Los cinco preceptos para laicos son los cinco
compromisos que un budista laico hace consigo mismo con el objetivo de iniciar
cabalmente una debida práctica del Dhamma, honrar la toma de refugio en las
tres joyas y llevar una ética genuina en lo personal y lo social.
A groso modo, los cinco preceptos laicos son:
Abstenerse de matar y proteger toda vida.
Abstenerse de tomar lo que no es de uno y ser
desapegado y generoso con los demás.
Abstenerse de las conductas sexuales inapropiadas y
realizar el acto sexual con respeto, compromiso y amor.
Abstenerse de mentir, ser honesto y hablar siempre
con la verdad.
Abstenerse de intoxicar el cuerpo, y cuidarlo
consumiendo solo lo que es bueno para el cuerpo y la mente.
Para los occidentales ha sido más práctico no solo
enunciar los compromisos de abstención de actos incorrectos sino también sus
correspondientes acciones correctas, a fin de tener una idea más clara de la
práctica de los cinco preceptos en la vida diaria.
Los cinco preceptos son profundamente necesarios
hoy en día. Sin embargo el consumo consciente puede ser un punto de gran
importancia en una cultura tan consumista y superficial como la nuestra.
Tomar el precepto del consumo consciente de manera
seria y real generaría un impacto muy fuerte en nuestro estilo de vida común.
Tanto así que si lo entendiéramos realmente, lo pensaríamos dos veces antes de
tomarlo.
El precepto del consumo consciente se toma al
renunciar al licor y a las drogas, pero no se limita solo a eso. En muchos
países de occidente han empezado a surgir nuevas enfermedades producto del
consumo no consciente como la obesidad, la diabetes, adicciones de diferente
tipo, los desórdenes alimenticios y demás trastornos psicológicos. Los
videojuegos, la televisión, la pornografía, el internet, el mal uso del dinero,
productos y servicios que llenan la mente y por consecuencia el cuerpo de
distintos tóxicos, químicos y psicológicos.
Cuando piense en consumo consciente, intente ser
realmente consciente de lo que significa. Nuestro primer enemigo como siempre,
somos nosotros mismos, pero nuestro segundo enemigo es aquel que fortalece al
primero. El mundo del consumo. El comercio, las multinacionales, el marketing,
la publicidad y la psicología del consumidor son poderosas armas apuntadas a
nuestra mente que constantemente nos vencen y sin que nos demos cuenta. Cuando
uno se entrena en el consumo consciente procura a todo momento ser consciente
de todos los intentos que la industria implementa para meternos en la cabeza
necesidades que en realidad no tenemos.
El trabajo de estas personas es literalmente
destruir nuestra auto estima, nuestra auto imagen y la seguridad en nuestra
propia persona, al tiempo que inflan nuestro ego y alimentan nuestro yo con
ilusiones intensas y seductora. El trabajo de la industria y el marketing evita
directamente que las personas sean sanas, evita el control de la propia mente,
y por ende apartan a las personas de la práctica del Dhamma. Esto es debido a
que la práctica del Dhamma significa el control de la propia mente y las
estrategias de consumo busca precisamente controlar la mente del consumidor por
medio de estrategias de manipulación. Esto no es ningún secreto.
Las adicciones psicológicas son tan fuertes como
las químicas. Tienen la capacidad de generar el mismo tipo y nivel de
endorfinas que éstas, por eso son tan dañinas y difíciles de superar como la
adicción a la heroína o a la cocaína. Esto es diagnosticado por la psiquiatría y
tratado por la psicología. Sin embargo hay estados crónicos en los que la gente
termina atrapada en un hábito de consumo de un producto o servicio que en
realidad no necesita y de una manera enfermiza.
Conocí a una persona muy fanática de las series.
Los días en que pasan las series por televisión lo cancela y pospone todo. Las
series le son primero que todo lo demás. Cuando por alguna razón no se siente
bien, suele quedarse en casa repitiendo los capítulos por internet. Me llegó a
comentar que por eso no tenía casi vida social ya que solo trabaja y ve series.
Otra amiga me decía que cuando salía sin el celular sentía que le faltaba una
parte del cuerpo y entraba en ansiedad. Otro amigo me dice que si pasa más de
una hora sin revisar sus redes sociales, no está tranquilo. Es decir, este
consumo inconsciente al que nos somete el mundo nos provoca un enorme problema
de aferramiento a las cosas mundanas. Ejercer el consumo consciente de manera
seria significa iniciar una guerra contra el aferramiento y
los deseos de apego y repulsión. Esto es doloroso en cuanto hay que salir de las zonas de confort, pero es necesario y algo
muy bueno para llevar nuestra calidad de vida a un estado mucho más favorable y
fuerte. Hay que recordar que desde este punto de vista la práctica del Dhamma no
es solamente un estilo de vida noble que hace sentir bien a la persona y la
hace ver especial ante los demás. Esto es, ante todo, una práctica de
disciplina diaria.
Para ver cómo afecta el consumo inconsciente en
nuestras vidas, tomemos un ejemplo más común. El Facebook. Ésta y las demás
redes sociales, terminan por zombificar a los usuarios creándoles
insensibilidad ante la información y haciéndoles pasar largas horas
desperdiciadas viendo memes, vídeos morbosos, noticias falsas, burlas,
propagandas dañinas, y otros contenidos vacíos. Las personas terminan pegadas a
la pantalla por inercia. Irónicamente entre más se conectan a las redes
sociales, más va disminuyendo su capacidad de comunicación con otros.
Sin embargo, las redes sociales sí pueden servir
para lo que realmente fueron hechas. A continuación presentamos algunos puntos
que pueden ser útiles para evitar la adicción a las redes y sacarles mejor
provecho basándonos en la práctica del Dhamma.
·
Entienda que lo que se postea en las redes, no es
real. Ni siquiera las fotos que usted postea posando sonriente en un lugar
bonito. Éstos no son más que intentos de fingir una felicidad que no se
siente.
·
No siga a todo el mundo. En términos simples, no
sea chismoso. El Buda hace un enorme énfasis en el respeto a los otros y el
buen uso de la palabra, y por ende, de la información sobre los demás.
·
No se llene de información innecesaria. El usuario
suele meterse en una cantidad de grupos cuya información en realidad no le
interesa y no le es útil. Escoja bien los grupos de cuya información realmente
pueda servirse en un sentido práctico en el mundo real como por ejemplo grupos
de estudio, compra y venta, información sobre el tráfico y la ciudad.
·
Incluya a sus familiares, personas mayores y
respetables en sus contactos. Esto evitará que usted publique cosas que le
daría vergüenza que vieran personas que usted aprecia y quiere, y lo alejará de
multiplicar conductas tontas o dañinas. Buda dice que uno siempre debe
tener sentido de la vergüenza.
“Las ropas de la vergüenza son las vestimentas más
hermosas. La vergüenza es como un alambre de púas que frena a las personas de
hacer el mal. (…). Si uno posee vergüenza retiene todos los Dhammas buenos. Sin
vergüenza una persona no es diferente de un ave o una bestia.”
Sutta de la Enseñanza.
Use este principio para dejar de consumir y
multiplicar información basura en Facebook.
·
Elimine los contactos de personas con las que no
tiene una relación real. Si necesita promocionar su negocio, mejor use una
página en lugar de su cuenta personal. En su cuenta personal mantenga solamente
personas que sí conoce y que le son cercanas. Actualice sus contactos
periódicamente, cada seis meses o cada año. Y elimine los contactos que no son
amigos en la vida real. Algunos tenemos la costumbre de depurar nuestras listas
de contacto cada fin de año. Esto también es bueno por razones de seguridad.
Mantenga el menor número posibles de personas en su cuenta personal así como
también la menor cantidad de información personal posible.
·
Deje de postear lo que piensa o lo que se le ocurre
en el muro a cada momento. Esto es una estrategia de las redes para mantenerlo
pegado a la pantalla al alcance de publicidad inútil y de mantener el
embotamiento mental en los usuarios, lo que los hace más susceptibles a recibir
información sin analizarla. Postear a cada momento lo que se está pensando es una
trampa para el fortalecimiento del ego. En realidad, no somos tan importantes
como para tener que decirle a todo el mundo qué hay en nuestra mente o qué
estamos haciendo a cada momento. Esto es una ilusión de falsa importancia y de
poder. Publique cosas útiles, información o anuncios. Por ejemplo: “Vendo
libros universitarios de psicología”, “¿Dónde puedo comprar una buena bicicleta
a un buen precio?”, “Cuidado con pasar solos por la calle tal en la noche, la
policía advierte que hay un motociclista cometiendo atracos por el sector”. Y
cosas por el estilo.
Estas medidas le ayudarán a usar Facebook para
apoyar actividades de trabajo, estar en contacto con familiares que viven
lejos, conseguir información útil sobre su ciudad y acordar reuniones en
persona con gente cercana. Con el tiempo se dará cuenta de que Facebook es algo
realmente aburrido en términos de ocio y verá la gran cantidad de tiempo que
perdió sentado haciendo literalmente nada. El “me gusta” o pulgar arriba es la
estrategia maestra para sobre alimentar el ego con números que no significan
nada y cuyo propósito final es aumentar el rango de usuarios expuestos a
publicidad engañosa e innecesaria. Consuma Facebook como un medio, no como un
fin, y así podrá sacar el mejor provecho de ésta y todas las redes sociales.
Intente trabajar el Dhamma en otras áreas del
consumo. Éstas son otras costumbres que le pueden ser muy útiles para la
práctica del consumo consciente. Entérese de cómo actúan las empresas
fabricantes de los productos que a usted le gustan y cuyo consumo conlleva
placer y afecto. De ser consciente de lo que hacen éstas empresas para
mantenerse en el mercado puede que usted decida por ejemplo dejar de compra y
consumir productos Coca-cola, Nestle, Nike, y otros grandes monstruos de la
industria mundial que acaban con los recursos naturales, el agua para hacer
refrescos, liberan desechos en los ríos para fabricar productos sintéticos o
deforestan los bosques amazónicos para sacar el caucho con el cual fabrican sus
famosas zapatillas deportivas. Investigue por usted mismo y tome una decisión
de consumo consciente.
Deje de consumir televisión basura. Programas de
chismes, realytis, telenovelas, películas vacías y desechables. El mercadeo
hace que las personas se obliguen a pagar por ver películas en cine que
normalmente no verían ni gratis en televisión.
Controle lo que coma. Abandone la comida chatarra
como un hábito diario o frecuente. La comida divertida como la pizza y la
hamburguesa no es necesariamente mala, lo malo es el exceso y la necesidad
enfermiza de hacer de la comida grasosa una auto recompensa por los
sufrimientos de la vida. Consuma éstas comidas en ocasiones especiales, una
salida con su pareja, una celebración, etc. Recuerde la doctrina del camino
medio. No hay sabiduría en el martirio ni en el exceso.
Haga ejercicio. Limpie su cuerpo regularmente.
Aunque no parezca, esto hace parte del consumo consciente en cuanto a darle al
cuerpo y a la mente lo que es mejor y lo que más fortalece. El ejercicio es
necesario. De ahí se puede resaltar fácilmente la común asociación entre las
artes marciales y las tradiciones budistas en oriente. Dele lo mejor a su
cuerpo. Escoja un deporte o actividad y realícela regularmente. En realidad, la
recomendación es que cambie el computador por el parque para correr o la
bicicleta.
El consumo consciente no es simplemente
decir no al licor y a las drogas. Es necesario hacer el ejercicio de
identificar cuáles son las costumbres de consumo que se deben eliminar, que son
dañinas o simplemente no necesarias, y cambiarlas por hábitos de consumo
benéficos y éticos. Esto significa emprender una guerra interna y personal contra
el aferramiento y las zonas de confort, lo cual puede no ser fácil en un inicio,
pero es una excelente práctica para hacer sentir el peso del Dhamma en la vida
del practicante, y los beneficios a nivel de la mente y del cuerpo son
innegables. Además de un verdadero reto personal, es algo muy práctico y
necesario en una sociedad tan consumista y tóxica como la nuestra.
Esperamos
poder compartir sus dudas, experiencias y progresos en la práctica de este, el
quinto precepto para budistas laicos.
Muchas gracias!
ResponderBorrarCreo profundamente en todo lo que dices, y lo considero cierto porque son cosas con las que también llevo como lucha interior, a veces uno se "autoengaña" y cierra cuentas pero uno se exclaviza con el tema de las redes sociales, aunque incluso uno no publique nada...
El tema de la alimentación, uff claro desafío... Una vez estuve un año, donde cambié completamente mis hábitos, y me sentía muy liviana, feliz por mi logro... Y luego, comencé a trabajar en un lugar donde constantemente se hacían celebraciones y de nuevo empecé a probar azúcares y grasas, y vuelta a lo mismo... Estoy en plan de volver de nuevo... Sin embargo me está costando comenzar y principalmente mantener actividad deportiva... Tienes alguna recomendación o consejo para eso? De verdad quiero adquirir ese hábito, pero se me ha hecho muy difícil. Muchas gracias!!!
Hola Nicol. Me da mucho gusto que el blog te haya sido útil. En cuanto a adoptar buenos hábitos de consumo y deporte, creo que es bueno dar un paso a la vez. Es decir concentrarse en un área y luego ir a la otra mientras se está formando el hábito. Por ejemplo. Yo me demoré un mes en poder lograr por fin salir a correr en un horario habitual. Lo mejor es correr al menos tres veces por semana aproximadamente. Nunca dos días seguidos por el desgaste diario y porque se está empezando. No te fuerces. Ponte metas acordes a tu resistencia y ve subiéndolas gradualmente. Asesórate con alguien especializado en el tema. Estaré atento a tus preguntas. Muchos saludos y no olvides meditar. Meditar ayuda a realizar todo lo demás.
ResponderBorrarAcabo de leerlo y es un excelente analisis sobre el consumismo y el Dhamma como antidoto seguro ante este mal que a travez de la mega publicidad nos bombardea la cabeza todos los dias, gracias por publicarlo..¡
ResponderBorrarGracias a ti por leer Luis. Un saludo.
BorrarHola!!! Te encontré ayer en YouTube y es la primera entrada que leo en tu blog. Coincido con todo lo que decís, y, de hecho, lo practico. Pero, como tengo una condición médica crónica, refloté un blog que tenía para publicación de textos de alumnos, y, empecé a compartir mis experiencias personales, y, temas de superación personal, espiritualidad, y, un poco de ficción, que es una de mis pasiones. Nunca usaba redes sociales, pero comencé a hacerlo para difundir el blog y el grupo de ayuda mutua "Dolor Anónimo". Y, realmente, me abruman las redes sociales. Las utilizo como un medio para que pueda llegar mi contenido y los datos del grupo a personas que puedan beneficiarse. Es un servicio comunitario. Pero, yo necesito serenidad y paz mental. Gracias por compartir este importante contenido. Silvia, de Buenos Aires.
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