Los
budistas no creen en la predeterminación. El Buda no cree en el
destino. Cree que todas las cosas, todos los fenómenos se originan
en la mente. Lo más importante es desarrollar la visión correcta de
acuerdo con el Budadharma, vivir correctamente y practicar
diligentemente. Por la visión correcta, medio de vida correcto, y
práctica correcta podemos progresar espiritualmente. La creencia en
el destino te hace dar vueltas y vueltas en círculos, pero en el
Budadharma con cada nuevo día existe un nuevo comienzo.
Hoy
es el cumpleaños de Buda (Vesak) y es el comienzo de una vida nueva.
Como budistas, nosotros creemos que no estamos controlados por el
destino; creemos que nuestro futuro depende de lo que estamos
haciendo ahora. Si actuamos adecuadamente, podemos cambiar nuestro
propio destino.
Hace
muchos años me encontré con alguien que intentaba predecir mi
futuro a través de la fecha y hora de mi nacimiento. Él predijo que
yo tendría dos esposas y tres hijos. Bueno, todavía no he tenido ni
una esposa, tampoco lo espero en el resto de mi vida.
Una
vez, un maestro viejo en Taiwan oyó que había un hombre ciego que
podía predecir el destino a través de tocar los huesos de la
gente. Sus manos iban pasando a lo largo de la columna, brazos y
piernas del sujeto y luego hacía una predicción. Por lo tanto, el viejo maestro decidió probarlo. El adivino ciego le dijo que tendría
una vida maravillosa: muchas esposas, concubinas e hijos. El viejo maestro le pagó al adivino, y salió. Después, hizo un comentario.
“Es un hombre ciego que habla con palabras ciegas.”
Puedo
creer en la astrología, pero yo tengo una creencia mucho más fuerte
en el Dharma. Si aceptas el Dharma, entonces tu destino no se
manifestará de una manera predecible. Pero si no vives según el
Dharma, entonces se puede predecir tu futuro de un modo bastante
exacto. Tu destino estará fijo. Si practicas y prestas atención al
Dharma, tu vida no va a ser dictada por el destino.
En
la astrología se comprende que el preciso momento en que naciste
determina lo que te va a pasar a lo largo de tu vida. Por
consiguiente, los astrólogos orientales han utilizado cuatro
condiciones para interpretar el destino de cada uno: el año, mes,
día y hora de nacimiento. Así es cómo los astrólogos se ganan la
vida. Los demás adivinos podrían usar los rasgos faciales, palmas,
forma de cuerpo, huesos, y voz para descubrir tu destino.
Cuando
nació el Buda Shakyamuni, sus padres convocaron a los más famosos
astrólogos en el mundo. A ellos se les consideraba casi como
deidades. Dijeron que el niño era muy especial y que cuando se
hiciera mayor él podría convertirse en el rey del mundo o hacerse
monje y alcanzar la Suprema Iluminación.
Si
nosotros leemos las biografías de los monjes destacados, podemos ver
que sus nacimientos se acompañaban con acontecimientos
extraordinarios y raros. Tenían extraordinarias características
personales, rasgos físicos poco comunes, u ocurrieron raros
fenómenos cuando nacieron. Incluso cuando eran bebés, ya se conocía
que esos hombres estaban destinados a convertirse en grandes
maestros.
Entonces,
aquí hay una pregunta. ¿Si dos personas nacen exactamente al mismo
tiempo, tienen exactamente el mismo destino? Estoy muy seguro de que
en el exacto día y minuto que nació el presidente Reagan también
nacieron muchas otras personas. ¿Eso quiere decir que todas estas
personas están destinadas a convertirse en presidentes?
Los
sutras nos dicen que antes de que naciera el Buda Shakyamuni, muchos
vinieron de los demás mundos para hacer que la gente del mundo Saha
(mundo en el que habitamos) esté preparada para la llegada del Buda.
Había quienes vinieron específicamente al mundo Saha después del
nacimiento del Buda Shakyamuni para ser sus discípulos, así podían
continuar la enseñanza. Había personas que nacieron exactamente al
mismo tiempo que el Buda Shakyamuni, pero sólo él ha alcanzado la
Budeidad.
¿Te has encontrado alguna vez con alguien que nació exactamente en la
misma fecha y hora que tú? Si la respuesta es “sí”, te darás
cuenta de que ambos de vosotros lleváis una vida completamente
diferente.
Una
vez me encontré con un hombre rico que nació en el año del
Caballo, el mismo año que nací. Él me preguntó la estación y el
lugar de mi nacimiento. Yo le dije que nací en invierno en una
región fría de China. Él dijo que era lógico que yo estuviera muy
pobre ahora: porque nací bajo tales condiciones estériles, no había
ni una hierba para servirle de comida al pobre caballo; naturalmente,
yo no prosperaba económicamente. Estoy seguro de que si yo hubiera
nacido en una región templada, un astrólogo encontraría otra
explicación para decir cómo yo llegué a mis circunstancias
presentes.
Es
verdad que en el momento del nacimiento de una persona, una gran
cantidad de cosas ya ha sido determinada, nosotros tenemos un cuerpo
particular como una consecuencia del karma creado en las innumerables
vidas pasadas. Todo este karma converge en nosotros en el día en que
nacimos. No obstante, si tenemos la oportunidad de aprender el
Budadharma y lo aceptamos y practicamos, entonces se puede cambiar
nuestro destino. Incluso nuestros rasgos faciales cambiarán.
Un
famoso astrólogo de Taiwán tomó los Tres Refugios conmigo. Él me
confiaba que ahora está en los Estados Unidos y se sentía un poco
molesto trabajando como astrólogo. Comprendió que estaba
practicando un Sendero Exterior, no el verdadero Dharma. Pero yo le
dije que estaba bien ser un astrólogo porque hay quienes necesitan
su ayuda y consejo.
Le pregunté si podía predecir su propio futuro. Me replicó que
estaba teniendo problemas con eso. En el pasado él sentía que tenía
una precisión del 100 por ciento. Antes de que aceptara el Dharma,
estaba acostumbrado a levantarse temprano todos los días para
predecir su futuro. Pero ahora él no puede ver el futuro muy
claramente. Le pregunté si podía investigar mi futuro, pero él
me rechazó.
Avy
tiene una amiga que es extraordinariamente talentosa en leer la bola
de cristal – ella puede ver las vidas pasadas. Pero cuando yo le
pedí que examinara mi pasado, ella no veía nada. ¡Es una pena que
yo no tenga ni siquiera una vida pasada! ¿Cuántos de vosotros
queréis saber acerca de vuestras vidas pasadas? Los sutras dicen que
si quieres saber respecto a tu pasado, sólo debes verte a ti mismo
ahora. Mira lo que te está pasando, con qué te encuentras ahora.
Eso te dice todo lo que necesitas saber acerca de tus vidas previas.
Y si quieres saber lo que te espera en tus vidas futuras, simplemente
mírate a ti mismo ahora. Lo que estás haciendo en el momento
presente producirá tu futuro.
Cualquier
persona que tengan grandes problemas en esta vida está
experimentando estas dificultades como un resultado de lo que había
hecho en una o varias vidas previas. Si realmente supieras qué fue
lo que hiciste en el pasado para merecer lo que te está pasando ahora, quizás no te sentirías tan feliz acerca de eso. El
saber eso sería complicado, desagradable, y de poco uso. Por
ejemplo, si supieras que tu hijo hubiera sido tu abuelo en una vida
previa, ¿Cómo lo tratarías – como un hijo o como un abuelo? Si
supieras que tu esposa hubiera sido tu abuela, ¿Cómo te sentirías?
Según
los sutras, en un periodo de unos cientos a mil años, normalmente
tenemos íntimas relaciones con un pequeño número de las
mismas personas. En cada vida sucesiva la gente en este pequeño
grupo intercambia papeles. Durante un largo lapso de tiempo, el
círculo de las personas con las que nos relacionamos se hace cada
vez más grande. Familia, primos y amigos – continuamos
estableciendo innumerables relaciones de tal manera que el noventa y
nueve por ciento de las personas con las que nos encontramos en esta
vida nos las encontramos debido a nuestro karma previo.
Los
seres humanos son raros. Algunos nacen con buen aspecto e
inteligencia substancial, pero tienen imprudencia temeraria o
emociones incontrolables, y consecuentemente transforman las
condiciones favorables en desastres. Para tales personas parece una
cosa simple controlarse a sí mismos, y de hecho, estarían de
acuerdo, pero de alguna manera son incapaces de controlar sus
emociones y traen desorden y confusión a sus vidas y las vidas de
la gente que les rodea. Es como una persona que está caminando hacia
un río consciente que está a punto de ahogarse y aunque su mente
le dice que debe volver atrás, continúa y de todas maneras se
ahoga.
Debes
aprender a controlarte a ti mismo. Debes tener el poder sobre tu
mente y tienes que meditar. Si odias a alguien por algo que ha
hecho entonces debes considerarlo a él o a ella como un Buda o
Bodhisattva. Debes comprender que los Budas y Bodhisattvas pueden
manifestarse en dos formas diferentes. Ellos toman una forma cuando
nos ayudan y toman la otra forma cuando se manifiestan para oponerse a
nosotros. El ayudar es la mejor manera para quienes les falta fuerza
y el carácter, pero el oponerse es el mejor modo para quienes
tienen carácter fuerte. Si comprendes el Budadharma y la
consecuencia kármica, entonces serás capaz de convertir una
situación desfavorable en una favorable.
¿Cómo
cambiar tu destino? Debes entender que cuando hay una causa, hay un
efecto. Las acciones tienen consecuencias. Sin embargo, antes de que
suframos o nos beneficiemos de estas consecuencias, hay otras
condiciones que se presentan, entonces se pueden cambiar las
características particulares de las consecuencias. Si actuamos y
hablamos según el Budadharma en esta vida, añadimos continuamente
condiciones meritorias y favorables a nuestro karma por lo que
cuando se manifiesta nuestro karma previo, incluso lo que nos pasa a
nosotros ahora será cambiado debido a las nuevas condiciones que se
presentan por nuestras conductas meritorias. Por el otro lado, si
sólo hacemos lo que nos da la gana y no actuamos de acuerdo con el Dharma,
seremos como una barca que da vueltas en las oleadas del océano –
menos capaces de determinar nuestro propio rumbo.
Un
budista debería tener gran fuerza de voluntad para cambiar su
destino. Si vemos las cosas positivamente y actuamos hacia fines
buenos, podemos fortalecer nuestra fuerza de voluntad. Si nosotros
pensamos, hablamos, y actuamos de acuerdo con el Dharma, podemos
gradualmente producir un cambio en nuestras vidas.
En
Taiwán tengo algunos discípulos monásticos quienes son casi
imposibles de llevarse bien con los demás, y tengo algunos
practicantes laicos quienes apenas escuchan las palabras que les
digo. Pensarías que los echo a patadas del templo. Pero debido a que
yo soy un monje no puedo echarlos. Los estaría privando de la
oportunidad de entrar en contacto con el Dharma. Eso es algo que
nunca haría.
Hablé
sobre algunas de estas personas con un amigo mío. Él escuchó y
dijo, “No hay problema.” Le pedí que me explicara más
detalladamente – ¿Por qué piensas que tales personas difíciles
son muy fáciles de tratar? Él dijo: Si éstas personas fueran
realmente tan “perjudiciales”, serían pícaros o Bodhisattvas.”
No puedo imaginarme que tales amargados se hagan monjes y monjas,
entonces si están practicando como budistas, la única conclusión a
la que puedo llegar es que son Bodhisattvas, y están aquí por
alguna razón especial. Por consiguiente, no hay necesidad de
preocuparse.”
Otro
monje en Taiwán quien también es mi discípulo, es una persona muy
peculiar. Le traje una docena de pares de calcetines. Usa un par de
calcetines por un periodo de tiempo muy largo, y cuando empiezan a
oler mal se los quita, los tira en un rincón de la casa y agarra un
par nuevo. Cuando ha agotado la docena entera, voltea los calcetines
al revés y repite nuevamente el ciclo. No ha lavado nunca ninguno de
sus calcetines. Se me hacía muy molesto. Otra vez mi amigo dijo,
“No hay problema. Este monje ha de ser un gran Arhat – ¿existe
otra razón para explicar eso?” ¿Conoces a alguien tan afortunado
como yo rodeado por grandes Arhats y Budhisattvas?
Una
vez una pareja vino a verme. Cada uno de ellos se quejaba de los malos hábitos del otro. Yo les pregunté si se consideraban a sí
mismos buenas personas. Ambos dijeron que sí, por lo tanto, les
dije que era más probable que cada uno de ellos hubiera elegido a
una buena persona para vivir juntos. Si ellos hubieran elegido a una
persona mala, reflejaría el mal en ellos. Por consiguiente, cada uno
es una persona buena y virtuosa viviendo con otra persona buena y
virtuosa. No hay problema, ellos pueden vivir juntos
armoniosamente.
En
un instante de pensamiento cambiamos la manera que miramos las cosas.
Con la visión correcta puedes cambiar completamente la situación.
Si eres un prisionero que tiene una perspectiva estrecha, siempre
estarás a merced del destino. Si actúas de esta manera, nunca
estarás libre de aflicciones y continuarás manteniendo malas
relaciones con las personas con las que siempre has mantenido malas
relaciones. Nunca escaparemos de la sucesión interminable de
situaciones predeterminadas a condición de que cambiemos nuestras
mentes y la manera en la que veamos las cosas. Si cambiamos el cómo
percibimos, entonces no seremos vencidos por lo que nos pasa y no nos
sentiremos oprimidos por lo que nos rodea. El mundo será como la
Tierra Pura.
Una
vez un hombre vino a verme y me dijo que había sido sentenciado a
prisión. Me preguntó cómo podría enfrentarse a su castigo. Yo le
dije, “Como budista, deberías intentar estar fuera de prisión,
pero debido a que tienes que ir, debes tratar de encararlo con
felicidad y alegría.” Él me miró y me hizo una pregunta, “¿Cómo
puedo sentirme alegre en prisión? ” Yo le dije que una vez estuve
en prisión y me gustó. Del año 1961 al 1967 estuve en un retiro
solitario en las montañas. Estuve encerrado en un área de 60 pies
cuadrados. Los presos en la cárcel deben tener más espacio que
eso. También conozco a un hombre que escribió mucho durante el
tiempo que pasó en prisión. Fue un escritor prolífico y hasta
escribió algunos libros de gran mérito literario. Obviamente, hizo
un mejor uso de su tiempo en prisión.
Debemos
comprender que lo que nos está pasando en esta vida es la
consecuencia de las cosas que hicimos en nuestras vidas pasadas y
debemos tratar de actuar de acuerdo con el Budadharma para romper el
molde establecido por nuestro karma previo. De esta manera podemos
progresar espiritualmente. Si no fuéramos capaces de cambiar nuestro
propio destino, entonces los seres sensibles ordinarios no serían
capaces de convertirse en Budas. Nosotros producimos el futuro en nuestras propias mentes. Si hay virtud en nuestros pensamientos,
entonces nuestro futuro será virtuoso. Si hay maldad en nuestros
pensamientos, entonces nuestro futuro estará lleno de desgracias. Si
el Buda está en nuestras mentes, entonces algún día nos
convertiremos en Budas.
~
Maestro Sheng Yen