Ahora
mismo podemos decir que hay una cantidad considerable de cursos en línea sobre
budismo. Sin duda esto es algo bueno. Sin embargo, tengo la impresión de que
las misiones budistas no prosperan. Al parecer se quedan en pequeños nichos
casi familiares que se sostienen solo con retiros de grupos pequeños, pero nada
baratos. Además de eso, tengo la impresión de que el budismo occidental, al
menos el que se está enseñando virtualmente desde hace ya algunos años, ha
caído en un bucle. Una tendencia circular en la cual se está atorando más y
más.
Los
cursos de budismo buscan más que todo traer personas nuevas al Dharma. Y en
parte, aunque ese es el objetivo, creo que también es el origen del
estancamiento. Constantemente vemos anuncios de cursos de introducción al
budismo. Cada dos o tres meses los cursos de introducción al budismo se
disparan y aparecen variedades de cursos introductorios a veces con temas
alternos como la meditación o mindfulness, el amor universal, las relaciones de
pareja, etc. La cuestión es que, por más tiempo que lleve el grupo enseñando,
la mayoría de los cursos suelen ser introductorios. No se avanza. Siempre es
introducción al budismo con tal tema. Lo que me da la impresión de
estancamiento es que raras veces los grupos se renuevan y gente que lleva
tiempo en el grupo, incluso años, básicamente repite una y otra vez una nueva
introducción al budismo, al parecer sin avanzar.
Es
cierto, como ya dije, que el objetivo es traer nuevos practicantes a los
grupos. Pero al parecer, los tiempos no concuerdan con los temas de los cursos
y la causa de esto pueden ser los números. La cantidad de personas que asiste a
los cursos puede ser buena. Pero en contraste, la cantidad de personas nuevas que
ingresan a la sangha y permanecen en la práctica es muy baja. La mayoría de las
sanghas están conformada por personas que ya hacen parte integral del grupo
hace tiempo y que promocionan la misma cosa una y otra vez. Por eso insisten
tanto con lo de la introducción al budismo. Porque básicamente el grupo es el
mismo y la gente nueva llega y se va. Las sanghas terminan siendo una puerta
giratoria.
Al
parecer, ese es precisamente el origen de que se repita tanto la palabra
introducción en los cursos de budismo. La consolidación de nuevos miembros es
muy lenta y poco estable. Es decir que de supongamos treinta personas que
ingresen, solo uno se establece, haciendo que los números de nuevos miembros
estén siempre en rojo. Claramente esto es solo una especulación. No hay
estudios ni registros conocidos que confirmen o descarten esta tendencia. Pero
según comentarios de personas que están en diversos grupos y mi propia
experiencia, es muy posible que así sea.
Otro
factor que hace pensar esto es el escuchar a personas que llevan mucho tiempo
en una sangha. Sus charlas sobre el Dharma son también introductorias y algunas
veces, me disculpo por decirlo, de un nivel infantil. Ven al budismo como una
doctrina tan dulce y delicada que lo explican siempre como si se enseñara solo
a niños. Al parecer piensan que esa es la única forma en la cual el occidental
del común puede entender el Dharma desde cero. Pero no parece ser el caso
porque no parece estar funcionando.
Volviendo
al tema de las introducciones, es como si se hubiera llegado a un acuerdo no
consiente ni voluntario entre las sanghas, en el que internet solo es usado
para buscar nuevos miembros porque los grupos no dejan de ser peligrosamente
pequeños. Y que los cursos que siguen a lo básico se hacen con membresía y de
forma privada, si es que se hacen. No lo sé. Eso es algo que seguramente podrán
responder las personas que hacen los retiros y hacen parte de las sanghas de
forma integral y activa, porque si hay cursos que no sean de introducción al
budismo casi no se ven. Si es que se ven.
Una
de las razones más frecuentes por las cuales no hago retiros ni cursos, además
del alto costo de la mayoría, es que ya sé de qué tratan los cursos. De nuevo,
"introducción al budismo". No significa esto que me sienta sobre
calificado para realizar uno de estos cursos. Por lo general investigo antes y estoy
en contacto con alguna de las personas que participa en el grupo o que ya ha
participado en ese curso, porque se repiten mucho, y tengo la posibilidad de
conocer los temas de antemano. Y tampoco es que desprecie la enseñanza de un
monje, pero hay que ser sinceros. Cuando uno se ha tomado la molestia de
estudiar en serio por algún tiempo considerable, así sea de forma autodidacta,
llega un momento en el que hay temas que ya no hay por qué tratar desde cero. A
modo de introducción o de forma elemental y básica.
Una
cosa son las Cuatro Nobles Verdades enseñadas como introducción al budismo,
desde cero, para personas que no son budistas y no tienen ninguna práctica en
absoluto; y otra cosa es ver las Cuatro Nobles Verdades enseñadas por un monje
para personas que ya llevan algún tiempo de estudio, ya conocen los fundamentos
de la doctrina y ya han iniciado, aunque sea de manera básica una práctica
personal y continua. Todos somos estudiantes, pero una cosa son matemáticas de
bachillerato y otra son las matemáticas de primero de primaria. En internet al
parecer, la mayoría de los cursos son de primero primaria. Y los budistas de
vieja data, según representan sus Sanghas, hablan como profesores de primero
primaria, incluso a personas que se supone que ya tienen un tiempo considerable
en la práctica. Incluso entre ellos mismos. La observación es que el contenido
de las charlas y las conversaciones es prácticamente el mismo en todos los
casos. Siempre introductorio. Incluso en grupos donde no hay neófitos.
Esto
no quiere decir que se quiera discriminar a los nuevos que llegan por primera
vez. Sino que no se ven posibilidades de progreso real para nadie. Ni para los
nuevos ni para los que ya han iniciado su práctica realmente. Seguramente los
cursos avanzados serán en secreto (si así es, no podría comprender por qué)
para los estudiantes más antiguos, porque nunca se ven promocionados.
Podemos
suponer que la razón de que los cursos sean siempre de introducción al budismo,
o lo sean en su mayoría, es que las personas abandonan y no se unen a la sangha.
Y por lo tanto, posteriormente no hay a quién hacerle la continuación del
proceso, por lo cual este se vuelve a reiniciar en la fase de introducción en
otro intento de captar nuevos miembros casi desde cero. Es decir, los cursos no
progresan y por lo tanto no se pueden continuar ni culminar. Entonces, la
observación no está en los cursos en sí, en el material, sino en la forma en la
cual se está enseñando. Porque no está funcionando. La gente no continúa con la
práctica y no se une a la sangha. Algo está fallando en ese proceso.
Otra
práctica que no sé si sea común pero que he visto en tres casos personalmente,
es que uno encuentra un grupo budista que ofrece actividades libres, pero esto
resulta siendo una estrategia de mercadeo. Aclaro que esto sí es experiencia
personal pero no necesariamente debe marcar una tendencia mayoritaria, aunque
no dudo que haya más grupos denominados como budistas en otros países que
también hagan lo mismo.
Se
presentan como budistas y te invitan a sus actividades. En los casos en los que
estuve fueron dos de budismo tibetano y uno de budismo chan. El modus operandi
es que hacen actividades culturales tradicionales de los países de los que vienen
estos budismos como sesiones de tai chi, qui gon, acupuntura en el caso del
chan; y bendiciones de malas, bendiciones de maestros, meditaciones guiadas, ceremonias
y rituales culturales en el caso tibetano. A esto le anexan cosas como yoga,
reiki, charlas de vegetarianismo y demás cursos alternativos que dictan los
miembros del grupo. Cuando al fin viene un curso de budismo, cuando por fin
vamos a escuchar y a trabajar las Enseñanzas del Buda, el curso es pago. Y
cuando uno averigua qué van a enseñar y desde qué perspectiva se va a abordar, el
tema es Introducción al budismo. Siempre.
Y
honestamente, esta idea de usar actividades de culturas orientales como carnada
para después salirte con un curso pago de introducción al budismo cuyo
contenido puedes conseguir gratis en internet pues, no tiene sentido. Lo
promocionan como “cursos gratis del Budadharma”, y luego te salen con ese
chorro de babas. No sé de dónde sacan que eso realmente va a funcionar para
levantar una misión.
De
nuevo, hablo por experiencia propia y estoy seguro de que no es así en todas
partes. También he tenido experiencias muy positivas de una buena enseñanza del
Dharma. Pero por internet, no en persona.
Hay
que anotar que mi ciudad no ha sido un lugar afortunado en cuanto a la
enseñanza budista. De todos los intentos que han llegado a la ciudad a través
de los años, que han sido varios, tres o cuatro, todavía no ha habido uno solo que
haya sido de enseñanza directa, abierta y honesta. Todos le han puesto un pero
al estudiante. Y todos terminan saboteándose a sí mismos de alguna forma hasta
hacerse desaparecer.
Hace
poco vi una entrevista a un monje de Bogotá. Es una misión de budismo tibetano.
La iniciaron en los 80s. El monje decía que a través de los años, les había
dado la iniciación a más o menos tres mil personas. Y que los miembros activos
de su sangha en la actualidad, los verdaderamente activos, difícilmente
llegaban a ser cien.
¡Cien
personas de tres mil iniciaciones! ¡En cuarenta años de enseñanza! Claramente
algo está fallando. Evidentemente, a los procesos de enseñanza les está
faltando algo.
De
todas maneras existe la crítica válida y particular, a riesgo de sonar puntilloso, de que en las escuelas tibetanas occidentales
suelen soltar las iniciaciones y los títulos monacales como si fueran premios
de cajas de cereales. Y las consecuencias han sido evidentes porque el budismo
tibetano está repleto de Lamas que por un lado han salido delincuentes y
abusadores, y por el otro terminan renunciando al monacato por las razones más
mundanas y ridículas. Dicho sea de paso...
A pesar de esto hay que
decir que aunque los grupos tibetanos llevan la batuta con ese problema, las
comunidades zen, chan y otros también tienen el mismo problema de estancamiento
y de fijación en las introducciones.
Está más que claro que el
otorgar una iniciación o un título monacal, no aseguran para nada la
permanencia de una persona dentro de la práctica ni de la sangha.
¿Por
qué todo tiene que ser siempre un curso? Es cierto que una misión necesita
dinero, y mucho. Pero acostumbrar al estudiante a dar dinero por recibir el
Dharma como un servicio más, es acostumbrarlo a poner dinero de por medio entre
él y el Dharma. Es rebajar el Dharma a otra moda comercial como el yoga o el
mindfulness. Y eso es algo con lo que
siempre he estado en desacuerdo y siempre se me ha malentendido.
Una
misión necesita dinero. Hay que pagar el alquiler de un espacio amplio y cómodo,
hay que pagar servicios, herramientas de trabajo de enseñanza, mantenimiento
físico y técnico. Para traer un monje hay que pagarle sus boletos de avión, alojamientos,
alimentación, uso de servicios, etc. A los laicos que dictan charlas también se
les debería pagar, que no siempre es el caso pero algo se les debería reconocer.
Y para todo ello se necesita dinero, y bastante. Esto es lógico, justo y
necesario. Pero creo que por el Dharma en sí, por la Enseñanza del Buda, no
se debería pagar nada. Y es aquí donde la gente no me entiende así que
permítanme explicarme:
Para
una misión se necesita dinero, y ese dinero debe venir de los laicos que
aportan donaciones y si se quiere, pagos fijos para poder levantar y sostener
la sangha. Pero insisto en que para iniciar una sangha de forma verdadera, con
convicción, sin sombra de duda y con total convencimiento, uno debe saber a qué
le está metiendo su dinero. Es decir, uno debe saber que al proyecto al que uno
le está metiendo recursos, si es un Dharma budista de verdad. Uno debe tener
sentido de pertenencia y compromiso personal con el proyecto. Y para poder
hacer eso, no se necesita dinero. Sólo se necesita un monje honesto y un grupo
comprometido. Tenemos los medios para dar clases gratuitas en las cuales la
gente pueda iniciarse de forma remota pero directa con un monje, y pueda saber
de forma real de qué trata el Dharma. Sin secretos tontos ni cursos especiales
ni membresías ni nada de esas estupideces. De manera que los estudiantes puedan
tener la seguridad de que ya están practicando el budismo de forma real. O al
menos que su guía es confiable.
Decir
que si no se tiene toda una infraestructura lista, con templo, monje y toda la
vitrina montada, no se puede enseñar el Dharma, es una mentira. No se necesita
tener todo eso para enseñar y formar un grupo comprometido. Muchos monjes
enseñan el Dharma gratis por internet todos los días sin cobrar un peso.
La fundación de las sanghas debería
iniciar por la enseñanza honesta y gratuita del Dharma (porque no es ninguna
sabiduría secreta ni nada por el estilo). Contando con un monje comprometido y
con un grupo serio que ya esté de acuerdo, sí se puede pensar seriamente en
hacer una sangha en cualquier ciudad. Sí se le puede empezar a cobra a la gente
con seguridad porque entonces sí sabrían fuera de duda que lo de la sangha va
en serio y que si son parte de ella.
Entonces
sí se podría empezar a juntar recursos para realizar un proyecto con seguridad
en el que todos los involucrados sepan de qué se trata. Sin cursos ocultos ni
enseñanzas privadas. Un inversionista debe saber hasta el último detalle del
proyecto en el cual invierte. De esa forma sí puede haber disciplina y
continuidad. Después de que haya sentido de pertenencia y de propiedad y una
relación de confianza entre los miembros, una sangha tiene una verdadera
oportunidad de consolidarse.
Pero
aquí se hace todo al revés. Una persona se mete a una sangha virtual. Se vuelve
budista, contacta con un monje del que se hace discípulo y se compromete.
Empieza a promocionar el budismo superficial e indirectamente por redes
sociales. Con un misterio ridículo como si fuera santería o algo así. Por fin
se trae al monje con plata de la sangha de la que viene el mismo monje y con
plata del discípulo local para hacer una charla. La charla efectivamente se
vende y la gente llega a escuchar al monje. Pero después de la charla, el monje
se regresa al lugar del que vino, la gente que fue a la charla regresa a su
vida normal, y el idiota que trajo al monje queda con un par de estudiantes
universitarios medio fanáticos que igual lo van a dejar tirado cuando la
segunda adolescencia se les pase, y con una gran cantidad de dinero
desperdiciada en un curso de budismo que a final de cuentas no sirvió para
nada.
Ha
pero eso sí, queda la página de Facebook con algunos seguidores para
promocionar la siguiente charla para el próximo año en la cual pasará
exactamente lo mismo.
Y
sangha, nunca hubo ni habrá…
Estos
eventos en los que se trae a un monje de tal país para que de una charla de
budismo nunca atraen practicantes potenciales. Atraen a cristianos aburridos y
sentimentales que buscan algo bonito para anexar a su vida al igual que el
reiki, la magia de los cristales y demás cosas exóticas. Ven al budismo como
otro ornamento espiritual que genera sensaciones bonitas y que arregla una o
dos tonterías de psicología doméstica. Pero estas personas nunca consideran ni
de cerca la posibilidad de practicar budismo. Lo sé porque al final de las
charlas a las que he ido se los he preguntado. No ven al budismo como una
doctrina de vida. Y en menos de un mes, habrán olvidado todo lo que el monje
les dijo en aquella amena y cordial charla
Estos
eventos no son más que entretenimiento para turistas. Es muy iluso pensar que
de esa manera, a punta de charlas fugaces, sin continuidad ni profundidad, la
gente va a tomar al budismo en serio y se van a juntar recursos para hacer una
sangha.
Hay
que ser verdaderamente tonto para creer aquello, pero así son los grupos
budistas que he conocido. O más bien los intentos de budismo que he conocido.
Mi
postura es que uno debe apoyar las campañas con donaciones, pero que las
donaciones deben ser coherentes con la calidad del Dharma que se enseña. Y para
eso, el Dharma debe enseñarse gratis.
Pero
si uno no sabe realmente qué se enseña, de qué están hablando y de qué manera
lo enseñan, ¿Por qué iba uno a pagar por ello? ¿Solamente por el título de
“budista”? ¿Pagaría usted por una enseñanza espiritual de la cual no sabe nada
más allá del obvio título? Porque el que un curso se llame budista, no
significa que lo sea. Hoy en día venden de todo con el apellido de budismo.
Es
más. ¿Pagaría usted por una enseñanza espiritual? ¿Le suena que esta venta
tiene sentido? Vender lo espiritual. Ni siquiera los cristianos hacen eso. El
cristiano te enseña todo el evangelio si tú lo dejas, y después de que te
muestra en qué cree y cómo lo cree, es que te invita a su iglesia y ahí pagas.
Aquí el sistema es al revés.
Atraen
a la gente con el letrero de budismo. Pero cuando preguntas exactamente de qué
trata el curso y qué enfoque tiene, no te dicen. Para eso debes pagar a ciegas.
Lo guardan como si se tratara de algún conocimiento trascendental esotérico por
el que solo puedes acceder si valoras tu desarrollo espiritual según parámetros
económicos. Como si fuera algo super secreto y casi inaccesible. Cuando lo que están
vendiendo es, adivinen, una introducción al budismo. Y para que quede claro y
seamos verdaderamente honestos, las introducciones al budismo no tienen nada, y
en verdad, absolutamente nada que no se pueda conseguir en internet. Y lo
siento, pero por más que te digan que no es lo mismo leerlo o verlo en una
charla grabada a que te lo explique un monje, aquello no es cierto. Una
introducción básica al budismo que puedes conseguir en cualquier página, el
cualquier pdf y en cualquier video, no necesita de ningún monje para ser útil.
Estoy
hablando de introducciones al budismo al primer nivel, no de la práctica
budista en sí. No estoy afirmando que la educación virtual sea exactamente
igual a la educación de un monje en persona. También se me malentiende mucho
este punto. Siempre va a ser mejor tener una instrucción de un monje en
persona. Siempre. Pero en cuanto a introducciones y fundamentos básicos, una
buena dedicación autodidacta funciona perfectamente para adoptar una práctica
bien establecida. Si no fuera así, sería imposible para nosotros ser budistas
sin un monje, y obviamente sabemos que eso no es cierto. Las tradiciones no
iniciáticas son tan válidas como las iniciáticas. Si esto no fuera así, la
mayoría de los occidentales tendríamos que resignarnos admirar el budismo desde
lejos porque de aquí a que finalmente se instale un monje budista en nuestra
ciudad, nos tocarían las campanas.
Estas
formas fallidas de fomentar el budismo suceden en varios grupos y en varios
países, no solamente en mi experiencia sino en la de muchos otros. Seguramente
para mucha gente esto no justifique ningún análisis y no tengan problema con
ello. Que te cobren por algo espiritual sin más información que el nombre y que
puedes conseguir gratis en internet es una práctica usual en occidente, y los
mismos consumidores lo justifican. Tal vez se pague realmente por la compañía y
por el sentido de pertenencia. Tal vez se pague simplemente por una tarde de
buenos consejos para la vida y hacerte de un grupo de amigos fácilmente, lo
cual tampoco está mal. Aunque al menos en los casos nombrados esto no funciona
porque después del curso, no te vuelven a llamar sino hasta la apertura del
siguiente curso. Tal vez en otros grupos sí se pague por pertenecer de forma
automática a una comunidad. Alguna ganancia tiene. Siempre es una buena
oportunidad de aprender mejor.
En
resumen, esta duda viene de observar que el budismo ya tiene más o menos cincuenta
años de haber llegado a muchos de nuestros países, y todavía no arranca. Han
tenido mucho más crecimiento y éxito varias sectas locas que el propio budismo.
E insisto que algo se está haciendo mal o no se está haciendo porque a este
ritmo, va a ser más fácil hacerse testigo de Jehová que budista, lo cual sería
una vergüenza.
Esta
observación viene de una gran cantidad de estudiantes solitarios que preguntan,
insisten y esperan que surja una sangha en su lugar de residencia para poder
practicar con asesoría y en un lugar seguro. Internet debe ser solo una
herramienta para conseguir los objetivos, pero nos estamos volviendo ciber
dependientes. Exactamente igual a la gente del común. Y como ya ha sido
demostrado, cualquier cosa que dependa de la tecnología, se termina estancando
o perdiendo. Si Facebook un día conecta mal un cable y todas las cuentas se van
al demonio, todos los proyectos desaparecen en un segundo y la gente entra en
crisis. No es diferente con los estudiantes que dependen mayormente de internet
para su práctica.
¿Qué opinas de
este análisis? ¿Has tenido experiencias similares? Cuéntanos tu punto de vista
y contribuye a fortalecer la sangha mundial.
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