En
este artículo trataremos el tema de la pésima comunicación que estamos teniendo
en los foros budistas. Analizaremos las manías más nocivas que tenemos al
comunicarnos en la comunidad budista en redes y observaremos una estrategia de
ocho puntos o prácticas que nos pueden servir para contrarrestar la mala
comunicación que estamos teniendo actualmente.
Un
fundamento de la práctica budista dice que las enseñanzas se deben reflejar en
todos los aspectos de la vida del practicante, ya que si éstas no se ven
reflejadas en la conducta de quien estudia las enseñanzas, pues simplemente no
es un practicante del Dhamma. Esto no quiere decir que un budista deba mantener
la conducta dictada por las enseñanzas como una ley a la cual se debe someter y
que debe llevar con impecable ejecución a riesgo de hacer quedar mal al budismo.
Lo que esto quiere decir es que la práctica del Dhamma tiene como consecuencia
natural un cambio en la mentalidad y en la conducta del practicante que poco a
poco se ve reflejada en todas sus áreas personales. Como cuando se cambia el
curso de un río desde su cauce.
Si
observamos las interacciones entre budistas en los foros, podemos ver que gente
que se llama a sí misma budista aún tiene los mismos condicionamientos hostiles
de una persona común en su pensar y en su lenguaje. Muchos estudiantes budistas,
unos más que otros, aún tenemos mucho que mejorar en muchas áreas en las cuales
tenemos grandes fallas y que según la lógica de la práctica, ya deberíamos
haber superado o al menos empezado a superar.
En
términos de interacción en el medio virtual estaríamos hablando directamente
del lenguaje, área que representa una gran parte de la conducta ética y que
también manifiesta en gran medida un pensamiento recto acorde a las enseñanzas.
Creo que muchos podríamos hacer un breve autoanálisis y aceptar sin mayor
discusión que en este punto y en varios otros estamos fallando. Por lo tanto no
está demás realizar un pequeño ejercicio de práctica por medio del cual podemos
evaluarnos y ejercitar varios puntos débiles que tenemos pendientes.
Creo
que la mayoría de las veces cuando interactuamos entre nosotros por medio de
internet olvidamos el recto lenguaje por completo. Un hecho fundamental en
nuestras interacciones es que simplemente nunca pensamos en el otro cuando
estamos escribiendo algo. No se nos cruza por la mente pensar en las personas
que leerán nuestras palabras. Simplemente nos importa dejar nuestro punto en claro
y luego defenderlo con garras y dientes. Así poco a poco el lenguaje se va
haciendo cada vez más áspero hasta que los argumentos se dejan de lado y nos
empezamos a agredir directamente.
Por
esta razón he creado una tabla con algunos puntos importantes que más bien son
recordaciones de acciones no éticas que solemos realizar casi sin darnos cuenta
y que necesitamos mejorar como parte de la ética dentro del Dhamma. Estos
puntos no tienen por qué aplicarse únicamente al ámbito virtual o de
interacción a través de aparatos. De hecho son mucho más útiles si se tienen en
cuenta en el contexto real con las personas que nos rodean. Son ocho puntos que
he llamado Ocho claves para el lenguaje
en la ciudad. Un título tal vez un poco excéntrico pero directo. Son claves
para el lenguaje en la ciudad porque desde el punto de vista cultural son
costumbres ofensivas que tenemos al comunicarnos y que no suelen verse en
personas del campo ya que allí la tecnología no tiene un impacto tan
directamente negativo y lejos de la ciudad el ego virtual mengua mucho. Estas
son manías de citadinos para definirlo con franqueza. He escogido ocho puntos
específicos que me parecieron más generales, pero seguramente otra persona
reconocerá útil trabajar solo algunos de estos puntos u otros totalmente
distintos. El ejercicio depende de la profundidad de la autoevaluación que cada
uno pueda hacer y de los puntos débiles que pueda identificar en sí mismo, de
los cuales sacara sus propias claves para mejorar.
Ocho
claves para budistas de ciudad.
1.
Diferencia entre argumentar y
criticar.
2. La
única respuesta a las ofensas es el silencio.
3. No
decir ni escribir insultos.
4. No
criticar otras tradiciones budistas.
5. No
corregir a otros budistas sin que lo hayan pedido.
6. No
dar tu opinión sin que te la hayan pedido.
7. Ser
honesto y franco sin ser ofensivo.
8.
El humor es para compartir y unir,
no para herir y dividir.
Primero. Diferencia
entre argumentar y criticar:
Este
punto se trata saber diferenciar una persona con la cual se puede debatir de
una persona que solo quiere ganar discusiones. A la hora de iniciar un debate
debemos estar seguros de que la persona con la cual vamos a hablar es un
argumentador, un debatiente. No una persona con una identidad ideológica cerrada.
Es decir, una persona que no quiere debatir sino dejar claro que su postura
ideológica es la única correcta, que no tiene intención de ceder ante otra y
que su objetivo es imponerla por medio de una lógica radical y blindada.
Es
relativamente fácil detectar cuando una persona participa en una conversación
para compartir argumentos, y cuando simplemente está recibiendo los argumentos
de los otros para ir pensando cómo los va a contradecir sin hacer un análisis
real. No le interesa llegar a una verdad más clara ni mejorar su conocimiento
sobre el tema, ni mucho menos aportar al conocimiento de los demás. Solo le
interesa convencer. Son personas de mente cerrada que no consideran por ningún
motivo la posibilidad de cambiar de opinión ya que aceptar estar equivocado o
cambiar de punto de vista les es equivalente a perder, ser humillados,
derrotados he incluso insultados. Nos referimos los fanáticos. Personas que en
lugar de considerar una idea como simplemente útil y viable para sí mismos,
como se hace en un mundo plural, piensan que su idea debería ser ley para todos
y que quienes no la sigan no solo están equivocados sino que son inmorales o
estúpidos.
Diferenciar
entre argumentar y criticar significa que cuando vamos a hablar de un tema con
otra persona podamos entrar en debate teniendo en mente la posibilidad de que
podemos cambiar de opinión. Porque pensemos por un momento, si no contemplamos
la posibilidad de estar equivocados y la opción de cambiar de opinión ¿Para qué
debatimos?, ¿Qué sentido tiene debatir? Ciertamente ninguno. Esa es la
diferencia entre debatir y querer imponerse a otros. Por eso hay que participar
en los debates de manera libre, sin ataduras psicológicas a ninguna ideología.
Firmes en lo que creemos si así lo consideramos, pero teniendo siempre presente
la realidad de que no poseemos la verdad absoluta y de que siempre podemos
mejorar nuestro conocimiento. Otra razón menos noble es que si ya definimos
todo y no consideramos más posibilidades de cambio, la vida sería realmente
carente de sorpresas y absolutamente aburrida.
Entonces,
¿Qué es argumentar?
Argumentar
significa que tú y yo nos sentamos en una misma mesa. Tú pones tus argumentos
sobre ella y yo pongo mis argumentos también. Los intercambiamos y analizamos
con una óptica mucho más profunda ya que tú puedes analizar mejor mis
argumentos porque no tienes mi subjetividad y yo analizo los tuyos con esa
misma ventaja. Luego intercambiamos impresiones, nos sentamos uno junto al otro
y hombro a hombro comparamos nuestras conclusiones proyectándolas a la
realidad. Es decir, tú y yo trabajamos hacia el mismo objetivo de averiguar
cuál de todos los argumentos que están sobre la mesa se acercan más a la
realidad y cómo. De esta manera no estamos en un concurso de quién tiene la
razón y quien está equivocado. En lugar de eso entramos en el juego de cómo tu
conocimiento más el mío nos puede acercar un poco más a la realidad, y esa suma
de conocimiento siempre va a ser beneficioso para los dos. No importa que al
final encontremos que uno de los dos haya estado equivocado y tenga que
reevaluar sus posturas. Al contrario, entonces podemos decir que uno de los dos
salió de uno visión equivocada y ahora ha mejorado su conocimiento. Esto es
argumentar.
Segundo: La única
respuesta a las ofensas es el silencio:
Este
punto está relacionado con el primero. Cuando uno ya se ha dado cuenta de que
la persona que interviene en una discusión no es un debatiente sino un
fanático, la mejor respuesta es siempre el silencio. El Buda recomienda que de
la misma manera en la que uno debe acercarse a las personas sabias, debe
alejarse de las necias. El peor castigo que uno le puede aplicar a una persona
de mente rígida o provocadora es el silencio. Intentarán generar una reacción
con largas líneas retadoras y algunas veces insultantes, pero tarde o temprano
se cansarán y renunciarán. El Buda dice que el insulto es como un regalo. Lo
único que hay que hacer es no recibirlo y el regalo del insulto regresará a su
dueño. Por eso la única respuesta a las ofensas es el silencio.
No
es muy difícil reconocer cuando alguien hace una pregunta con una doble
intención. No para plantear una duda que realmente tenga sino para generar
discordia o buscar que alguien de una respuesta que ya ha anticipado para luego
contradecirle o criticarle. Por ejemplo: Si el budismo enseña el desapego, ¿Por
qué hay que darle dinero a los monjes? Y alguien le responde que para el
mantenimiento de los templos y el sustento de los monjes ya que estos no pueden
tener trabajos. Entonces la persona pone la noticia de los monjes con dinero
viajando en avión privado del escándalo de Tailandia y pregunta que si eso es
lo que el budismo enseña. Este es un ejemplo muy rústico pero son preguntas que
aparecen en los foros. El objetivo no es discutir algún tema del Dhamma sino
implemente criticar el budismo y crear contradicciones para etiquetar
rápidamente al budismo o a los budistas con algún juzgamiento previo. De nuevo
lo mejor es regalar silencio cuando uno se percata de las intenciones negativas
de quién pregunta.
El
dicho popular de “el que calla otorga” es una provocación vulgar para darle
atención a una persona mal intencionada. En su lugar reemplace esa frase por
otra que dice “es mejor darle la razón a un idiota y dejarlo solo que sentarse
a discutir con él”.
Tercero: No decir
ni escribir insultos:
Parece
una obviedad pero es algo que hay que decir. Específicamente no hacer
argumentos Ad Hominem. Es decir dejar
de lado el argumento del que se está hablando para enfocarse en la persona que
expone el argumento. Por ejemplo alguien pregunta, ¿Cuál es el mejor ritual o
mantra para superar una situación muy difícil? Y alguien contesta: Que pregunta tan absurda. Los rituales o
mantras no son algo importante en la verdadera práctica del Dharma. Deberían
clasificar mejor las publicaciones y no dejar publicar preguntas tontas.
Cuando
la persona dice como en este ejemplo que la pregunta es tonta, está diciendo
que la persona que la hizo es tonta. No toma en cuenta la pregunta en sí, ni le
interesa contestarla. En lugar de eso lo que quiere es dejar clara su opinión
sobre la pregunta, su juzgamiento sobre la pregunta. Y de paso su opinión hacia
la persona que la hace. No hay ninguna contribución a la pregunta porque
simplemente no hay interés en contestar. Independientemente de si su argumento
es o no cierto o cercano a las Enseñanzas desde lo racional, no hay nada de
práctica en la respuesta. Como hemos dicho lo mejor es dejar la intervención de
esta persona sin ninguna respuesta ya que precisamente eso es lo que buscan.
Confrontación.
Otro
tipo de personas que buscan generar discordia o provocación son los que
simplemente quieren tomar el pelo o bromear. Por ejemplo: Estando meditando accidentalmente me he iluminado. Después de haber
llegado a la iluminación ¿Qué sigue? ¿Tengo que hacerme monje?
Esta
pregunta es simplemente una tomadura de pelo o provocación para que alguien se
moleste por el menosprecio o la banalización de la iluminación. Otra vez lo
único que hay que hacer es simplemente nada. Ignorar el comentario y buscar
algo mejor que hacer.
Como
vemos la mejor defensa en cuanto a las personas que participan en los foros
pero que no quieren o no saben argumentar es siempre el silencio. Tan simple
como suena. Cuando alguien quiera obsequiar malas intenciones tú le regalas
silencio. Esto es difícil porque se suele tener el impulso de contestar a las
provocaciones y confrontar a alguien que según nuestro entender ha tocando un
nervio sensible o algo que nos es importante o sagrado. Pero si lo miras bien,
ésta persona nos está ayudando.
La
práctica del Dhamma en principio consiste en la disminución del ego. Cuando
sentimos el deseo de contestar a alguna de estas provocaciones lo que está
pasando es que nuestro ego está reclamando justicia porque le han herido.
Precisamente es una muestra de la vigencia de nuestro ego reinante. Responder
con silencio y dejar en blanco el comentario cuando tienes un fuerte impulso de
contestar es un buen ejercicio de aplacamiento del ego.
Cuarto. No
criticar otras tradiciones budistas:
Este
punto también parece simple pero es muy acorde al anterior, aunque no se
refiere a lo mismo. Tenemos una fuerte tendencia a la clasificación de las
cosas y también a la identificación con todo lo que nos hace bien o nos genera
afecto. A veces olvidamos los verdaderos objetivos de las tradiciones: llevar
el Dhamma a lugares en donde no ha llegado, establecer las enseñanzas en una
sociedad y mantenerlo a través de las generaciones. Eso es todo. Además del
agregado que tenemos los occidentales de escoger las tradición que mejor nos
ayude a practicar o incluso crear una nueva forma de tradición en nuestras
tierras, las tradiciones son solo conductos del Dhamma cuyas diferencias no
modifican ni interfieren con la práctica de las enseñanzas.
Un
exceso de apego a una tradición es también un generador de ego tóxico, a pesar
de lo mucho que se hable sobre la diminución del ego. Estamos hablando de dos
cosas. Primero de que cuando hablemos sobre el Dhamma, no expongamos nuestras
ideas siempre y solamente a través de la visión de la tradición que practicamos
porque si lo hacemos así seguramente chocaremos con una forma de práctica
distinta a la nuestra. Y segundo, cuando nos encontremos con una persona así,
muy aferrada a su tradición y muy sensible a lo que se diga u opine sobre ella,
lo mejor es dejarla en paz. No tiene sentido criticar a otro practicante
budista que está aferrado a las formas. Obviamente es un error de
interpretación pero seguramente podremos coincidir en que en algún momento de
nuestra práctica todos pasamos por ahí. Podemos decir que es una fase. Y si una
persona realmente se ha quedado aferrada a las formas pues es un trabajo que le
concierne solo a ella. De hecho, intentar hacerle disminuir la importancia de
la tradición frente a la práctica tendrá el efecto contrario, más aferramiento.
Así que como una forma de respeto y de convivencia, es bueno no criticar las
otras tradiciones.
Esto
no quiere decir que aprobemos algo con lo que no estamos de acuerdo o que
guardemos silencio cuando algo está mal. Somos humanos y cometemos errores. Por
ejemplo, la corrupción de la institución monástica en Tailandia y Birmania es
una realidad, así como los falsos lamas y la venta de títulos monacales por
parte de algunos templos tibetanos a occidentales con dinero. Son temas reales
que los budistas deberíamos estudiar, comentar y debatir sanamente con el
objetivo de que no vayan a ocurrir nuevamente en otros lugares. Pero una cosa
son las tradiciones que heredaron estos países y otra distinta es lo que los
monjes que las representan hacen en la actualidad. Las tradiciones son las
formas culturales de la sabiduría. Eso es puro e incorruptible. Pero los monjes
que las guardan no son incorruptibles y pueden fallar mucho. Eso hay que
tenerlo claro.
Volviendo
al punto, la mejor forma de compartir nuestra tradición con nuestros hermanos
budistas es presentándola con humildad y admirando las demás tradiciones
budistas así como esperamos que se aprecie la nuestra. Y teniendo siempre claro
que todos sin importar la tradición dentro de la cual practiquemos, nos basamos
en las mismas enseñanzas y en el mismo Buda. El Buda fue claro en esto y
anticipó un problema que pasa mucho en las religiones teístas. No dejó más
sucesor que las propias enseñanzas. Con esta jugada maestra cortó de raíz
cualquier mal entendido que pudiera generar división en la Sangha como ocurre
en la tradición cristiana por ejemplo.
De
esta manera podemos ver ejemplos como el del maestro Sheng Yeng, un gran Maestro
de la tradición Mahayana Chan que enviaba novicios hasta el Tíbet para que
aprendieran budismo Vajrayana de las escuelas tibetanas y también el idioma
tibetano. Como hemos comentado en anteriores oportunidades, cualquier budista
de cualquier tradición puede entrar a cualquier templo budista de cualquier
país del mundo y presentar sus respetos al Buda sin que haya ningún problema. A
pesar de las diferencias entre tradiciones, tenemos esa gran ventaja que nos
une a todos.
Quinto. No
corregir a otros budistas sin que lo hayan pedido.
Este
punto ya no es tan obvio aunque debería serlo en cualquier situación. Muchas
veces alguien dice algo, una opinión, un comentario suelto, un dato, o incluso
un argumento. Automáticamente alguien detecta un error de interpretación o de
exactitud canónica o histórica, de cualquier tipo, y lo corrige de manera
inmediata como si se tratara de un maestro a su discípulo. Interrumpe el flujo
de comunicación y desvía la conversación hacia el error detectado.
Ciertamente
no es malo aclarar algunos puntos mientras van surgiendo y uno tiene una
información más amplia. La cuestión es la forma en la que lo hacemos. Irrumpir
con correcciones de un momento a otro sobre algo que no es el tema de discusión
sino algún detalle del otro es una forma de irrespeto. Si no se trata de algo
primordial en la conversación lo mejor es dejarlo pasar y comentarlo
posteriormente.
Una
forma muy elevada de respeto es no corregir los comentarios de otros cuando
estos NO LO HAN PEDIDO. Los foros son precisamente para eso, para compartir
dudas sobre punto particulares y pedir otros puntos de vista, otras opiniones y
diferentes respuestas. Pero muchas veces damos explicaciones o respuestas que
nadie ha pedido. Por ejemplo: Alguien escribe o dice: “Un saludo a todos,
Namaste.” Y alguien le contesta: Namaste
significa mi alma saluda a la tuya. Ese es un saludo védico de la cosmología
Indú. En el budismo no hay alma por lo tanto Namaste no es una forma de saludo
budista y de hecho no tiene nada que ver con el budismo. Buen día.
En
este ejemplo práctico podemos ver que la persona que interviene contesta a una
pregunta que nadie ha hecho. Ni siquiera se está hablando de un tema,
simplemente se está saludando. Estas personas, rastreadoras de errores, sienten
la necesidad de limpiar los comentarios en los foros. Esto en realidad no es
que sea malo en sí. Lo malo es la forma en que se hace. Sin permiso. Lo más
apropiado sería preguntarle a la persona, tal vez en privado, si puede aceptar
un comentario sobre su aporte. Puede que le diga que no, pero también puede
responder que sí y en ese caso se abriría una puerta hacia un verdadero debate
sobre formas y palabras asociadas al budismo, lo cual sería muy interesante y
provechoso.
La
cuestión aquí es el valor del respeto. No importa tanto quién tiene la
información correcta. Recordemos que aquel concurso pernicioso de quién tiene
la razón y quién está equivocado no tiene ningún sentido. Lo que importa es la
práctica del Dhamma en nuestro trato con los demás. El Recto Lenguaje, Tercer
grado del Noble Óctuple Sendero y el primer escalón de la Ética budista, que es
sin duda el tema que estamos tratando.
Nuestra
mente suele asimilar tan rápido los mensajes que no nos detenemos a contextualizar
el momento en el que sentimos la necesidad de corregir a alguien. Al hacerlo
tan rápido y sin haberlo pedido, lo que queda es la impresión de un sentir de
superioridad por parte quien corrige.
Una
forma correcta de llevar a cabo esta intención de corregir es aprovechar el
deseo de ayudar a otras personas tal vez más jóvenes o más inexpertas en el
Dhamma, en las que uno pueda sentir un verdadero deseo de aprender. Pero en
lugar de entrar a corregir como si se tuviera algún tipo de autoridad lo mejor
es ofrecer una ayuda de manera discreta. Por ejemplo, se le puede decir a una persona
joven que esté hablando de algún tema: Hola,
he visto que tienes interés por un tema x. Yo tengo alguna información al
respecto. Si quieres te puedo compartir algunos archivos, páginas o referencias
que me han servido mucho y que seguro te pueden servir bastante. Si te interesa
te puedo ayudar con mucho gusto. Este tipo de actitud suele llamarse “servicio
en el Dharma” y consiste en ayudar a otros a mejorar su práctica budista de
manera espontánea y desinteresada.
Eso
es muy distinto a aparecer de repente dándole una cátedra de corrección al
pobre mozalbete por una palabra mal puesta y luego acomodar explicaciones
largas en un espacio pequeño para que la persona maneje la misma información
que yo tengo y de la manera que yo la manejo.
El
punto es que podamos ver el irrespeto de corregir a personas que NO han pedido
que las corrijamos. Nos percatemos cuando tenemos el impulso de hacerlo y
desarrollemos la costumbre de preguntar antes de aportar. Ponte en el lugar del
otro e imagina que estás en medio de una conversación presentando un argumento,
y de repente alguien te interrumpe para anotar algo que dijiste mal pero que no
tiene real importancia en lo que al tema se refiere, como un dato menor, un
nombre o algo parecido. No te aporta nada, ni ayuda a la conversación. Todo lo
contrario, la interrumpe, te hace sentir mal y la persona que interrumpe queda
como un pretencioso.
Hay
que diferenciar cuando se está corrigiendo algo que creemos que está mal y
cuando se está conversando sobre un tema de lleno. Son dos casos distintos. En
el primero interrumpes a un hablante para criticarlo, cortar el tema y resaltar
un error. En el segundo los dos estamos hablando del mismo tema y estamos
compartiendo información sobre lo mismo, por lo tanto aquí sí hay lugar para
traer información nueva y más verás si la tenemos, ya que el tema que estamos
tratando lo exige. De esta manera no estamos corrigiendo a nadie, lo que
estamos haciendo es compartiendo información que el otro no tiene sobre lo que
ambos estamos hablando. Esto es una conversación normal, común y corriente.
Queda
claro entonces que del pensamiento vienen las palabras y también las acciones como
explican las Enseñanzas. Dos personas pueden realizar la misma acción, dar
información, pero si la intención es distinta, el efecto también lo es. Si uno
quiere imponer su conocimiento terminará generando molestia y demostrando su
egolatría. Si el otro quiere honestamente ofrecer una ayuda, el buen lenguaje
permite hacerlo saber de manera amable. Un mismo mensaje, dos intenciones
distintas, dos formas de actuar diferentes. Así pues es algo muy beneficioso el
recordar no corregir a nadie que no lo haya pedido y ofrecer ayuda de manera
amable cuando lo consideremos.
También
debemos recordar que cuando estemos buscando alguna ayuda la pidamos con
amabilidad y sencillez, y respondamos con agradecimiento. Pero eso es algo que
sí se suele ver en los foros así que nos será fácil tomar la costumbre.
Sexto. No dar tu
opinión sin que te la hayan pedido:
Este
punto es sin duda la astilla en el dedo más profunda en cuanto a los foros
budistas. Este si es un verdadero reto. Una queja común es que los foros se han
convertido en una imparable galería de egos que desfilan tratando de demostrar
mayor experiencia, conocimiento y dominio del Dharma y de cualquier elemento
asociado al budismo. El arte de dar mi opinión sin que nadie me la haya pedido,
es la marca reina del ego budista.
Aquí
el enunciado es simple y se explica solo. Se relaciona directamente con todos y
cada uno de los puntos trabajados hasta ahora. Y al parecer es algo simplemente
inevitable para algunos foristas de profesión. La debida comprensión de este
punto puede limpiar y mejorar mucho nuestro uso del lenguaje y por ende nuestro
trato con todas las personas de nuestro entorno.
Al
principio puede parecer una limitante. Si no doy mi opinión sin que nadie me la
pida, ¿De qué vamos a hablar? ¿Quién va a poner el tema? De nuevo estamos
dejando de lado los contextos apropiados para nuestras intervenciones. En cuanto
a los intercambios de opinión que surgen a raíz de una pregunta, no hay mucho que decir. Alguien hace una
pregunta abierta al grupo y los interesados responden. Ahora, que las opiniones
se den de forma respetuosa o despectiva ya es otro tema, pero aquí la confusión
es nula puesto que sí hay alguien pidiendo opiniones.
Otra
situación es cuando la conversación no inicia por una pregunta sino por una
afirmación, un postulado, un argumento, un texto o material de lectura. He
incluso por un saludo casual como vimos en un ejemplo anterior. Dar tu opinión
sin que te la pidan es muy parecido a corregir cuando nadie ha pedido
corrección, solo que es peor. En el caso de las correcciones no pedidas la
excusa es un supuesto error de alguien sobre quien inicia la intervención de
manera inesperada. Aquí no hay ninguna excusa, por lo que la intervención se
basa en nada más y nada menos que mi propio deseo de dar mi opinión sin más
motivo que mi opinión misma por considerarla de tal importancia que simplemente
es necesaria para que los demás puedan comprender el tema. ¿A qué nos suena
esto?
Veamos
un nuevo ejemplo. Supongamos que se está hablando sobre el budismo tibetano. La
conversación va alrededor del Vajrayana, budismo tántrico, escuelas tibetanas,
etc. Se está hablando del sistema del lamaísmo y de los rituales que el Lama
realiza en cierta tradición específica. Entonces alguien interviene y dice: La verdad es que el budismo tibetano es el
más supersticioso de todos los budismos. Son demasiado ritualistas y hasta
tienen fetiches con un montón de objetos que consideran sagrados cuando la sola
noción de objeto sagrado choca con lo que enseña el budismo. Creo que es un
buen budismo para empezar pero eso del tantrismo y demás anexos hindúes y
creencias mágicas no viene al caso en la verdadera práctica budista, es decir,
en la verdadera practicidad del budismo.
La
persona que aporta este comentario en realidad no está entrando en el tema del
que se estaba hablando, que eran los rituales que un lama realiza. En lugar de
eso da su opinión sobre el budismo tibetano pensando que como el tema está
dentro del budismo tibetano, su opinión es necesaria y acorde a la
conversación. Ni siquiera en el caso de que el tema hubiese sido si el budismo
tibetano es supersticioso o no esa intervención habría tenido validez, ya que
en ese caso se estaría hablando de por qué el budismo tibetano es o no
supersticioso, es decir se estaría intercambiando información sobre algunos
elementos del budismo tibetano que pudieran considerarse como supersticiosos antes
de sacar las conclusiones. Por lo general el dar una opinión que nadie ha
pedido suele apuntar a criticar negativamente en lugar de construir, o a
simplemente hacer notar mi sabiduría y conocimiento sobre el tema, buscando
demostrar algún tipo de jerarquía dentro de la comunidad budista.
Se
podría afirmar que dar una opinión de la nada podría ser otra forma de iniciar
una conversación sobre un tema de una manera indirecta. Pero de ser así lo que
se estaría haciendo es hacer una pregunta sin signos de interrogación. Por
ejemplo se puede iniciar diciendo: Opino
que el vegetarianismo debería ser hoy en día una nueva práctica reglamentada en
todas las tradiciones budistas.
Este
enunciado u opinión no es una pregunta, sin embargo está proponiendo una
pregunta. Funciona igual. Es como si dijera: Creo que el vegetarianismo debería ser observado en todos los templos
budistas. ¿Ustedes que opinan? ¿Están de acuerdo?, ¿en desacuerdo?, ¿no les
importa?, ¿qué rico chicharron? Es un enunciado que está pidiendo la
opinión de los foristas, por lo tanto es pertinente ya que su propósito es
acorde con el objetivo de los foros.
Muchas
veces las opiniones no pedidas no apuntan tanto a un tema en sí sino a una
persona en específico. Una persona cuya intervención no me gustó, que considero
equivocada o que simplemente quiero confrontar con un argumento más fuerte que
le va a vencer por su propio peso sin necesidad de que yo lo defienda. Es como
un tipo de superioridad indirecta. Pasivo agresivo como dicen los millennials
ahora.
Por
ejemplo: El tema de la discusión es la reencarnación o renacimiento. Los
participantes en la discusión son personas interesadas en este tema, creen en
él o les parece interesante desde algún punto de vista. Pero entonces llega una
persona y apunta lo siguiente: La
reencarnación no es real. No existe. Por ejemplo en el libro Buena pregunta, buena
respuesta, se dice que la reencarnación es un hecho científico, que está
comprobado y que ya no hay duda al respecto. ¿Cuándo ha ocurrido esto? ¿A qué
hora la comunidad científica ha dicho que se ha comprobado irrefutablemente el
renacimiento? Jamás. Esto es falso. Es solamente otro intento de ocultar el
miedo a la muerte igual que la eternidad y el cielo para los cristianos. Además
eso es una herencia cultural del hinduismo. En realidad a pesar de que los
monjes que escribieron la biografía del Buda repiten lo del renacimiento una y
otra vez, el Buda mismo descartó dicha idea.
Como
podemos ver, de nuevo pasamos de estar hablando de un tema, el renacimiento,
sus mecanismos, su lugar en la cosmología budista, su significado profano y
profundo, a dar una opinión sobre el renacimiento. Una opinión que nadie ha
pedido porque están hablando personas a las que la reencarnación les interesa,
les parece algo bueno o creen en ella. Entonces, ¿Por qué esta persona a la que
el renacimiento le parece algo absurdo y sin sentido, da su opinión sobre el
renacimiento en una charla donde el renacimiento es algo interesante?
Precisamente porque para esta persona el renacimiento no es interesante. Y como
no es interesante para esta persona, intenta quitarle el interés a los que sí
la tienen. Es decir, intenta imponer su opinión por encima de los que piensan
distinto a él.
Estas
opiniones en los foros son tan comunes como escribir sentado. Abundan tanto que
es la principal razón por la cual se dice que los foros budistas aumentan el
ego. Suelen ser discordantes y fuera de lugar en la charla. Por ejemplo, en el
mismo ejemplo de la charla sobre renacimiento, uno de los participantes que sí
está participando en la discusión también puede tener una opinión diferente a
la de los que sí creen en el renacimiento. La diferencia es que la persona que
sí está participando en la conversación, sí está en la misma sintonía de los
participantes de la charla. Este caso es distinto porque cuando la persona que
sí está metida en la charla da su opinión diferente sobre el renacimiento, los
demás han seguido el hilo de sus argumentos y esperan la opinión del
participante que piensa distinto, ya que la conversación ha madurado en
dirección a esa parte de la discusión, las opiniones a favor y en contra. En
contraste, la persona anterior dispara su opinión sin tener en cuenta el ritmo
de la charla ni el momento en el que se encuentre. Además insinuando de alguna
manera que el creer en la reencarnación o renacimiento es propio de gente
ingenua o poco instruida.
No
se trata de que estemos todos de acuerdo en todo. Se trata de querer conversar
y compartir con nuestras coincidencias y diferencias. Siempre con respeto.
Una
vez más e igual que en los casos anteriores, no hay mayor premio para estas
perlas de sabiduría gratuitas que el más sencillo y solemne silencio. En este
caso más que en cualquier otro, el no contestar a su opinión no pedida genera
en el maestro del lado oscuro una sensación de insatisfacción e indignación que
no demorará en hacerle repetir su opinión otra vez, ahora con el doble de
argumentación. Y luego otra vez, ahora con artículos de apoyo, y de nuevo una
vez más, ahora con un archivo PDF. Todo esto mientras le va saliendo una nueva
cana y otro cabello símbolo de su frustrada juventud se va cayendo.
Eventualmente, el maestro del lado oscuro se despide deseando que todos los
demás sigan felices en su ignorancia y dando las buenas noches.
Séptimo. Ser
honesto y franco sin ser ofensivo:
Mejorar
el uso del lenguaje y tratarnos mejor como comunidad no significa que empecemos
a aceptarlo todo y a decir que todo está bien y es correcto sin importar las
locuras que se digan. Eso sería un despropósito y además una falta total de
carácter. Los foros son para compartir información y realizar debates y discusiones
sanas y provechosas.
Ahora,
si alguien dice algo que según la información que tenemos está errado o tenemos
la certeza de que es información falsa, pues es también parte del Recto
Lenguaje decir siempre la verdad y descubrir la mentira.
Una
vez en una discusión sobre Osho en la
cual yo comentaba su doctrina y pasaba información sobre su secta y sus
delitos, una persona me dijo que un buen budista no debería hacer críticas
dañinas y no debería hablar mal de nadie, y que el Buda nunca había hecho
acusaciones contra nadie porque eso era contrario al Dhamma. Desafortunadamente
esto no es cierto y corresponde a una malinterpretación de lo que es ser
correcto y otros temas como el pacifismo, tema del que hablaremos próximamente.
No
es cierto que denunciar a alguien o juzgar a alguien es contrario a las Enseñanzas.
La idea en sí es absurda. Es como decir que no existen los delincuentes, los
asesinos y los ladrones. Por más interpretaciones distintas que se les den a
las conductas destructivas de las personas en ignorancia, éstas nunca dejan de
ser delitos, crímenes y acciones dañinas. Y por tanto deben ser rechazadas y
denunciadas públicamente para que tengan sanción social y sean detenidas. El
robo siempre será robo, el homicidio siempre será homicidio y la violencia
intencional siempre será violencia intencional. Además, pensar que el Buda
jamás denunció ni criticó a nadie es un error garrafal.
Claro
que el Buda habló duramente contra varias personas. Precisamente por eso es el
Buda, porque tuvo el carácter de hablar con franqueza de las cosas que estaban
mal y de las personas que las hacían. El Perfecto en más de una ocasión se paró
frente a reyes, brahamanes, ascetas y gentiles, y les señaló de frente las
acciones dañinas que hacían y las costumbres basadas en la ignorancia que
debían ser corregidas o eliminadas. Precisamente por eso el Buda pasó por
varios intentos de asesinato, porque el peso de sus palabras era tal que hacía
tambalear costumbres y establecimientos religiosos y políticos que llevaban
siglos conservándose. También es posiblemente por eso mismo que la India no
conservó la práctica del Dhamma de Buda y se aferró las costumbres védicas
evolucionándolas en lo que conocemos como el Hinduismo actual. Esa idea de que
en el budismo todo es tierno, bonito e inofensivo es consecuencia de un
fenómeno psicológico de algunos grupos occidentales que denominamos budismo de
burbuja, tema del que hablamos en el artículo anterior.
El
Buda sí habló abiertamente de lo que es incorrecto y nos dejó todo ello
claramente explicado en sus enseñanzas. Nosotros debemos seguir su ejemplo,
debemos detectar, exponer y rechazar la ignorancia y la injusticia en donde
quiera que se presente. ¿Cuál es la cuestión que nos separa del Buda? Que lo
estamos haciendo mal.
Puede
que nuestra intención de denunciar lo dañino sea correcta, pero la forma en la
que lo estamos haciendo, es decir nuestro lenguaje y nuestra forma de pensar,
no es la enseñada por el Buda. Nosotros por lo general le soltamos el seguro a
la escopeta y nos despachamos disparando contra el objetivo como si fuera una
misión bélica. Cuando el Buda denunciaba una práctica incorrecta o reprendía a
una persona por sus malas acciones, lo hacía siempre usando el lenguaje como
las enseñanzas dicen que debe usarse. De manera correcta. De manera perfecta.
Es decir y atención a esta clave “sin odio”. De manera simple, clara, directa y
amable aun cuando el asunto sea serio. Esto es lo que nos falta, más aun si
estamos hablando con otros miembros de nuestra comunidad.
Una
palabra clave que debemos tener en cuenta en nuestras interacciones como si
fuera un mantra sagrado es la Asertividad. La asertividad es la capacidad de
decir cosas que son contrarias a nuestro receptor de manera clara y directa sin
herir ni ofender al contrario. Es el arte de establecer posiciones contrarias
sin generar enfrentamiento. La comunicación asertiva es la base del ejercicio
del debate tal y como lo describimos anteriormente. Investigar y leer el
concepto de la asertividad desde la psicología (no desde los libros de auto
ayuda porque terminarás hablando como Barni el dinosaurio) es un gran punto de
partida para empezar a ejercitar el Recto Lenguaje.
Debemos
tener tres cosas claras. Primero debemos decir siempre la verdad y ser honestos
en todo momento. Segundo jamás contestar ni hablar desde el odio o con ánimo de
revancha. Y tercero hablar solo con personas con actitud de verdaderos
practicantes del Dhamma y dejar de lado a las personas belicistas. Estos tres
puntos nos ayudarán mucho a mejorar la calidad de los foros budistas. Sobre todo
porque aceptémoslo, responderle a una
persona sembradora de discordia y división es una tentación tan poderosa que
preferimos mil veces responderle a un maestro del lado oscuro que a una persona
con verdadera actitud budista. Es un mal que todos tenemos.
Por
último.
Octavo. El
humor es para compartir y unir, no para
herir y dividir.
Hablaremos
aquí de un pésimo vicio que nos aqueja a varios. El sarcasmo y la ironía.
Confieso que no tengo mucho derecho a denunciar el uso del sarcasmo en su forma
más provocadora pero puedo comentar los móviles y las consecuencias de su uso
por experiencia propia.
El
humor nocivo, el humor negro aplicado a otra persona, es un arma infantil que
se usa cuando uno ya ha renunciado al debate y a compartir ideas y argumentos.
Es una forma insolente de decirle al otro, mira, ya no voy a discutir contigo
porque está claro que jamás nos pondremos de acuerdo. En lugar de eso me
burlaré de ti con un humor pesado, ácido y mal intencionado para hacerte sentir
mal y evitar que te vayas pensando que has ganando la discusión.
De
todas las formas de discurso divisorio, y el Buda habla claramente de este tipo
de lenguaje, el sarcasmo y la ironía son de las más efectivas. Podría decir que
bien usadas podrían hacer que una persona te deje de hablar de por vida ya que
pueden tener una capacidad para herir de una manera mucho más profunda y fuerte
que un insulto común. El humor negro requiere ingenio y siempre tiene algo de
verdad. Los creadores de memes ofensivos hacen imágenes que muchas veces dan en
el clavo pero su objetivo no es informar ni sacar a alguien de su error, sino
ridiculizar usando la verdad como un dedo acusador de ignorancia.
El
problema con el sarcasmo es el siguiente, puede ser muy pero muy divertido. En
realidad genera endorfinas el destruir a una persona devolviéndole sus propios
argumentos en su contra bañados en la deliciosa salsa del humor mal
intencionado. Genera una oscura sensación de justicia. Delicioso. El problema
es que estamos atentando contra nuestra propia creencia pues estamos generando
odio. Estamos apartando a una persona de la comunidad pues al herirlo se
aferrará más a su creencia radical, y a final de cuentas eso también nos
envenena a nosotros. Además esto sin duda es un generador de mal karma. El Buda
jamás, en ninguna situación, aprobaría el uso de la ironía, el sarcasmo o el
humor negro para atacar a otra persona sin importar el estado mental en el que se
encuentre. La propuesta entonces es simple. Tomar este ingenio macabro, tomar
el sarcasmo y la ironía y echarlos a la basura para no volver a usarlos jamás.
Así de simple. Eso se remplaza por el más sencillo silencio como lo hemos
venido explicando. Y eso es todo.
El
humor entonces debe ser un generador de unión, debe ser usado para lo que se
supone que es, para reírnos con nuestros compañeros y no para burlarnos solos.
La burla aísla y genera rechazo. El buen humor une y hace a la persona metal y
físicamente más atractiva para los demás. Los grandes monjes por ejemplo suelen
ser personas de un humor excelente. Suelen hacer chistes y crear un ambiente de
concordia y risa que hace sentir cómodos a todos los que les rodean. Podemos
ver muchos ejemplos de esto en los grandes maestros de nuestra era. La
propuesta en resumen sería desechar todo aquello que nos separa y multiplicar
todo aquello que nos une.
Conclusión.
La
necesidad de mejorar nuestro lenguaje, de practicar el Noble Óctuple Sendero
como se supone que debemos hacerlo, hace que prestemos particular atención a la
forma en la que nos estamos tratando entre nosotros. Haré una comparación
incómoda como suelen serlo todas. He notado que en los foros cristianos el uso
del lenguaje no suele tener el tipo de fallas que estamos viendo en los foros
budistas. Puede sonar a golpe bajo pero también podemos tomarlo como un ejemplo
de cómo una comunidad religiosa laica se comunica.
Abordamos
los foros budistas como espacios para encontrar la verdad, y malinterpretamos
esto pensando que dentro de todo el universo budista debe haber una sola verdad
absoluta, haciendo de los demás pensamientos doctrinas falsas como pasa en el
cristianismo, en el que una vertiente se separa de las otras basándose en la
premisa de que es la verdadera y las demás son falsas. Recordemos que en el
budismo no hay lugar para tales posturas ideologistas. Si hay una comunidad
religiosa que en teoría debería estar unida más allá de cualquier diferencia
dogmática es el budismo porque las diferencias son de forma, pero el núcleo de
las enseñanzas, el Dhamma y el Maestro Buda, son los mismos para todos. Por lo
tanto, afirmar que un cierto tipo de budismo es malo o falso da pie a muchos
radicales cristianos que nos señalan y les dicen a sus seguidores, mírenlos, no
son diferentes a nosotros y se dicen mejores que nosotros. Insisto, una cosa
son las tradiciones budistas, las distintas formas del Dhamma, y otra los
líderes que tenemos actualmente. No confundamos una cosa con la otra.
Espero
que estas ideas puedan contribuir a una mejor comunicación entre nosotros, a
mejorar nuestro aprendizaje del Dhamma y a ver nuestras fallas para que podamos
practicar el Noble Óctuple Sendero con toda la buena intención y seriedad que
merece. Les envío un gran saludo de año nuevo.
Muchas gracias David por el texto que haz escrito. Me parece muy interesante los 8 puntos quier has tocado, pues es el diario vivir de nuestras redes sociales. También me gusta como te próximas al camino octuple y nós recuerdas la constante práctica. También resalto como el ego nota hace alejarnos cada vez más entre nosotros. Un saludo muy grande y "namaste" ;)
ResponderBorrarGracias por tu comentario y muchas gracias por leer el blog. Un saludo.
BorrarGracias.
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