viernes, 5 de enero de 2018

Tres claves para identificar a un estafador espiritual



No existe institución, ideología, grupo social o aspecto de la vida humana exento de engaño. Esto incluye al budismo. Tanto en occidente como en oriente la farsa y el engaño han estado junto al avance del Dhamma. Este factor negativo se multiplica en países donde el budismo es una novedad y se le relaciona con ideas propagadas por los medios, el comercio y cualquier otro tipo de fuentes excepto el propio budismo.

A continuación vamos a analizar tres factores claves para determinar personalmente si un maestro o líder espiritual es un farsante o no.

No 1. El misticismo. El budismo como ya hemos mencionado en muchos artículos, nos llega repleto de ideas fantásticas alimentadas por la sociedad de consumo y el comercio ya que la espiritualidad oriental mueve una gran cantidad de capital en occidente donde la crisis moral y la insatisfacción personal generan el perfil perfecto del nuevo consumidor espiritual. El falso líder aprovecha este hecho y convierte a los buscadores de budismo en consumidores, no en practicantes. El factor clave de este comercio es el misticismo, la fantasía y la promesa de curas milagrosas y poderes sobrehumanos.

El truco es tomar cualquier factor folclórico de la cultura de un país oriental, asociarlo convenientemente con algún término científico y convertirlo en un poder mágico al alcance del buscador en la forma de una “enseñanza secreta”. Obviamente a condición de seguir atentamente las instrucciones del líder.

Lo que el falso maestro hace es poner un supuesto conocimiento trascendental fuera del alcance racional del seguidor. Esto no es difícil ya que es precisamente lo que el seguidor viene a buscar. Algo misterioso, superior a su entendimiento y a su propia existencia. En pocas palabras un seguidor de promesas mágicas es alguien que dejó de seguir al Dios cristiano porque no pudo comprobar ningún milagro pero que lo sigue buscado en la forma de una relevación universal a través de la mística oriental. El propio buscador generalmente ya viene programado de ésta manera, por lo cual el falso maestro lo único que tiene que hacer es decirle lo que quiere escuchar. Esto es pensamiento mágico, ideas místicas mezcladas con metafísica, espiritualidad cosmológica o cualquier concepto  académica o científicamente confuso del cual el buscador no tenga mayor conocimiento y que por lo tanto pueda, a su comodidad, rellenar la falta de conocimiento sobre el tema con agradables ideas espiritualistas que no tienen ningún asidero en la realidad ni en el sentido común.

La llave de esta puerta fantástica es “Los científicos apenas están empezando a comprender esta realidad”. La frase mágica que abre la puerta a un mundo de supuestos sin comprobación que satisfacen la necesidad de milagros del buscador.

 Por lo general se intenta hacer esto usando la metafísica, la cosmología, Tantra, Yoga, mística tibetana, mahamudra, chacras, reiki, esoterismo, alguna pseudociencia, o cualquier otro término científico o religioso totalmente sacado de contexto, intencionalmente malinterpretado y acomodado a la ignorancia de quien escucha, de manera que la propia persona se auto adoctrine a sí misma bajo la premisa de que el origen de esta creencia es científico, por lo tanto está basado en la realidad, por lo tanto ha de ser correcto y verdad, sin considerar por un momento la posibilidad de investigar o siquiera leer algo al respecto. De esta manera se pueden tomar campos de la ciencia en los que apenas se está empezando a investigar algo y rellenar el resto de la investigación con certezas espirituales convenientes a lo que el maestro vende. Sin embargo nunca se investiga esto a fondo debido a que cuando las investigaciones científicas avanzan y toman forma, los resultados no tienen nada que ver con los supuestos conocimientos y predicciones del maestro místico.

 Cuando el líder espiritual empieza dando un discurso de porte científico y racional, y de un momento a otro lo transforma en una delicada oratoria poética de espiritualidad sin que se pueda saber dónde termina una cosa y dónde empieza la otra, es el momento de empezar a dudar sobre las verdaderas intenciones de este supuesto líder espiritual.

Entre más extrañas, místicas y ocultas sean estas promesas, más se empeñará el seguidor en creerlas y en defenderlas. Algunas de éstas enseñanzas mágicas y ocultas pueden incluso llegar hasta las más absurdas teorías de conspiración, rayando en las  más descabelladas y ridículas ideas que pueden ser llevadas hasta el punto del fanatismo. Esta es la manera en la que se inician las sectas peligrosas.

No 2. El culto a la personalidad. La segunda señal es el culto a la personalidad. Esto se evidencia gradualmente a medida que la persona se va adentrando más en el grupo. Al principio se habla de budismo, hinduismo o cualquiera sea el tema de manera general. Se promocionan las bondades de ésta doctrina y se empieza a perfilar de manera muy sutil la figura del líder como una persona de una larga trayectoria espiritual, gran sabiduría y enorme compasión. Con el tiempo, cada vez que se vaya a hablar de las virtudes que genera la práctica del budismo, se va a poner el ejemplo del líder como personificación de la virtud. De esta manera se va dejando de hablar del Buda como maestro y esta facultad se va traspasando gradualmente al líder espiritual como portador de la verdadera sabiduría budista. Cuando la persona sigue todo el proceso de adoctrinamiento según lo esperado, llega un momento en el que se le asegura que el líder es en realidad el único y verdadero heredero de toda la sabiduría y la verdadera práctica budista, aclarando que los demás no son falsos budistas sino que simplemente tienen visiones incompletas, incorrectas o están confundidos. Es decir, le venden al buscador la idea de que el budismo más puro y perfecto, tal cual lo enseñaba el mismo Buda o incluso mejor, está al alcance de su mano por lo cual solo tiene que seguir lo que el líder dice.

Una vez se cruce este límite de admiración al líder espiritual, el peso y significado de las palabras del maestro cambian. Cuando el maestro “dice” algo o “recomienda” algo, en realidad lo que está haciendo es “ordenando” algo. De esta manera, escuchar y tomar en cuenta son solo eufemismos para obedecer las órdenes del líder.

El sistema de lavado de cerebro que usaban las sectas se ha actualizado desde los años 70, sin embargo el funcionamiento básico, es decir el programa mental que el buscador espiritual ya trae consigo, es el mismo. El buscador espiritual crédulo y sediento de fantasías espirituales es como un niño huérfano perdido en la multitud que constantemente busca un padre o madre que le de todas las respuestas y le dé órdenes que le quiten la responsabilidad por sus propios actos y le evada de asumir las consecuencias de los mismos. En realidad estas personas tienen un vacío de figura paterna y lo que hacen es proyectar esta carencia afectiva en la figura de un líder espiritual el cual ha estudiado la psicología de este consumidor y sabe cómo hacer de padre espiritual ante una persona que vive buscando respuestas místicas más allá de sus preguntas, es decir, más allá de su propio sentido común. En términos prácticos y poco elegantes, podemos decir que hay mucha gente prácticamente rogando por que la engañen.

Muchas religiones teístas refuerzan este arquetipo paterno desde la infancia que posteriormente es usando para manipular a las personas manoseando sus sentimientos. Esta manipulación se ejerce en la adultez no solo en lo religioso o espiritual, sino también en lo político, lo comercial, lo sentimental y lo social. Nos han enseñado que la única manera de encontrar la sabiduría y desarrollar nuestro potencial es a través de alguien más sabio, más capaz, más valiente. Un líder. Si no hay líderes, entonces no hay salida. La idea de que debe haber una persona superior se implanta en nuestro cerebro desde la niñez y prepara el terreno para que seamos fácilmente manipulables.

En el budismo esto no existe. Los maestros y los monjes no son representantes de Buda en la tierra. La iluminación no es un producto hecho por los monjes que se alcance con un manual de sencillos pasos o estrictos mandamientos. Los maestros budistas no son intermediarios entre sus seguidores y el Nibbana. Ni siquiera tienen la autoridad para darles órdenes a los laicos. Los maestros de los templos solo tienen autoridad sobre los demás monjes en función de prepararlos para prestar una debida sabiduría y una buena enseñanza a los laicos. Nada más. No hay culto a la personalidad en los templos. Y cuando un maestro es altamente reconocido por su conocimiento y su sabiduría entre su sociedad, éste sabe mantener la humildad y la sencillez, teniendo en cuenta que la adulación es otro obstáculo que debe superar como practicante del Dhamma. Un monje jamás se atribuye virtudes excepcionales a sí mismo. Un falso líder sí.

Los falsos maestros budistas del siglo XXI adquieren títulos monacales sin cumplir con los votos monásticos. Se casan, trabajan por dinero, más aún usan el budismo como producto de venta y no siguen prácticamente ninguna regla instituida por Buda para la vida monástica. Esto es muy frecuente en algunas escuelas tanto tibetanas como zen, aunque también se ve en todas las tradiciones Mahayana y Theravada. El asunto con algunas escuelas tibetanas es más evidente y llega a conformar una tendencia en monjes occidentales ordenados en masa. Esto es consecuencia de las circunstancias político sociales del pueblo del Tíbet para quienes fue de suma importancia el reconocimiento mundial de su situación a través los medios lo cual fue necesario y absolutamente beneficioso. La consecuencia negativa de esto es la actual gran cantidad de  farsantes y embaucadores occidentales y orientales que han abierto una creciente industria del budismo tibetano para turistas espirituales occidentales de clase media y alta.

No 3. El dinero. El dinero debería ser la señal más fácil de reconocer en un falso budista. Algunos monjes budistas recorren el mundo enseñando el Dhamma y esto requiere gastos. Es normal que los grupos budistas hagan un esfuerzo económico por realizar este tipo de eventos y sean pagos para que el público asistente pueda valora y contribuir a la expansión de las enseñanzas y al traslado y manutención de los monjes. Sin embargo los falsos budistas se aprovechan de este hecho para manipular a personas incautas y hacer riqueza con la inseguridad de sus seguidores. La forma de saberlo es simple.

Los falsos budistas se especializan más que todo en la clase alta de las sociedades occidentales. Ponen las supuestas enseñanzas de Buda en un nivel económico demasiado alto para que solo una pequeña élite de la sociedad pueda acceder, equiparando el valor económico con el espiritual, y pudiendo de ésta manera cobrar cantidades de dinero absurdas por unos retiros y unas charlas que en realidad no tienen ningún contenido práctico ni una enseñanza real que genere cambio o impacto en la vida de los asistentes. Estas personas están pagando básicamente por “sentirse bien”. Compran ideas agradables de paz y satisfacción que las sustraen de sus problemas personales y del ajetreo del mundo. Y realmente compran un buen producto. Los retiros de éste tipo son en espas o complejos turísticos muy lujosos con todas las comodidades y la elegancia que requiere un retiro agradable y encantador a los sentidos y placentero y satisfactorio para el cuerpo, con toda la estética de un templo budista según la cultura popular y las películas norteamericanas. Las personas que van a retiros budistas en realidad están pagando por una nueva y exclusiva zona de confort. Y son precisamente las zonas de confort el principal objetivo de desaparición de la práctica budista.

Cuando una persona que no tiene esa capacidad económica o que tiene bajos recursos pregunta cómo puede acceder a las enseñanzas del maestro cuando no puede pagar por ellas, se le explica que los retiros son anuales y que ya que no pudo asistir a éste, tiene todo un año para ahorrar y poder juntar el dinero para poder asistir al siguiente. Si aun así no logra juntar el costo total de la charla o el retiro a lo largo de un año, se le dice que haga el esfuerzo de conseguir un préstamo para juntar al menos el setenta por ciento del valor total del costo, y que el treinta por ciento restante lo puede saldar ayudando en el grupo de logística del evento. Es decir, paga un dinero que no tiene y por el que se endeuda para además ir a trabajar gratis. Todo con tal de escuchar las valiosas enseñanzas del gran líder budista. Esto, sin decir más, es una práctica ruin, deshonesta y totalmente fraudulenta. Ésta investigación es real y se hizo en el culto de un lama occidental tibetano muy popular que hace giras e imparte charlas y retiros en muchos países de Sudamérica y otras partes del mundo.

Cuando una persona se deja convencer de que un maestro tiene una información que literalmente le hará inmortal y le dará un poder superior, el maestro lo obliga indirectamente a comparar en una balanza, por un lado el dinero que también aquí es definido como algo mundano, superficial y hasta negativo, y por el otro la sabiduría trascendental que comparada con el dinero se sale de todo cálculo. De ésta manera el cliente cae en la trampa ya que su viciado sentido común le dirá que algo tan preciado como la eternidad o la sabiduría última y absoluta, la cura de todos los males espirituales y corporales, justifica literalmente cualquier pago en dinero y aún será poco. Así es como gente honrada e ingenua literalmente regala el fruto de su esfuerzo y su trabajo, incluso el sustento de su familia, a un farsante con título de maestro budista. Esto es igual para los maestros espirituales esotéricos de nueva era tipo Osho y Deepak Chopra que también abundan es estos días. El perfil del estafador espiritual está definido desde hace más de treinta años. Y aún funciona.

Estas son las tres señales principales de que se está frente a un falso maestro espiritual. Aplíquelas usted mismo desde su propia experiencia y saque sus propias conclusiones antes de tomar una decisión que para usted será muy importante. Además de evaluar a su maestro, tómese el tiempo de evaluarse usted mismo. Todos venimos con un programa mental al que obedecemos según nuestras necesidades emocionales e intelectuales. Incluso sociales. Asegúrese de que usted no tiene puntos débiles emocionales que lo hagan fácilmente manipulable. Tenga en cuenta que estas personas han estudiado psicología, hacen estudios de mercadeo y consumo y saben perfectamente lo que están haciendo. Este es un negocio muy lucrativo que vive de las inseguridades y las carencias afectivas de la gente. Antes de creerle a un vendedor de milagros, al menos hable con un verdadero profesional de salud mental.

Si un maestro es genuino y en verdad brinda conocimiento y ayuda al bienestar de las personas, estos tres puntos le ayudarán a asegurar que así es y usted podrá confiar más en esa persona. Si usted comprueba que la persona que le está enseñando no es un maestro espiritual sino un estafador, denúncielo. Hágalo público y advierta a los demás sobre él. Es un deber ético y moral advertir sobre éstos embaucadores. Espero que esta información le pueda ser útil y ante todo recuerde la recomendación que el mismo Buda nos deja para practicar sus enseñanzas. Sé tu propio maestro.

4 comentarios:

  1. Muy buen artículo, muchas gracias.
    Tienes un seguidor más para tu blog, desde España

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    1. Felicidades por el Bolg ,me quedo con la frase final "Sé tu propio maestro" .Desgraciadamente no tengo ninguna sangha cerca y tampoco nadie que pueda orientarme ,asi que intento instruirme yo mismo,con lo que todo eso conlleva para bien y para mal .

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  2. Excelente!! gracias otra vez!! de a poco voy leyendo todo... un enorme placer! (Oscar de Argentina)

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