jueves, 26 de enero de 2017

5to Precepto. El consumo consciente.

Los cinco preceptos para laicos son los cinco compromisos que un budista laico hace consigo mismo con el objetivo de iniciar cabalmente una debida práctica del Dhamma, honrar la toma de refugio en las tres joyas y llevar una ética genuina en lo personal y lo social.

A groso modo, los cinco preceptos laicos son:

Abstenerse de matar y proteger toda vida.

Abstenerse de tomar lo que no es de uno y ser desapegado y generoso con los demás.

Abstenerse de las conductas sexuales inapropiadas y realizar el acto sexual con respeto, compromiso y amor.

Abstenerse de mentir, ser honesto y hablar siempre con la verdad.

Abstenerse de intoxicar el cuerpo, y cuidarlo consumiendo solo lo que es bueno para el cuerpo y la mente.

Para los occidentales ha sido más práctico no solo enunciar los compromisos de abstención de actos incorrectos sino también sus correspondientes acciones correctas, a fin de tener una idea más clara de la práctica de los cinco preceptos en la vida diaria.

Los cinco preceptos son profundamente necesarios hoy en día. Sin embargo el consumo consciente puede ser un punto de gran importancia en una cultura tan consumista y superficial como la nuestra.

Tomar el precepto del consumo consciente de manera seria y real generaría un impacto muy fuerte en nuestro estilo de vida común. Tanto así que si lo entendiéramos realmente, lo pensaríamos dos veces antes de tomarlo.

El precepto del consumo consciente se toma al renunciar al licor y a las drogas, pero no se limita solo a eso. En muchos países de occidente han empezado a surgir nuevas enfermedades producto del consumo no consciente como la obesidad, la diabetes, adicciones de diferente tipo, los desórdenes alimenticios y demás trastornos psicológicos. Los videojuegos, la televisión, la pornografía, el internet, el mal uso del dinero, productos y servicios que llenan la mente y por consecuencia el cuerpo de distintos tóxicos, químicos y psicológicos.

Cuando piense en consumo consciente, intente ser realmente consciente de lo que significa. Nuestro primer enemigo como siempre, somos nosotros mismos, pero nuestro segundo enemigo es aquel que fortalece al primero. El mundo del consumo. El comercio, las multinacionales, el marketing, la publicidad y la psicología del consumidor son poderosas armas apuntadas a nuestra mente que constantemente nos vencen y sin que nos demos cuenta. Cuando uno se entrena en el consumo consciente procura a todo momento ser consciente de todos los intentos que la industria implementa para meternos en la cabeza necesidades que en realidad no tenemos.

El trabajo de estas personas es literalmente destruir nuestra auto estima, nuestra auto imagen y la seguridad en nuestra propia persona, al tiempo que inflan nuestro ego y alimentan nuestro yo con ilusiones intensas y seductora. El trabajo de la industria y el marketing evita directamente que las personas sean sanas, evita el control de la propia mente, y por ende apartan a las personas de la práctica del Dhamma. Esto es debido a que la práctica del Dhamma significa el control de la propia mente y las estrategias de consumo busca precisamente controlar la mente del consumidor por medio de estrategias de manipulación. Esto no es ningún secreto. 

Las adicciones psicológicas son tan fuertes como las químicas. Tienen la capacidad de generar el mismo tipo y nivel de endorfinas que éstas, por eso son tan dañinas y difíciles de superar como la adicción a la heroína o a la cocaína. Esto es diagnosticado por la psiquiatría y tratado por la psicología. Sin embargo hay estados crónicos en los que la gente termina atrapada en un hábito de consumo de un producto o servicio que en realidad no necesita y de una manera enfermiza.  

Conocí a una persona muy fanática de las series. Los días en que pasan las series por televisión lo cancela y pospone todo. Las series le son primero que todo lo demás. Cuando por alguna razón no se siente bien, suele quedarse en casa repitiendo los capítulos por internet. Me llegó a comentar que por eso no tenía casi vida social ya que solo trabaja y ve series. Otra amiga me decía que cuando salía sin el celular sentía que le faltaba una parte del cuerpo y entraba en ansiedad. Otro amigo me dice que si pasa más de una hora sin revisar sus redes sociales, no está tranquilo. Es decir, este consumo inconsciente al que nos somete el mundo nos provoca un enorme problema de aferramiento a las cosas mundanas. Ejercer el consumo consciente de manera seria significa iniciar una guerra contra el aferramiento y los deseos de apego y repulsión. Esto es doloroso en cuanto  hay que salir de las zonas de confort, pero es necesario y algo muy bueno para llevar nuestra calidad de vida a un estado mucho más favorable y fuerte. Hay que recordar que desde este punto de vista la práctica del Dhamma no es solamente un estilo de vida noble que hace sentir bien a la persona y la hace ver especial ante los demás. Esto es, ante todo, una práctica de disciplina diaria.

Para ver cómo afecta el consumo inconsciente en nuestras vidas, tomemos un ejemplo más común. El Facebook. Ésta y las demás redes sociales, terminan por zombificar a los usuarios creándoles insensibilidad ante la información y haciéndoles pasar largas horas desperdiciadas viendo memes, vídeos morbosos, noticias falsas, burlas, propagandas dañinas, y otros contenidos vacíos. Las personas terminan pegadas a la pantalla por inercia. Irónicamente entre más se conectan a las redes sociales, más va disminuyendo su capacidad de comunicación con otros. 

Sin embargo, las redes sociales sí pueden servir para lo que realmente fueron hechas. A continuación presentamos algunos puntos que pueden ser útiles para evitar la adicción a las redes y sacarles mejor provecho basándonos en la práctica del Dhamma. 

·        Entienda que lo que se postea en las redes, no es real. Ni siquiera las fotos que usted postea posando sonriente en un lugar bonito. Éstos no son más que intentos de fingir una felicidad que no se siente. 

·        No siga a todo el mundo. En términos simples, no sea chismoso. El Buda hace un enorme énfasis en el respeto a los otros y el buen uso de la palabra, y por ende, de la información sobre los demás. 

·        No se llene de información innecesaria. El usuario suele meterse en una cantidad de grupos cuya información en realidad no le interesa y no le es útil. Escoja bien los grupos de cuya información realmente pueda servirse en un sentido práctico en el mundo real como por ejemplo grupos de estudio, compra y venta, información sobre el tráfico y la ciudad. 

·        Incluya a sus familiares, personas mayores y respetables en sus contactos. Esto evitará que usted publique cosas que le daría vergüenza que vieran personas que usted aprecia y quiere, y lo alejará de multiplicar conductas tontas o dañinas. Buda dice que uno siempre debe tener sentido de la vergüenza.

“Las ropas de la vergüenza son las vestimentas más hermosas. La vergüenza es como un alambre de púas que frena a las personas de hacer el mal. (…). Si uno posee vergüenza retiene todos los Dhammas buenos. Sin vergüenza una persona no es diferente de un ave o una bestia.”

Sutta de la Enseñanza.

Use este principio para dejar de consumir y multiplicar información basura en Facebook.

·        Elimine los contactos de personas con las que no tiene una relación real. Si necesita promocionar su negocio, mejor use una página en lugar de su cuenta personal. En su cuenta personal mantenga solamente personas que sí conoce y que le son cercanas. Actualice sus contactos periódicamente, cada seis meses o cada año. Y elimine los contactos que no son amigos en la vida real. Algunos tenemos la costumbre de depurar nuestras listas de contacto cada fin de año. Esto también es bueno por razones de seguridad. Mantenga el menor número posibles de personas en su cuenta personal así como también la menor cantidad de información personal posible.

·        Deje de postear lo que piensa o lo que se le ocurre en el muro a cada momento. Esto es una estrategia de las redes para mantenerlo pegado a la pantalla al alcance de publicidad inútil y de mantener el embotamiento mental en los usuarios, lo que los hace más susceptibles a recibir información sin analizarla. Postear a cada momento lo que se está pensando es una trampa para el fortalecimiento del ego. En realidad, no somos tan importantes como para tener que decirle a todo el mundo qué hay en nuestra mente o qué estamos haciendo a cada momento. Esto es una ilusión de falsa importancia y de poder. Publique cosas útiles, información o anuncios. Por ejemplo: “Vendo libros universitarios de psicología”, “¿Dónde puedo comprar una buena bicicleta a un buen precio?”, “Cuidado con pasar solos por la calle tal en la noche, la policía advierte que hay un motociclista cometiendo atracos por el sector”. Y cosas por el estilo.

Estas medidas le ayudarán a usar Facebook para apoyar actividades de trabajo, estar en contacto con familiares que viven lejos, conseguir información útil sobre su ciudad y acordar reuniones en persona con gente cercana. Con el tiempo se dará cuenta de que Facebook es algo realmente aburrido en términos de ocio y verá la gran cantidad de tiempo que perdió sentado haciendo literalmente nada. El “me gusta” o pulgar arriba es la estrategia maestra para sobre alimentar el ego con números que no significan nada y cuyo propósito final es aumentar el rango de usuarios expuestos a publicidad engañosa e innecesaria. Consuma Facebook como un medio, no como un fin, y así podrá sacar el mejor provecho de ésta y todas las redes sociales.


Intente trabajar el Dhamma en otras áreas del consumo. Éstas son otras costumbres que le pueden ser muy útiles para la práctica del consumo consciente. Entérese de cómo actúan las empresas fabricantes de los productos que a usted le gustan y cuyo consumo conlleva placer y afecto. De ser consciente de lo que hacen éstas empresas para mantenerse en el mercado puede que usted decida por ejemplo dejar de compra y consumir productos Coca-cola, Nestle, Nike, y otros grandes monstruos de la industria mundial que acaban con los recursos naturales, el agua para hacer refrescos, liberan desechos en los ríos para fabricar productos sintéticos o deforestan los bosques amazónicos para sacar el caucho con el cual fabrican sus famosas zapatillas deportivas. Investigue por usted mismo y tome una decisión de consumo consciente.

Deje de consumir televisión basura. Programas de chismes, realytis, telenovelas, películas vacías y desechables. El mercadeo hace que las personas se obliguen a pagar por ver películas en cine que normalmente no verían ni gratis en televisión.

Controle lo que coma. Abandone la comida chatarra como un hábito diario o frecuente. La comida divertida como la pizza y la hamburguesa no es necesariamente mala, lo malo es el exceso y la necesidad enfermiza de hacer de la comida grasosa una auto recompensa por los sufrimientos de la vida. Consuma éstas comidas en ocasiones especiales, una salida con su pareja, una celebración, etc. Recuerde la doctrina del camino medio. No hay sabiduría en el martirio ni en el exceso.

Haga ejercicio. Limpie su cuerpo regularmente. Aunque no parezca, esto hace parte del consumo consciente en cuanto a darle al cuerpo y a la mente lo que es mejor y lo que más fortalece. El ejercicio es necesario. De ahí se puede resaltar fácilmente la común asociación entre las artes marciales y las tradiciones budistas en oriente. Dele lo mejor a su cuerpo. Escoja un deporte o actividad y realícela regularmente. En realidad, la recomendación es que cambie el computador por el parque para correr o la bicicleta.

El consumo consciente no es simplemente decir no al licor y a las drogas. Es necesario hacer el ejercicio de identificar cuáles son las costumbres de consumo que se deben eliminar, que son dañinas o simplemente no necesarias, y cambiarlas por hábitos de consumo benéficos y éticos. Esto significa emprender una guerra interna y personal contra el aferramiento y las zonas de confort, lo cual puede no ser fácil en un inicio, pero es una excelente práctica para hacer sentir el peso del Dhamma en la vida del practicante, y los beneficios a nivel de la mente y del cuerpo son innegables. Además de un verdadero reto personal, es algo muy práctico y necesario en una sociedad tan consumista y tóxica como la nuestra. 


Esperamos poder compartir sus dudas, experiencias y progresos en la práctica de este, el quinto precepto para budistas laicos.


4 comentarios:

  1. Muchas gracias!
    Creo profundamente en todo lo que dices, y lo considero cierto porque son cosas con las que también llevo como lucha interior, a veces uno se "autoengaña" y cierra cuentas pero uno se exclaviza con el tema de las redes sociales, aunque incluso uno no publique nada...
    El tema de la alimentación, uff claro desafío... Una vez estuve un año, donde cambié completamente mis hábitos, y me sentía muy liviana, feliz por mi logro... Y luego, comencé a trabajar en un lugar donde constantemente se hacían celebraciones y de nuevo empecé a probar azúcares y grasas, y vuelta a lo mismo... Estoy en plan de volver de nuevo... Sin embargo me está costando comenzar y principalmente mantener actividad deportiva... Tienes alguna recomendación o consejo para eso? De verdad quiero adquirir ese hábito, pero se me ha hecho muy difícil. Muchas gracias!!!

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  2. Hola Nicol. Me da mucho gusto que el blog te haya sido útil. En cuanto a adoptar buenos hábitos de consumo y deporte, creo que es bueno dar un paso a la vez. Es decir concentrarse en un área y luego ir a la otra mientras se está formando el hábito. Por ejemplo. Yo me demoré un mes en poder lograr por fin salir a correr en un horario habitual. Lo mejor es correr al menos tres veces por semana aproximadamente. Nunca dos días seguidos por el desgaste diario y porque se está empezando. No te fuerces. Ponte metas acordes a tu resistencia y ve subiéndolas gradualmente. Asesórate con alguien especializado en el tema. Estaré atento a tus preguntas. Muchos saludos y no olvides meditar. Meditar ayuda a realizar todo lo demás.

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  3. Acabo de leerlo y es un excelente analisis sobre el consumismo y el Dhamma como antidoto seguro ante este mal que a travez de la mega publicidad nos bombardea la cabeza todos los dias, gracias por publicarlo..¡

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