jueves, 29 de mayo de 2025

Karma. Explicación budista.

Oración en el templo para generar buen Karma

El término kamma (en Pali) o karma proviene del sánscrito y literalmente significa acción. Esta palabra era comúnmente usada por los Brahmanes y más recientemente por los vedas. Los vedas son textos religiosos hindúes que aún son muy respetados. Los vedas fueron escritos originalmente por un grupo de personas llamados los Aryias. El entendimiento que se tenía era que al ejecutar alguna acción con el cuerpo o al hablar, esta tenía asociado cierto poder; sin embargo, Buda señala que no es el acto por sí sólo sino la intención que origina a el acto. Los vedas no se referían a los resultados, sino simplemente a que la acción (del cuerpo o la palabra) es importante.

 El término de karma se refiere a las intenciones benéficas y dañinas, y a los factores mentales asociados a estas intenciones. La idea del karma ya existía en el tiempo de Buda; sin embargo, fue él quien dio una explicación más elaborada y precisa de su funcionamiento. El karma es la causa del renacimiento y da forma al destino de los seres. Las intenciones kármicas se manifiestan como acciones benéficas o dañinas producidas por el cuerpo, el discurso (o habla) y la mente. Por lo tanto, el término budista de karma no significa de ninguna manera el resultado o fruto de las acciones (cuyo término adecuado es Vipaka); tampoco significa el destino de la persona; ni mucho menos el resultado completo (suma y resta de la masa kármica), los cuales son conceptos erróneos que se han esparcido ampliamente alrededor del mundo. Buda dijo:

“Las intenciones, Bhikkhus, son lo que yo llamo karma, porque a través de las intenciones uno realiza las acciones del cuerpo, el habla y la mente. Hay karma, Bhikkhus, que madura en el infierno. Karma que madura en el reino animal. Karma que madura en el reino de los hombres. Karma que madura en el cielo. De tres tipos es el fruto del karma: el que madura durante el tiempo de vida, el que madura en la próxima vida y el que madura en los subsecuentes renacimientos.”

 Hay tres raíces o condiciones para el karma (acciones) dañino y estas son: la avaricia, el odio y los estados ilusorios o de engaño (la ignorancia); hay tres raíces o condiciones para el karma benéfico y son: el desapego (la falta de egoísmo), la buena voluntad (la ausencia de odio y envidia), la ausencia de estados ilusorios (el no estar bajo el engaño o auto-engaño, el conocimiento de la realidad).

 Si se practican, se realizan y se cultivan frecuentemente actos dañinos como: matar, robar, el encuentro sexual desleal, mentir, calumniar, agredir con el discurso, engancharse en el balbuceo tonto y banal, uno renace en el infierno o entre los animales o entre los fantasmas. Aquel que mata y es cruel puede ir al infierno, o si renace como humano su vida será corta. Aquel que atormenta a otros será afligido con la enfermedad. Aquel que se enfurece será feo, el envidioso no tendrá influencia, el tacaño será pobre, el necio no tendrá descendencia, el indolente no poseerá conocimiento. En el caso contrario, una persona renacerá en el cielo o en el reino humano, tendrá larga vida, poseerá belleza, influencia, y descendencia noble.

 “Todos los seres son dueños de su karma, herederos de su karma. El karma es el vientre del que nacen, el karma es su amigo y su refugio. Ellos serán herederos de cualquier tipo de karma que ellos hagan, bueno o malo.” – Buda –

 Hay cierta idea ritual acerca del karma, incluso en el tiempo de Buda había gente que tenía la idea de que los Dioses o que cierto tipo de acciones realizadas por individuos religiosos tenían cierto potencial kármico. Así que las personas enaltecían y buscaban a los Brahmins para que ejecutaran estos rituales para casarse o pedir cualquier tipo de favores. Otros tipos de acciones (karma) que van en este sentido es cuando se lanza arroz en las bodas o se quiebra vidrio durante las bodas. Son rituales representativos que la gente practica y que algunos creen que tienen resultados por si solos.

 En la tradición budista el karma se refiere a algo diferente. Es importante señalar que Buda negó la potencialidad mágica del karma. De hecho, en las enseñanzas budistas está muy clara la postura de que no hay este tipo potencialidad en el mundo físico, la única cosa que tiene efectos potenciales kármicos es la intención. Ya sea un acto, las palabras o un acto mental que sea hecho intencionalmente. En otras palabras, debe existir cierto grado de agrado, aversión o fijación para que se produzca el karma. De acuerdo al budismo, si matamos a una hormiga sin saber que la hormiga estaba ahí, entonces el acto no tiene potencial kármico. En el caso de que algunas personas corran por ahí de forma descuidada, se podría argumentar que hay cierto potencial kármico debido a la negligencia de no mantener la atención plena, pero no se generara karma por matar a los insectos que haya en el camino.

 De acuerdo con el budismo, el karma está basado en la interacción momento a momento con la realidad. No está basado en alguna teoría mágica que existe en el universo, no es algo que esté relacionado con algún Dios, o que sea inexplicable. El karma está basado en la causa-efecto, debido a que se construye con los estados mentales que ocurren momento a momento. De la misma forma en que la causa y efecto actúan al nivel físico, el karma actúa a nivel mental.

 Cuando nuestro estado mental es de enojo, este tiene efectos mentales en nosotros y en la realidad que nos rodea, pero este efecto es momentáneo. Cada momento que se actúa con cierta intención es un acto kármico, incluso antes de que realicemos el acto. Por ejemplo, la única razón de que demos origen a un discurso violento o de odio se debe a intenciones violentas. Las bases que están detrás de las acciones y los discursos malvados son los pensamientos malvados.

 Ciertas personas creen que cuando una persona hace algo mal sin intención, esto tiene un potencial kármico malo, puesto que hubo consecuencias malas. Sin embargo, el budismo niega esto y argumenta en contra de la idea de que el resultado o el mundo físico es determinante para el resultado kármico. Si una persona muere a consecuencia del acto de otra persona, pero está otra persona no tuvo la intención de matar, el budismo dice que no es responsabilidad de la persona que realizó el acto y que este acto no tendrá repercusiones kármicas para esta persona. Por otro lado, si la persona a pesar de no haber tenido la intención de matar se autocastiga y culpa, se generará karma porque él se está infligiendo dolor a sí mismo como resultado de un estado ilusorio. En última instancia la intención o voluntad es el factor determinante del karma, ya sea de tipo moral o inmoral. Los actos involuntarios o inconscientes, aunque técnicamente hayan sido realizados por la persona, no constituyen un acto kármico.

 “Yo declaro, Bhikkhus, que la intención es el karma. Una vez producida la intención uno actúa ya sea mediante el cuerpo, la palabra o el pensamiento” – Buda –

 ¿Cómo funciona el karma?

 Primero, para entender esto se tiene que entender como surgen la felicidad y el sufrimiento, a que nos referimos con un acto malo o bueno. En el budismo los actos son buenos o malos por el resultado que traen al individuo (felicidad o sufrimiento, respectivamente). De acuerdo al budismo, nosotros no podemos darle directamente felicidad o sufrimiento a otro ser. Por ejemplo, si yo digo algo descortés, la forma de interpretar o responder a este acto es responsabilidad de la persona que lo escucha y en función de eso, la persona va a sufrir o no. Si simplemente lo interpreta como un sonido, no sufrirá; si lo interpreta como palabras que tienen cierto contenido, como algo malo que no lo merece y decide aferrarse a su interpretación, sufrirá. Incluso si una persona te asalta físicamente (te golpea, viola, etc.), está en tu poder liberarte del sufrimiento, debido a que una mente clara no da lugar al sufrimiento mental. Entonces, la clave está en ver la realidad como es, en reducir la experiencia a ver, escuchar, oír, sentir, oler y pensar. Aun cuando haya personas empeñadas en causarnos sufrimiento nosotros podemos liberarnos de él.

 Una vez descrito este contexto es importante aclarar que el karma no puede ser medido basándonos en los resultados físicos, o en la felicidad o tristeza que les genera a otros. Lo que podemos hacer es mejorar nuestro propio estado mental, podemos conducir nuestra mente a estados de mayor paz y felicidad, de menor agitación y sufrimiento. Si nos enojamos continuamente, nos haremos personas irascibles; si cultivamos estados de adicción, nos convertiremos en adictos, etc. Por otro lado, si actuamos habitualmente con atención plena (Vipassana) y concentración, nos convertiremos en personas más tranquilas y sabias.

 Otro aspecto importante que hay que entender del funcionamiento del karma, es que el karma no tiene relación de uno a uno con el resultado final. Hay múltiples factores que afectan el resultado de una acción. Cuando realizamos un acto, este no se ejecuta en aislamiento. Hay miles o millones de actos, nuestros y de otros, que intervienen para dar cierto resultado. Los actos que son potencialmente kármicos pueden generar un resultado que no sea visible en este momento y en este lugar.

 Hay varias clasificaciones del karma:

 A) Kicca-kamma Catukka. El karma es clasificado con respecto a su función en cuatro tipos:

 1) El karma gestativo (Janaka-kamma): Es el karma que tiene consecuencias de forma directa, gesta (genera) la realidad en el próximo momento. Este karma tendrá lugar en la mente y ocurre de forma más inmediata. En el budismo la muerte ocurre a cada momento con el cese y el surgimiento de las experiencias; sin embargo, también aplica el término para la muerte física. En este caso se refiere al karma que gesta la próxima vida. El karma gestativo malo, genera que la persona se sienta temerosa por las consecuencias de sus actos e incluso que se sienta perseguida por lo que hizo. En algunas ocasiones esto puede ser resultado de un acto en alguna vida pasada. Otro ejemplo, es la reducción en el tiempo de vida como consecuencia de haber matado a otros seres. Esto puede ocurrir ya sea por suicidio u otra circunstancia. Generalmente este es el tipo de karma que las personas esperan ver, el que tiene consecuencias directas y claras.

 2) El karma de refuerzo (Upatthambhaka-kamma): es el karma que refuerza al janaka-kamma (karma gestativo) o incrementa el potencial de otro karma durante el tiempo de vida de cada individuo. Por ejemplo, si uno mata a una persona y uno ya es conocido como maleante o uno realizó otros malos actos en el pasado, este karma hace más probable que la policía lo atrape. Esto pasa porque el karma pasado refuerza esta consecuencia. Otra consecuencia posible, es que el karma anterior exacerbe el sufrimiento. El karma de refuerzo también actúa en el sentido positivo. Por ejemplo, si se han realizado buenos actos, la gente se verá más inclinada a honorar a la persona, porque los otros adquieren cierta percepción de que uno es una persona merecedora de honor. A pesar de que por sí mismos no produce resultados directos, este karma tiene efectos en el resultado de las acciones. Algunas veces pasa que de repente alguna persona recibe cosas buenas y no se le encuentra un sentido lógico, esto se debe a que los efectos de ciertos actos no son visibles al momento, pero refuerzan cierto resultado en el futuro.

 3) El karma reductor o que reduce el potencial de otro karma (Upapãëaka-kamma): es el tipo de karma que debilita, interrumpe o retarda el fruto de janaka kamma. Por ejemplo, si una persona mata a alguien, pero la gente lo respeta por hechos pasado, entonces es posible que la persona se libre de las consecuencias de haber matado a la persona o reciba un castigo menor. Si se hacen cosas a favor de un grupo de personas. Por ejemplo, en la mafia, estos grupos se apoyan unos a otros y se protegen. Proteger a otros seres es un buen acto. Así que, en este caso, hay dos componentes. El karma que se hace a favor de ciertos seres y el karma que se hace en contra de otros seres, ambos tienen efectos. También tenemos el caso contrario, cuando una persona hace un acto muy bueno, pero en el pasado hizo actos que le generaron muchos enemigos, estos actos en contra de otros seres pueden evitar que el buen acto de fruto. Hay personas que todo el tiempo están tratando de hacer buenos actos, pero encuentran en su camino otras personas que tratan de detenerlos o los boicotean a cada paso. Este es el resultado del mal karma hecho en el pasado.

 Estos dos últimos, el karma de refuerzo y el karma reductor, son la razón por la que muchas veces no vemos resultados y nos preguntamos por qué no hay consecuencias favorables de ciertos actos buenos o por qué personas que actúan de mala manera no reciben las consecuencias que se merecen. Lo que pasa es que en el pasado el individuo realizó una mezcla de actos buenos y malos que algunas veces no permiten ver resultados directos. Si el individuo hace cosas buenas y no ve consecuencias directas, posiblemente es porque no se está tomando en cuenta todo el karma que ha producido durante todo el tiempo de su estancia dentro de Samsara. Para realmente poder entender por qué las cosas están yendo en la dirección en que lo hacen, hay que entender que el karma es una matriz muy compleja y que actúa y se reconfigura en cada momento. Además, puede ocurrir que intervenga un nuevo karma generado por otros seres y que da lugar a la realidad que estamos observando. Al hablar del karma solamente se señala la probabilidad de que algo ocurra o los patrones que existen en la realidad. En otras palabras, las cosas buenas que se hacen tienen la tendencia de dirigirnos hacia la felicidad, pero también interaccionan con el resultado de las cosas buenas y las cosas malas que hicimos en el pasado.

 El punto que queremos señalar, es que el karma realmente no es una cosa misteriosa o mágica. En realidad, es una construcción que vamos generando momento a momento y que va afectando el destino en el que podemos llegar al renacer.

 4) El karma destructivo (Upaghàtaka-kamma): este tipo de karma elimina el efecto janaka-kamma, destruye el janaka-kamma y produce su propio efecto. Por ejemplo, cuando se hizo una muy mala acción en el pasado, pero luego se hace algo muy bueno y estos dos cancelan sus consecuencias mutuamente. Es difícil cancelar el karma que se genera cuando una persona mata a otra, pero puede llegar a pasar. Por ejemplo, existe la historia de un ascético llamado Angulimala que mató a 999 personas. Angulimala fue mal aconsejado por su maestro que estaba celoso de él y su esposa. El maestro de Angulimala le dijo que al realizar un collar con 1000 dedos iba a adquirir poderes supernaturales y sería muy reconocido. En algunas versiones de la historia, se menciona que además estaba bajo el influjo de un estado ilusorio. Él creía que al matar a estas personas las iba a liberar del sufrimiento y del mal. Angulimala había practicado ciertas disciplinas que le permitieron desarrollar varías habilidades como Samatha (concentración). Diariamente Buda dedicaba un tiempo a buscar los seres que más necesitarán de sus enseñanzas. En una de estas sesiones se dio cuenta de que Angulimala estaba a punto de matar a su madre para conseguir el último dedo, así que decidió ir a hablar con él. El matricidio genera un tipo de karma muy pesado. Buda logró convencer a Angulimala de que no matará a su madre y de que meditara de acuerdo con sus enseñanzas. Debido a las otras cualidades que Angulimala ya poseía y a la disciplina y esfuerzo que empleó, logró alcanzar el grado de arahant. El resto de su vida, Angulimala fue apedreado por los aldeanos y muchas veces le daban limosnas (comida que se les ofrece a los ascéticos o monjes) mezcladas con tierra durante gran parte del resto de su vida. Pero Angulimala, al tener las cualidades mentales de un arahant, no daba lugar a dejarse llevar por la tristeza, remordimiento, miedo o enojo. Él logró entender que lo que había hecho estuvo mal y que la actitud de la gente era parte de las consecuencias de sus actos. Al morir, Angulimala pudo acceder a Nirvana porque logró modificar su mente lo suficiente para anular todo el mal karma que había hecho.

 Todo esto nos da una idea de que el karma y la realidad no son aleatorios o mágicos, sino una combinación de la interacción del mundo físico con los estados mentales.

 B) Pàkadànapariyàya-kamma Catukka. La segunda categorización se hace con base al orden en que el karma tiene efecto. El segundo aspecto del karma, está dado en términos del renacimiento. El renacimiento en el budismo se entiende de forma diferente a la reencarnación. En el budismo se niega la posibilidad de la reencarnación en el sentido de morir en cierto lugar y reencarnar en otro. El budismo por otro lado niega que la muerte física sea posible, de la forma en que lo entiende el punto de vista materialista, en el que se asegura que todo termina al momento de morir. En otras palabras, la muerte física, es el rompimiento de un estado que depende de la mente y no está sustentado directamente en sí mismo. Para el budismo, todo el mundo físico está basado en la mente (No quiere decir que todo es ilusorio ni que la mente crea lo físico, sino que se refiere al mundo como relación entre la realidad física y la mente), puesto que sin las experiencias no es posible hablar del mundo físico. Así que asegurar que la muerte física va a extinguir a la mente es como poner al carruaje por delante del caballo o decir que el resultado va a destruir la causa. En realidad, esto no es lógico o razonable. El rompimiento físico al momento de la muerte parece afectar o perturbar a la mente, pero no destruirla por completo. En el momento en que ocurre la muerte, actúa un tipo de karma que va a gestar el siguiente tipo de existencia. Al no haber algo físico que actúe para dar lugar a la realidad del siguiente momento, es el estado mental el que mayormente determina la dirección de la siguiente realidad que se experimenta. En orden de la potencia del karma, este tipo de karma se clasifica en:

 1) El karma pesado (Garuka-kamma): este tipo de karma es muy fuerte, se impone al resto y puede ser bueno o malo. En el sentido inmoral se encuentra el pancanantariya karma que es el mal karma pesado y se refiere a los crímenes atroces. Una persona pudo haber sido muy buena persona, pero sí se comete uno de estos actos malvados, todo el buen karma anterior será inútil y al momento de morir irá a un mal destino. La naturaleza de este tipo de karma es irrevocable y destruye mucho más allá de todo el potencial de las buenas intenciones, al igual que la posibilidad de que actúe otro tipo de karma. Estos actos de mal karma pesado son: cometer matricidio o parricidio, matar a un ser despertado (un arahant), dañar a un Buda (debido a todo el buen karma que un ser requiere para convertirse en un Buda, no es posible matar intencionalmente a un Buda), causar discordia entre los discípulos de un Buda (fragmentar a la Sangha). Se considera que estas cinco cosas son imposibles de superar en la vida en que se cometen. Son tan fuertes que van a tener efecto por lo menos en la siguiente vida y lo más probable es que dirijan a la persona directamente al infierno. En este caso, cualquier buen acto que se haya hecho es inútil para amortiguar los efectos en la siguiente vida.

 En el sentido positivo, el karma deber ser mentalmente puro como en el caso de que una persona logre desarrollar la habilidad de entrar a los jhanas. Los jhanas son estados de concentración o estados de meditación trascendentales. Al acceder a un estado de concentración de este tipo los malos actos y las impurezas frecuentemente pueden ser evitadas. Ha habido casos en donde las personas entran en estados de meditación trascendentales y esto les ha permitido escapar de la muerte y del peligro en diferentes circunstancias, incluso en presencia del fuego. Si alguna persona muere cuando está adentro de un de estos estados trascendentales, a pesar de la existencia de otro mal karma que pudieran haber realizado, ellos son capaces de dirigirse al reino de los Brahmas.

 2) Asannà-kamma: Otro tipo de karma, es el que se efectúa al momento de morir. Por ejemplo, si morimos en medio de una pelea o si estábamos tratando de matar a alguien al momento de morir. En este caso estamos hablando de que hay una actividad kármica en el momento de morir. En el caso de que no hayamos realizado ninguno de los crímenes atroces antes mencionados o de que no tengamos la habilidad de entrar en los jhanas, el karma que realizamos al momento de la muerte es el que tiene mayor probabilidad de dirigirnos hacia cierto destino. Incluso en esta vida podemos observar que el karma que tiene mayor efecto sobre el siguiente momento es el karma que realizamos en el momento anterior. Así que, si al momento de estar muriendo practicamos meditación, escuchamos el Dhamma, enviamos Metta, todos estos tipos de prácticas van a tener efecto para dar lugar a la siguiente existencia antes que las otras cosas que se hayan hecho.

 3) Karmas habituales (Acinna-kamma): si no se ha hecho nada al momento de morir, el karma que va a tener más efecto es aquel que hemos realizado habitualmente. En este caso estamos hablando de que, si hemos desarrollado el hábito de la meditación, la generosidad, etc; o por otro lado el enojo, el apego, etc; lo que sea que hayamos desarrollado como un hábito es lo que nos dirigirá hacia cierto destino.

 4) El karma aleatorio (Kañattà-kamma): Este tipo de karma no es especifico. Al momento de hacerse, se olvida. Si no se ha desarrollado un hábito particular, entonces la dirección se establece aleatoriamente entre los diferentes tipos de karmas que se hayan realizado en el pasado. Si en alguna de nuestras vidas anteriores matamos a alguien, incluso si fue solamente una vez, es muy probable que nos enganchemos en este karma.

 Todos estos tipos de karma pueden ser observados durante la meditación: el karma pesado aparece primero, el karma inmediato surge en segundo lugar, el karma habitual en tercer lugar y finalmente surge el karma aleatorio.

 La razón más importante de la práctica de meditación Satipatthana es purificar y observar todo este tipo de karma antes de que se convierta en todo lo que tenemos. Es importante señalar que cuando las personas han realizada karma pesado, son incapaces de meditar y no tienen la oportunidad de purificar este tipo de karma, así que solo pueden esperar a que naturalmente se extinga. Si se han hecho cosas malas, éstas tienen efectos durante la meditación y pueden generar angustia y sufrimiento. Pero es mucho mejor que trabajemos con las consecuencias antes de que se conviertan en lo único que dé forma a la realidad que experimentamos y que definan la dirección que tomaremos al momento de morir. A través de la meditación, es posible purificar todo esto y se pueden percibir todos los tipos de experiencias que experimentan al momento de morir. Debido a que la mente está enfocada y actuando en el mundo de la misma manera en que actuaría si nos estuviéramos muriendo, podemos purificar la mente de una forma segura e inocua. En la meditación estamos observando, no estamos creando directamente la realidad del siguiente momento, lo que permite que el mundo físico nos refuerce y provea de estabilidad a la realidad que experimentamos. De esta manera, una persona es capaz de lidiar y superar estas impurezas antes de que se conviertan en algo peligroso o algo con el potencial de ser una gran parte de nuestro futuro.

 C) Pàkakàla-kamma Catukka. El tercer grupo de karmas, se cataloga de acuerdo al momento en que el karma tiene efecto.

 1) Karma inmediato (Diññhadhammavedanãya-kamma): Algunos resultados surgen inmediatamente o en esta vida. Un ejemplo inmediato, es el caso en que se hacen cosas buenas por la gente y esta tiende a ser más amigable con quien las realiza. Por lo general, cuando se trata de interpretar el karma, la mayoría de las veces no se observa todo lo que pasa o no se observa lo suficientemente cerca. Por lo general, hay una expectativa de ver cosas espectaculares como una explosión de eventos, pero al mismo tiempo hay efectos muy reales que no se detectan por no observar lo suficientemente cerca. Algunas veces pasa que alguien es agresivo con las otras personas y de alguna forma piensa – bueno, ahora voy a ser amable –, una vez que empieza a ser amable, los otros se portan agresivos con esa persona debido a lo que hizo en el pasado. Así que la persona piensa que el esfuerzo de ser amables es inútil y vuelve a ser agresiva, pero debido a la amabilidad que se mostró por un tiempo, los demás vuelven a ser agradables con la persona; sin embargo, el no notar los cambios adecuadamente genera una confusión que perpetúa un comportamiento inadecuado y sus respectivas consecuencias. Esto puede desalentar fácilmente a la persona y hacerla caer en la impaciencia, por lo que no llega a entender la naturaleza del karma. Así que como consecuencia, no es posible percibir el resultado y el impacto de los actos en el mundo alrededor. Si se realizan actos con buenas intenciones y esto parece no tener buenos resultados, tal vez no se está observando lo suficientemente cerca o las expectativas que se tienen están fuera del alcance real del acto.

 2) El karma con efectividad subsecuente (Upapajjavedanãya-kamma): Éste proporciona una enseñanza útil para aclarar por qué el karma no tiene efecto en la forma que generalmente creemos que la tiene. El resultado del karma puede surgir en otra vida. Esta es la razón de por qué al hacerse buenos actos, estos no parecen tener un buen resultado. O a la inversa, malos actos que no parece tener malos resultado. La razón de esto es que los resultados no siempre son inmediatos. Otra posibilidad es que el karma que se esté generando surja en el futuro (cuando haya las condiciones propicias) o en otro nivel. El karma puede surgir en esta vida o en la siguiente vida o tal vez surja al momento de la muerte y dirija el próximo nacimiento.

 3) Karma con efectividad indefinida (Aparàpariyavedanãya-kamma): El tercer tipo de karma en esta categoría es el que no tiene efecto en ésta o la próxima vida, pero sí en algún momento de nuestra existencia futura (puede ser cualquier momento en el futuro). Este tipo de karma está registrado en las historias budistas. Hay varias historias en que ciertas personas fácilmente aprendían a practicar meditación o alcanzaban el grado de arahant. De acuerdo con Buda, esto pasaba porque estas personas ya habían practicado meditación en alguna de sus vidas pasadas. Pudo haber pasado que cuando alguno de los Budas anteriores surgieron en el mundo, ellos practicaron meditación; o pudo ser que ellos mismos llegaron a comprender la naturaleza de la realidad a través de la experiencia y esto les dio ventaja sobre otras personas que apenas comenzaban a practicar. Algunas personas en el tiempo de Buda no fueron capaces de “despertar” (realizar el Nirvana) debido a las cosas que habían hecho hace mucho en otra de sus existencias.

 Incluso el mismo Buda Goatama sufrió las consecuencias de sus actos previos. Para lograr su despertar, Buda intento torturarse así mismo por 6 años. Por lo general, esto no es lo que pasa con la mayoría de los Bodhisattvas (seres predestinados a convertirse en Budas debido a su desarrollo mental). Generalmente se iluminan en el transcurso de una noche después de haber abandonado su casa, debido a que ellos están listos para su “despertar” antes de su nacimiento. Sin embargo, Buda Goatama tuvo que pasar por estos 6 años intentando prácticas equivocadas porque en una de sus existencias previas (muy lejana) él había insultado a otro Buda. Él acusó a otro Buda de torturarse así mismo con una práctica equivocada, errónea, e inútil. Después decidió convertirse en un Buda, pero el haber insultado a un ser que ya estaba iluminado, le genero un punto de vista erróneo que lo llevo a creer que para iluminarse debía practicar técnicas de extremo ascetismo. Esta es la explicación que se encuentra en los comentarios (de los Bhikkhus) acerca de ese periodo difícil en el despertar de Buda Goatama.

 4) Karma que se extingue (Ahosi-kamma): Este es el tipo de karma que no tiene oportunidad de dar resultado. Es el karma que nunca tiene oportunidad de surgir porque ha sido anulado por otro karma o porque no encuentra lugar en las posibilidades (condiciones) que están presentes o porque dan resultados una sola vez y ya no vuelven a surgir.

 El tema del karma es muy técnico y para mucha gente es difícil de asimilar, principalmente porque se resisten a creer en la idea de vidas futuras y pasadas. Tiene muy enraizada la idea de que la muerte física es definitiva y que durante la muerte pasa mucho más de lo que realmente pasa. Aun así, es útil que se indague para llegar a tener una idea de que el Karma es mucho más complejo de lo que normalmente pensamos que es. De alguna forma es obvio que el Karma no puede actuar de forma mágica y generar un resultado por sí sólo, ya que tiene que interactuar con el mundo físico y otros karmas. El resultado de todo esto es una matriz compleja de Karma.

 Otra cosa que es importante entender sobre el karma, es que al referirse al karma uno se refiere a todas las intenciones que se producen en la mente. En otras palabras, el karma son todas las intenciones éticas que están presentes en la mente y producen el resultado del karma.

 Finalmente, la otra cosa importante que hay que entender es que el karma no representa el corazón de las enseñanzas budistas. El objetivo de las enseñanzas budistas es superar el karma. Los seres iluminados o despertados no efectúan ningún tipo de karma, ni siquiera buen karma. Ellos hacen buenos actos, pero los hacen simplemente porque es apropiado hacerlos. Detrás de sus actos no hay un deseo o intención (hay total desapego) que genere un resultado especifico del acto. No les es posible hacer algún mal acto, debido a que estos no son adecuados. Los seres iluminados (ya sean arahants o Budas) no buscan cambiar las cosas. Si los invitan a enseñar ellos simplemente enseñan, pero no tienen el deseo por sí mismos de enseñar. No lo hacen con ningún tipo de preocupación por su bienestar o ningún tipo de apego hacia los resultados. Tienen una tendencia clara hacia producir bienestar y auto sacrificarse, pero esto es el resultado de no estar apegados a sí mismos, a su cuerpo o a su reputación. Cuando las personas necesitan su ayudan, ellos lo hacen en la medida de lo que es razonable, posible y apropiado.

 El karma para el budismo es tan solo otra enseñanza que puede ser útil a nivel de la experiencia. El karma es una construcción de la realidad que ocurre momento a momento. Tiene que ver con la causa y efecto de cada momento. La razón por la que sufrimos es por el karma que generamos con nuestras malas intenciones. El enojo genera sufrimiento, es sufrimiento, es desagradable por sí mismo. Incluso la persona que practica meditación por unos cuantos días puede entender a qué se refería Buda cuando hablaba sobre el karma.

 Con la meditación uno logra comprender cómo funciona la mente de acuerdo a la causa-efecto del momento a momento. Los estados mentales afectan a futuros estados mentales. El karma no es algo complicado, misterioso o difícil de explicar, pero sí es algo imposible de precisar. Es difícil decir qué tipo karma va dar origen a cierto resultado y cuándo lo va a dar. Buda dijo que solamente un ser totalmente despierto (un Buda) puede decir qué karma va a generar cierto tipo de resultado. Predecir el resultado del karma puede ser más complicado que predecir el clima o el futuro de partículas físicas. Lo que generalmente pasa con este tipo de fenómenos es que se predicen probabilidades. Debido a que el karma es parte de la realidad, al igual que estos otros fenómenos, la complejidad es la misma. Lo único que se puede afirmar (si uno no es un Buda) es que los malos actos conducen a malos resultados, si estos tienen la oportunidad de surgir.

 Es importante mencionar que el budismo alienta a abandonar el deseo de generar karma, puesto que el desapego o des adherencia es lo que permite acceder a Nirvana y liberar a los seres de Samsara. Durante la meditación primero se abandona la tendencia a realizar malos actos, después se llega a entender la impermanencia de los resultados de los buenos actos, por lo que se abandona el apego a los resultados. Esto conduce a abandonar el deseo de construir realidades artificiales, ya sea físicas o mentales. En la meditación, uno también aprende a interaccionar con la realidad, en lugar de la actuar de forma reaccionaria ante la realidad. Espero que esto ayude a aclarar las dudas sobre el karma. Sin embargo, la única forma de comprender realmente el funcionamiento del karma es mediante la práctica de meditación satipatthana.

La explicación budista del karma. Dr Mhem Tin Mon. 14 de diciembre del 2016. 

mente vigilante

 Referencias:

 [1] Treasury of Truth, Ilustrated Dhammapada, Ven. Weragoda Sarada Maha Thero, The Corporate Body of the Buda Educational Foundation, pp. 309-310

 [2] The Theory of Karma, Mahasy Sayadaw, Budanet, http://www.buddhanet.net/e-learning/karma.htm

 [3] Buddhist Explanation of Karma, Yuttadhammo Bhikkhu, Feb 2013, http://www.buddhanet.net/e-learning/karma.htm

 [4] Four Kinds of Kamma, Buddha Abhidhamma, Dr. Mehm Tin Mon, Laws of the Nature. 

http://www.lawsofthenature.com/FourKindsOfKama.aspx

domingo, 9 de marzo de 2025

La práctica del Vinaya - Preceptos budistas- Maestro Sheng Yen

 Para ayudarnos a llevar a la práctica nuestros votos y contar con una guía clara de acción, nos comprometemos con un código de disciplina con un determinado sistema de preceptos. El término sánscrito de este código o sistema es vinaya, que se puede traducir como “disciplina” o “compostura”.

Según las escrituras, Shakyamuni Buddha no estableció ningún código de conducta para sus discípulos durante los primeros doce años de su enseñanza, porque aquellos primeros fieles tenían un alto nivel espiritual y poseían raíces kármicas tan fuertes, profundas y positivas, que nunca hicieron ninguna actividad malsana o destructiva. Buddha sólo comenzó a instituir reglas de conducta para sus seguidores cuando algunas situaciones específicas de mala conducta amenazaron la integridad de la Sangha y la capacidad de los discípulos para practicar el camino de la liberación. Aquí debemos notar que tales preceptos no nacieron del vacío, ni fundados en una serie de principios abstractos, sino como respuesta directa a problemas específicos que aparecieron en las primeras comunidades de fieles.

Por lo tanto, la intención en el establecimiento de vinaya no fue imponer al azar una serie de medidas disciplinarias a los fieles, sino más bien darles una guía realista que los ayudara a perseverar en el seguimiento de la doctrina de Buddha y finalmente alcanzar la liberación (Nirvana). Las escrituras cuentan que Buddha, antes de morir, dijo a su discípulo Ananda que solamente la guarda de vinaya podría asegurar la existencia continuada de Dharma en el mundo. Sin embargo, añadió que con ello hacía referencia a los principios fundamentales de la práctica vinaya comprendidos en los cinco principios fundamentales que prohíben matar, robar, malas conductas sexuales, malas palabras y uso de bebidas alcohólicas. En cuanto a los múltiples detalles de los principios menores que cumplen los que llevan la vida monástica, y que fueron formulados en respuesta a incidentes particulares, Buddha dio permiso a sus seguidores para no seguirlos si alguna vez era necesario o si las circunstancias cambiaban y resultara que tales reglas fueran más un obstáculo que una ayuda. Dijo que de ningún modo las reglas codificadas deberían impedir a sus seguidores el hacer el bien a los demás en determinadas circunstancias. Y que si encontraban alguna práctica ética que estaba de acuerdo con del espíritu de vinaya y era beneficiosa, aunque él no lo había mencionado específicamente, no dudaran en aceptarla.

Fue intención de Buddha que sus seguidores llevaran el Dharma a tierras extranjeras para que su camino se siguiera en diferentes culturas y diferentes edades, por lo que deberían ser flexibles y adaptarse a las costumbres de cada tiempo y lugar concretos mientras no violaran los principios fundamentales del vinaya.

Desgraciadamente, Ananda, abrumado por la emoción en los últimos momentos de vida de Buddha, no le preguntó qué preceptos menores consideraba dispensables. Esta omisión no gustó a los miembros más conservadores de la Sangha. Y en la primera conferencia de los seguidores de Buddha, celebrada después de su muerte, se decidió que para no comprometer el Buddhadharma por equivocación, todos los preceptos serían codificados y mantenidos estrictamente en el futuro. Por esta razón, la mayoría de las intrincadas reglas de la vida monástica en el mundo budista han sido el resultado de diferentes interpretaciones más que innovaciones.

Sin embargo, en el desarrollo de la historia del budismo, para hacer frente a cambios históricos, sociales y condiciones culturales, se han establecido numerosos códigos de disciplina que se derivan del original vinaya dado por Buddha. Son códigos para los fieles laicos, códigos para diferentes categorías de monasterios budistas y códigos que se pueden aplicar a ambos grupos. Algunos de estos códigos son generales y simples, como el del refugio en las Tres Joyas y el practicar los cinco preceptos, mientras que otros son muy detallados y complejos, como las reglas para monjes y monjas que contienen cientos de puntos diferenciados detalladamente. Pero todos estos códigos de conducta sirven para el mismo fin: salvaguardar la existencia continuada del Buddhadharma en el mundo y ayudar a los fieles a alcanzar la iluminación.

El objetivo básico de todo código vinaya es ofrecer a los fieles budistas una pauta de vida ética que les lleve y les conecte funcionalmente al cultivo de la compasión, la sabiduría y a la liberación final del sufrimiento de los seres conscientes. Estos sistemas de preceptos no han sido formulados para hacernos capaces de aumentar nuestros “poderes espirituales”, ni mucho menos para darnos un estándar ético por el que medir y juzgar la conducta de los demás. Tampoco han sido creados para ofrecernos temas de estudio, o conversaciones importantes para uno mismo, sin fruto alguno. Es cierto que el estudiar y discutir estos preceptos es importante, pero si se hace sin llevarlos a la práctica es como hablar de la comida sin comer, o contar el dinero que tienen los demás. No nos traerá ningún beneficio. En un sentido realmente auténtico, el objetivo de vinaya para un individuo es actualizar las enseñanzas de Buddha en la vida diaria por medio de una conducta apropiada.

De ahí que en las escrituras vemos frecuentemente que se habla de “vinaya de Dharma correcto” lo que muestra el papel integral que estos códigos desempeñan en la conducta para actualizar el Dharma enseñado por Shakyamuni Buddha.


~ Maestro Sheng Yen