta es la síntesis de sus Enseñanzas. Así que como recomendación adicional, sugiero que para estudiarlos bien se tome cada punto individualmente y se le dedique un tiempo prudencial. Incluso puedes jugar a hacer tu propio curso autodidáctico y dedicarle dos semanas, un mes, dos o el tiempo que tú quieras a cada punto. Si hay un cliché que es cierto en el budismo es que en la práctica no existe el afán. No debemos volvernos ansiosos con el estudio. Investigar y comprender cada tema es fundamental para que el siguiente tenga sentido. Así que lo mejor es tomarse su tiempo y estudiar a nuestro propio ritmo sin estrés.

Hemos de aprovechar para aclarar que algunos conceptos asociados con la doctrina budista por la cultura popular no son fundamentos del budismo y no pertenecen a las bases doctrinales de las Enseñanzas. Estos elementos son: El vegetarianismo o veganismo (ver artículo sobre vegetarianismo en el budismo) la reencarnación o renacimiento, la sujeción a un maestro, la creencia en deidades, creencias en poderes sobrenaturales o milagros y algunos otros. Estos elementos y otros clichés más, no son fundamentos budistas sino creencias o prácticas particulares desarrolladas en algunos grupos. Se pueden considerar como beneficios extra que armonizan con la práctica, pero de ningún modo son factores básicos o imprescindibles de la práctica budista.

Hay muchos mitos asociados al budismo y a los budistas que están muy lejos de la realidad. Como la creencia de que los budistas no podemos enfadarnos o demostrar emociones fuertes. O que no podemos defendernos físicamente por el hecho de ser pacifistas. O que no podemos divertirnos con las mismas cosas que se divierten los demás como un concierto, una película o algún deporte. Y así hay toda una serie de creencias absurdas asociadas con los budistas.

Una cosa que puede aclarar mejor de dónde viene tanta idea extraña sobre los budistas es que en realidad el budismo como ya hemos dicho es más una práctica que una creencia. En términos prácticos para entender mejor esto, en el budismo no existe el concepto de fe que existe en el mundo teísta. En el budismo uno adquiere la fe cuando comprueba por experiencia propia que las Enseñanzas de Buda son ciertas, reales y que funcionan. No antes, como en el cristianismo, en donde la fe es creer sin tener pruebas. Aquí es prácticamente lo contrario, por eso no hacemos tanto uso de la palabra fe, sino que le llamamos simplemente confianza en las Enseñanzas del Maestro.

Al ser la doctrina más una práctica que una creencia, en principio uno puede tener diferentes creencias. En realidad, el Buda no le daba mucha importancia a esos asuntos. Básicamente para el Buda, uno puede creer lo que quiera, de ahí las diferencias entre las distintas escuelas; pero la práctica debe tener el mismo fundamento, de ahí la concordancia entre todas las escuelas.

Algunas tradiciones son deístas, algunas son ateas, algunas son vegetarianas, algunas comen carne, algunas creen en la reencarnación o renacimiento, otras más pragmáticas no. Eso no es importante. En el budismo esas diferencias no son razón para dividirnos en cismas y luchas de unos contra otros. La práctica, que es lo fundamental, es lo que nos une. De ahí que El Buda mismo explicara que las discusiones banales y frívolas sobre temas que no impliquen la práctica deben ser evitadas. Por eso no hay que perder tiempo en los foros de internet.  Por esta razón, después de que uno ya haya empezado su práctica, es buen momento para empezar a analizar sus creencias o las creencias que más se adaptan a su práctica. Y teniendo en cuenta esto es que uno escoge la tradición que más provecho pueda sacar a su práctica.

Por ejemplo, si te parece más provechoso creer en el renacimiento, las deidades y las hazañas sobrenaturales realizadas por maestros iluminados, seguramente el budismo tibetano es lo tuyo. Si prefieres una creencia más sobria, pragmática, con pocos elementos culturales y más énfasis en la meditación, tal vez te decidas por el Zen. Y así. Todo dependerá de tu práctica y tu estudio del mundo budista. 

Por lo general entramos en el budismo desde lo general a lo particular. Desde las tradiciones hacia los fundamentos.  De lo complicado a lo sencillo. La recomendación que planteo en este artículo va en sentido contrario. Tomar el budismo desde lo más sencillos, lo más básico y elemental que en principio son estas bases ya mencionadas. Hay más fundamentos importantes en el budismo, pero esta lista es más que suficientes para empezar a entender la doctrina budista. Ya teniendo una referencia básica de estos conceptos, podremos empezar a investigar con más calma las distintas escuelas y tradiciones que hay, adquiriendo el conocimiento para identificar cual de todas ellas es la más apropiada para nuestra práctica personal.

Las principales tradiciones budistas que hay son las siguientes.

Theravada. O budismo temprano. Considerada la tradición más ortodoxa o tradicional. Hace notable énfasis en la vida monástica. Es llamada también la escuela de los ancianos sabios o la escuela del bosque. Se localiza principalmente en los países del sudeste asiático.

Mahayana. O gran vehículo. Es la vertiente más extendida de la cual surgen las tradiciones budistas más conocidas. Se caracteriza por una mayor apertura a la vida laica. De la tradición Mahayana surgen las siguientes tradiciones:

Tradición Chan. Budismo chino. De la cual desciende el budismo Zen japonés.

Budismo Zen. Budismo japonés, que a su vez se subdivide en otras escuelas como la Soto Zen y la Rinzai.   

Budismo tierra pura. Presente en China y Japón. Uno de sus fundamentos es la devoción a Buda Amitabha.

Budismo Tiantai. Presente en China y Japón. Conocida como la escuela del Loto por su énfasis en el Sutra del Loto. Incorpora diferentes elementos tradicionales de las culturas china y japonesa.

Budismo Nichiren. Escuela japonesa fundada por el monje Nichiren en el siglo XIII de la era común. Se subdivide en otras escuelas como la Shohu y la Shu. No confundir con la secta Soka Gakai o SGI. Esta es una secta pseudobudista (Ver artículo “Peligros dentro del budismo 2. Soka Gakkai”).  

Budismo Vajrayana. Camino del diamante o budismo tántrico. Budismo tántrico esotérico. El Vajrayana se define como una tercera escuela aunque también se fundamenta en el Mahayana. Del Vajrayana proceden las siguientes escuelas.

Budismo Shingon. Budismo japonés esotérico. Se fundamenta en el Buda Vairochara o Buda cósmico.

Budismo tibetano. Que se divide en las siguientes escuelas:

Escuela Gelug. La escuela del Dalai Lama.

Escuela Kagyu. Linaje oral.

Escuela Nyingma. Escuela antigua.

Escuela Sakya. Budimo fundado en Sakya.

Nota: La nueva tradición Kadampa no es budismo tibetano real. Para más información sobre esta secta lee el artículo “Peligros dentro del budismo 1. Nueva tradición Kadampa”, que encontrarás en este blog. 

Este es solo un bosquejo general sobre las principales tradiciones budistas del mundo. Existen más subdivisiones que se ramifican de estos troncos principales. Las tradiciones emergen y desaparecen a través del paso de los siglos, pero las enseñanzas del Buda permanecen a través de ellas. Las tradiciones son vehículos que nos traen las Enseñanzas. Investigar las tradiciones budistas es una actividad sumamente interesante, importante y generadora de conocimiento y cultura general. El conocimiento de la cultura budista en todo el mundo se puede convertir en una afición muy enriquecedora.

Estas fueron algunas recomendaciones para empezar a estudiar y practicar el budismo desde cero con las facilidades de información a las que tenemos acceso. El sentido crítico, la duda y la comprobación son fundamentales para no caer en engaños. La paciencia, el estudio y la práctica constante e ininterrumpida es la garantía de una buena práctica budista.

Practicar budismo es un proyecto personal a largo plazo. No es como hacerse cristiano que en cuestión de algunos meses aceptas la doctrina y con la realización de un ritual de bautismo ya estás adentro. En el budismo el fundamento es personal. No existe un antes y un después para ser budista. Así como el adolescente no se hace hombre de un día para otro, el estudiante de budismo no se hace budista de un día para otro. Cuando deja de preguntarse cuando puede llamarse budista es cuando empieza a convertirse en practicante del Dhamma.

Estas recomendaciones obviamente son para personas que practican solas y no cuentan con una comunidad o un maestro para guiar su práctica. Están dirigidas específicamente a personas que realmente quieren conocer el budismo y que se pierden con las miles de discusiones confusas y absurdas de los foros budistas.

Si quieres plantear otros temas para estudiar y debatir en el blog no dudes en escribir. Todas sus propuestas son tomadas en cuenta.

4 comentarios:

  1. Muy buen artículo. Destacaría también la opción de que no se requirr necesariamemte una escuela para seguir practicando el budismo de por vida. Se puede mantener en lo fundamental sin agregados culturales.

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  2. Muchas gracias por el artículo, me ha aclarado muchos conceptos y por fin empiezo a entender el budismo.
    Namasté.

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